Capitulo # 2: Conociendo lo que me espera

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Después de la charla que tuve con Raúl, me dedique a correr, pero para ser más especifico de un punto A, a un punto B y del punto B al punto C, en otras palabras: corrí desde el colegio a un centro comercial, y de este centro comercial a otro, atravesando toda la ciudad, y para finalizar con mi entrenamiento del otro centro comercial a mi casa, donde me esperaba mi almuerzo y mi familia:

- Alan, llegas tarde, ¿donde estabas? - pregunto mi mamá asustada al verme sudar

- Me inscribí en atletismo, voy a participar en los juegos intercolegiados, así que fui a correr un rato para entrenar un poco para la carrera

- Oh, ya veo, pero la próxima vez tienes que avisar, me diste un gran susto, pero estoy alegre de que estés aquí y que hagas lo que realmente te apasiona

- Esta bien, mamá 

Entré a mi casa y me adentré en mi habitación a descansar un rato, para después almorzar, pero el cansancio no me lo permitió y me dormí sudado en la cama, para cuando me desperté eran las cinco con treinta y dos minutos de la tarde, así que para no desperdiciar ningún minuto más ni uno menos, me senté a almorzar y enseguida que terminé le avise a mi mamá que iba a salir a correr un rato más,¡perfecto!, me concedió el permiso, así salí a correr con los mismos puntos estratégicos planteados la vez pasada, pero esta vez agregue uno extra: el terminal de transporte (buses), corrí lo más rápido que pude para marcar cuanto tiempo gastaba en todo el recorrido. Para cuando llegué al terminal de transportes tenia un tiempo de veinte minutos con quince segundos y setenta y ocho mili segundos, era impresionante, pero era un buen tiempo para vivir en Cartagena de indias, una enorme ciudad para perderse con mucha facilidad, en fin, para cuando iba a regresar a mi casa, un motociclista paró en la zanja, por la que yo iba a cruzar:

- ¿Necesitas transporte? - dijo el motociclista

- No, solo hago un poco de ejercicio - contesté rápidamente - y ademas no tengo dinero 

- Eso no importa, solo que como te veo muy afanado, pues.. bueno pensé que necesitabas ayuda

- No, ya le que estoy haciendo un poco de ejercicio 

- ¿Que tienes en los bolsillos? , amigo - pregunto maliciosamente el motociclista

- Nada, ¿a que viene esa pregunta? - dije un poco intimidado, y comencé a caminar inconscientemente, pero el motociclista también me seguía el paso.

En ese momento, el motociclista hace un movimiento fuerte y rápido, e introduce su mano a mi bolsillo izquierdo, y sacó mi celular, pero también reaccioné al movimiento y le arrebaté el celular de la mano:

- Dámelo si no quieres que te chuzé - dijo el motociclista sacando un cuchillo mariposa del bolsillo de su chaqueta

- Si en ese caso esta la situación... - dije sin temor y miré mi alrededor buscando un C.A.I de policías para asegurar mi protección

- No encontraras a nadie aquí, no saldrás de esta con vida - dijo amenazante el motociclista

Acerqué el celular despacio para que el motociclista lo tomará, cuando el motociclista acercó la mano para tomar el celular ajeno, dí una patada rápida al motor de la motocicleta, para desequilibrar la motocicleta y hacer que esta caiga al suelo, cuando todo el peso de la motocicleta cayó sobre la pierna izquierda del motociclista, este soltó un grito y ese instante enganché a correr más rápido de lo que mis piernas soportaban, exagerando mi cuerpo al máximo, pero el motociclista se levantó y empezó a perseguirme, pero para intentar evadirlo me metí en calles para confundirlo:

- Cuando te encuentre, te haré sufrir, más que un cerdo - grito el motociclista a lo lejos 

No quería arriesgarme a gritar para pedir ayuda, porque cuando más se necesita la ayuda esta se esconde, entonces mejor me quedé callado para no darle ninguna ubicación al motociclista y seguí corriendo deseperadamente para salvar mi vida, debí haberle dado el celular para que no hiciera lo que esta haciendo ahora, pero sentí que no podía quedarme sin hace nada por lo que he luchado, para que venga alguien como el motociclista a quitármelo porque si, porque se le da la gana de robármelo, para eso se tiene que partir la espalda en dos para lograr lo que quiere, en fin, corrí y corrí sin que el cansancio me afectará, y a lo lejos vi luces, que solo podía ser una cosa: así una avenida, así corrí lo más rápido posible, pero antes de llegar tomé una piedra por si el motociclista se atrevía a aparecerme por allí, la guardé en mi bolsillo derecho, y el motociclista seguía gritando para encontrar me pero yo no iba a ceder para a jugar a su juego. Cuando llegué a la avenida, no creí en estuviera sola, pero si lo estaba, para mi infortunio lo estaba, y las luces eran para iluminar el sendero oscuro, aunque también, seguí corriendo, por esa avenida para llegar rápidamente a mi casa y sacarme de este peligro en el que me he encontrado en mi camino.

Cuando ya había pasado corriendo cinco cuadras hacia el norte, escuché el mofle de una motocicleta: el motociclista, esto estaba mal, pero por lo menos no se podía poner peor de lo que estaba. Pero cuando el motociclista emprendía carrera para alcanzarme, escuché a gritos mi nombre:

- Alan, hijo ¿que haces por acá? - dijo mi mamá desde un taxi - no importa ven y sube

- Ya voy mamá - titubee 

Corrí y entre al taxi rápido, pero cuando el taxi iba a arrancar, el motociclista se metió en la vía opuesta y se estacionó en frente del taxi, obstruyendole la vía al taxista, el motociclista se baja de su motocicleta:

- Señora, ¿este es su hijo? - pregunto el motociclista

- Si, él es mi hijo, ¿porque tiene algún problema con él? - contestó mi mamá

- Si, el muchacho dijo que necesitaba una motocicleta para llegar acá y entonces y yo le dije que se montara, pero cuando llegamos él no me pago, es más pateó mi motocicleta y casi rompe mi pierna - dijo el motociclista

- Oh, Alan ¿lo que el dice es verdad? - me pregunta mi mamá asustada

- No lo que este tipo es un ladrón, el sinvergüenza ese me busco, para robarme el celular, todo lo tenia planeado, ¡créeme a mi que tu a él no le conoces!      

En ese momento, el motociclista desenfunda su cuchillo mariposa y se lo pone en el cuello a mi mamá:

- Ahora entrégame tu celular - me dijo el motociclista - o sino la mataré, no estoy de juegos muchacho

- Esta bien, pero primero tienes que quitarle tu cuchillo de encima

- No, en este juego yo hago las reglas, no tú

- Como quieras, toma

Metí mi mano en el bolsillo derecho y saqué la piedra y la arrojé exactamente a la nariz del motociclista, este se volcó en el suelo, viendo como su sangre se derramaba a montones, aproveché que estaba vulnerable en el suelo, así que le di dos patadas impetuosas:

- Esto es por tratar de robarme - dije al motociclista, mientras pateaba su entrepierna - y esto por amenazar de muerte a mi mamá - mientras pateaba impetuosamente sus costillas, y este solo se retorcía en el suelo:

- Esto no se acaba aquí - dijo dolorido el motociclista

- Pues, yo creo que si - le dije

Me dirigí hacia la motocicleta, y la empujé sin cuidado, para apartarla del camino, luego me subí en el taxi:

-  Al paseo de la castellana, por favor - dije al taxista

   

   

                       



    

  

Una conmoción apasionanteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora