Entré al salón, todos me miraban, no pude evitar ponerme nerviosa, pero... Había una mirada que resaltaba entre las demás, unos ojos azules... Tan azules como el cielo que sólo podía observar por la pequeña ventanita que tenía mi habitación mientras estuve encerrada. Sí, definitivamente era exactamente el mismo azul... Un azul que me brindaba tranquilidad, una única sensación de libertad, sin embargo se parecía tanto que también me hacia recordar un sentimiento, un sentimiento que no volvía a sentir desde que estuve allí, ese sentimiento era tristeza... Me miraban con tal desprecio, que estaba absolutamente segura que el dueño de esa mirada me odiaría de por vida y no me equivocaba.
Cuando estuve ya adentro y la puerta se cerró, empece a temblar, todos estaban en silencio mientras veían a esa niña, delgada y fina con una pizarrita aferrada a su pecho como si se tratase de su mayor tesoro, la profesa, la señorita Decker, me observó, tenía en su rostro una sonrisa de ternura y amabilidad, y entonces dijo:
-Chicos, denle la bienvenida a su nueva compañera, ¿cómo te llamas, cielo?- me preguntó amablemente.
-SPENCER- escribí.
Mire al frente y todos me observaban con una cara extraña, no entendían el porqué de que yo escribiera en esa pizarra, sin embargo, sólo un "valiente" se atrevió a preguntar y poniéndose de pie dijo:
-¿Porqué escribes en esa tonta pizarra?, ¿a caso no sabes hablar o se te comieron la lengua los ratones, niña tonta?-
Sólo unos pocos niños y una niña vestida muy masculina sentados atrás se rieron, esos chicos parecían su grupo de amigos. Salí corriendo avergonzada por las risas, y empecé a llorar, sólo escuche como reprendían a ese chico y le decían que fuera al rectorado, mientras los otros solo se quejaban de las cosas que decía la profesora. Jessica le decía a Elena que enviarme a la escuela no fue una buena idea, pero ella no daría su brazo a torcer.
-Jessica, por favor cálmate, iré a hablar con ella-
-Spencer ¿qué pasó, cariño?
-Un niño me gritó y me insultó- dije casi sollozando. Elena era una de las personas a las que les tenía confianza, por eso hablaba con ella.
-¿Recuerdas lo que te dije una vez?- me preguntó.
-¿Qué cosa?
-Que nadie puede hacerte sentir mal ni hacerte daño porque tú eres fuerte y tienes gente que te quiere y te protegerá pase lo que pase- me respondió.
-Sí, lo sé, gracias Elena-
-De nada, cariño. Ahora ve allá y muestrales quien es Spencer Brooks-
Camine muy temerosa otra vez al salón de clases, mirando a Jessica y Elena, las dos me motivaron a entrar y vi que el chico que me dijo tonta estaba ahí siendo observado atentamente por la señorita Decker. Cuando entré, tomé mi marcador y empecé a escribir en la pizarra del salón:
HOLA, SOY SPENCER BROOKS, TENGO 14 AÑOS Y ES LA PRIMERA VEZ QUE ESTOY EN UNA ESCUELA, MI COLOR FAVORITO ES EL ROJO Y MIS ANIMALES FAVORITOS SON LAS MARIQUITAS Y LOS PERROS, ME ENCANTA LEER Y MI LIBRO FAVORITO ES EL FANTASMA DE LA ÓPERA, MIS BANDAS FAVORITAS SON COLDPLAY Y ONE REPUBLIC, MIS CANTANTES FAVORITAS SON P!NK Y LILY ALLEN, MIS CANCIONES FAVORITAS SON COUNTING STARS Y YELLOW, NO ME GUSTA NI JUSTIN BIEBER NI ONE DIRECTION, NO PRÁCTICO DEPORTES PERO ME ENCANTA PASEAR EN BICICLETA, TOCO EL PIANO E IRÓNICAMENTE HABLO FRANCÉS E ITALIANO, CUANDO SEA GRANDE QUIERO SER ESCRITORA PORQUE ME GUSTA ESCRIBIR HISTORIAS AUNQUE NO CONTARLAS.
Cuando termine de escribir me senté justo a lado del chico de ojos azules, lo miré y le sonreí, solo para que se diera cuenta de que nada ni nadie podía arruinar mi felicidad, la señorita Decker se sentó en un pupitre para leer lo que había escrito, mientras que yo miraba al chico cuando este leía lo que estaba en la pizarra, cuando término de leer, escribí en mi pizarrita un amistoso:
HOLA, ¿CÓMO TE LLAMAS?
Acto seguido se lo mostré y él me miró extrañado, sin embargo yo permanecía con una sonrisa imborrable, entonces me respondió
-A ti que te importa, igual no puedes llevar una conversación normal, fenómeno-
-HOLA, ¿CÓMO TE LLAMAS?
-Ethan, pero ya no me molestes, mi humor no es el mejor-
-MUCHO GUSTO ETHAN- conteste muy sonreída, pues no iba a dejar que un chico como ese hiciese mi vida imposible, luego el parlante de la oficina sonó...
-Ethan Kent, acercarse a la oficina del director-
-Genial- susurro por lo bajo el muchacho.
-Gracias por llorar, fenómeno, ¿qué acaso no puedes ser más fuerte?- me encaró.
-NO, Y ES UN PLACER CONOCERTE ETHAN KENT-
Y esa fue toda mi conversación con aquel chico que recordó que nadie puede hacerme caer...
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Mi silencio, mi voz
TeenfikceImagina estar en el infierno, no hablemos del de llamas y Satanás, sino tu propio infierno. Ese mal sueño, esa pesadilla, el infierno que tú has personalizado a tu conveniencia. Ahora imagina que vives ese infierno, que no es una pesadilla, sino un...