Suena el timbre en el colegio de Marta, las 17:00, coge la mochila a toda prisa y sale de clase; ya no aguanta más, no soporta la gente que la rodea y va a explotar.
Su novio David, la espera fuera impaciente, quiere verla, sentir sus labios...pero aparece con tal velocidad que no es capaz de decirle nada. Sin decir palabra, ambos salen del recinto escolar y se dirigen a la casa de la chica. Él sabe lo que significa eso, y no le gusta nada. Llegan al portal de Marta, la cual lo abre con las llaves que hace rato que lleva en la mano y, de las que cuelga, un llavero en forma de oso, de color plateado, que le regaló su tía el año pasado. Cierra de un portazo y sube al rellano que hay entre el piso cero y el uno de su edificio, acompañada de su pareja, y al instante, rompe en llanto.
—¡No aguanto más!— exclama con ira. — No lo soporto, ¡cada día me ocurre igual!, llego a clase y todos se ríen de mí, algunos por mi timidez, otros por mi falta de pecho...Dios mío, ¡si acabo antes diciendo por lo que no se ríen!—grita a pleno pulmón a su novio, sabe que no tiene la culpa, pero necesita desahogarse de alguna manera.
—Lo sé cielo...pero ya sabes que conmigo siempre estas a salvo...no te preocupes por eso, ¿vale?— Le susurra al oído mientras la abraza, en un intento de calmarla.
—¡Pero eso no quita que me peguen y me insulten cada día!—exclama, y se da cuenta de que esas palabras han adquirido un tono más brusco del que pretendía. — Sé que lo intentas mi rey...y funciona, creeme, pero no puedo estar todo el día en tus brazos...ojalá pudiese, y cuando salgo de la tranquilidad que me producen, recuerdo la depresión en la que me encuentro sumida desde hace años y... yo...yo...—dice con un hilo de voz, mientras por sus ojos, ruedan lágrimas aperladas, manchadas del maquillaje que pone cada día bajo sus grises ojos para que David no tenga constancia del sufrimiento que lleva por dentro, que cada noche le oprime y le obliga a no dormir.
—Mi reina, ya sabes que por mí también estaríamos todo el día abrazados, porque desde que empezamos a salir, desde hace un año eres el pilar de mi vida, pero has de ser fuerte, sé que no es fácil, pero no dejes que esos hipócritas dirijan tu vida, ¡No merecen ni formar parte de ella!—exclamó con notable rabia en sus ojos.
Sabía que tenía razón, pero por algún motivo que ella desconocía, aquellas palabras, no conseguían apaciguar las aguas del mar embravecido que era su vida. Había algo, en su interior, que no le dejaba creer que eran verdad, pero tampoco pensaba que mentía. Era algo muy extraño.
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No tan fácil como parece
Teen FictionMarta, es una chica guapísima con un oscuro pasado. Es introvertida, pasa por bastantes problemas, los cuales, no desearía a nadie. Esta mujer incomprendida, no consigue hacerse entender ni entiende nada, lo que le traerá muchos problemas...