Cap. 13 ¿Hermano?

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Al llegar a la casa de Mercedes ella estaba almorzando con Nicole. Me invitaron a acompañarlas pero decidí dejarlas hablar e ir a tomar un baño. Al parecer ellas se están llevando muy bien, pero prefiero no preocuparme por eso, de cualquier manera supongo que Mercedes puede ayudarle con su embarazo, es la única que puede hablarle con forme a la experiencia, aunque preferiría que fuera mamá quien estuviera a su lado, aun me preocupa el no saber cuándo se reconciliarán

Cuando termino mi baño me dirijo a la biblioteca, ahí es donde regularmente encuentro a Mercedes ya que Nicole está en el patio caminando un poco, al menos no tengo que preocuparme por vigilarla por ahora ya que tiene a una de las empleadas de Mercedes cuidándola.

Toco la puerta un par de veces antes de que ella me deje pasar. Al entrar puedo notar su mirada de sorpresa mientras se despide a través del teléfono y lo coloca de nuevo en su lugar.

— ¿Pasa algo, Diego?—su voz amable me hace sentir un tanto extraño—Justamente hablaba con Noa, dijo que habías ido a hablar con Mei

—sí, estuve con ella toda la mañana—asiento repetidamente, estoy realmente nervioso

— ¿Quieres hablar sobre eso?—identifico mi tono preocupado en ella y también esa expresión de tristeza, aunque quiera negarlo soy demasiado parecido a ella

—Con Mei todo está bien, pudimos aclarar todo lo que pasaba, aunque hubiera preferido que me lo dijeras antes. No me gusta que me oculten las cosas—mi voz suena ligeramente irritada

—Lamento eso, pidió que no les contara nada

—lo sé—bufo— a Mei jamás le ha gustado verse como la víctima—hago una pausa en la que ella intenta adivinar que estoy pensando—pero no vine para hablar de Mei

— ¿Estás aquí por mi versión de la historia?—su voz tiembla al igual que sus manos

—Así es, Mercedes—bajo el rostro—ya no quiero sentir este ardor en el pecho cada vez que pienso en como terminé en los brazos de mamá... Danielle

—Sabes que esperé mucho por esto... pero ahora tengo que...

—Cariño, se hace tarde—Una voz ronca se acerca

— ¿Cariño?—susurro confundido al ver a un hombre alto de cabello cano y vestido con un traje bastante formal, de ojos celestes, de cabello rizado y mi garganta se anuda de inmediato ¿por qué siento que lo conozco? ¿Por qué se parece tanto a mí? Quiero vomitar

Un silencio fantasmal inunda la habitación. Se puede escuchar como cada uno de nosotros intenta respirar, mi corazón parece estrujarse y mi cuerpo simplemente no obedece mi orden de salir de aquí, esta vez la curiosidad domina a mi miedo.

—Tal vez deba volver luego—el hombre frente a nosotros intenta salir pero Mercedes atraviesa rápidamente la distancia que los divide y lo toma del brazo

— ¿Qué tan tarde es?—pregunta angustiada mientras soy hecho a un lado de su conversación

—Mucho, si ella no te ve esta vez sufrirá mucho—él parece molesto

—Creo que soy inoportuno—decido hablar—si tienes algo importante que hacer no hay problema, todavía hay tiempo para mí. Ya he esperado 19 años por esto— medio sonrío para intentar aliviar su expresión

—Perdón por tener que irme, hablamos cuando regrese

—Hasta la noche, Diego—el hombre con voz llena de culpa se despide de mí y luego sale tomado de la mano de Mercedes.

Me apoyo en el escritorio mientras tomo bocanadas de aire. Esto ha sido demasiado. No sabía que ella estaba casada, ni siquiera había notado su anillo hasta hoy, peor que eso, él parece conocerme. Ni siquiera sé cómo se llama, ni por qué me miraba de esa forma y menos por qué siento tanta ansiedad, él es... Ni siquiera me permito terminar la idea en mi mente, no es posible, eso sería una completa locura ¿cierto?

Mi Hermana Noa 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora