Sólo déjame ver tu sonrisa •Yaoi •

capítulo 3

--. No digas esas cosas Hoodie.

Hoodie se levantó del suelo y le extendió la mano a Masky para ayudarlo a pararse.
--. ¿Por que no?, es la verdad. --,dijo sin vergüenza.

Antes de que Masky pueda contestar eso, apareció el operador. Este no se acercó a ellos demasiado pero aun así ellos podían sentirlo. Se separaron rápidamente y se acercaron a el, de seguro el tenía algo nuevo que hacer para el dúo de Proxys.

Slenderman no puede hablar. Eso es simplemente obvio por no tener rostro pero aun así el puede cambiar de forma a voluntad... pero nunca lo usa. Para el es mejor hablar con ellos de una forma más sencilla; mentalmente.

Y como ellos ya sabían, el operador tenía un trabajo especial para ellos.

...

Jeff despertó.

Un fuerte dolor de cabeza Lo invadió dejándole soltar un bufido de fastidio. Las resacas ya eran normales para el pero no le agrada sentir esas náuseas que lo único que le causan es asco.

Colocando una mano en su frente se quitó la máscara dejando que la luz fuerte del día golpeara en su rostro. No podía verse por el simple hecho de no tener un espejo a su alcance pero estaba seguro de que el alcohol lo deja devastado.

Se paró de la cama estirándose y dejando la máscara sobre el colchón. Caminó despacio hasta el cuarto de baño y vio un espejo, se acercó y confirmó lo que pensaba. Realmente se veía hermoso. Tal y como debió ser siempre. Tomó el grifo y lo abrió con la esperanza de que haya agua y por lástima no había... solo le quedaba ir al manantial para refrescarse.

Sin otra opción tomó la máscara, su cuchillo y sin colocarse la capucha se fue de allí. Nadie venía por esos lugares así que no hay problema en ocultar su rostro.

Tranquilamente sólo caminaba sin desviarse del camino al agua fresca. Tenia sed y alcohol ya no tenía. El agua es su única opción sin mencionar que ya no tenía dinero.

Al llegar junto al agua se quitó el chándal quedándose sólo con su camiseta negra dejando sobre esta el cuchillo y la máscara. Se acercó al agua y metiendo la mano en ella se tiró el líquido en el rostro. Se sentía bien.

Relajante y silencioso.

Miró hacia arriba contemplando en cielo azul. Por alguna razón se sentía atrapado en una ruleta rusa sin balas. La emoción de asesinar ya no era la misma desde hace unos meses. Se volvió predecible y repetitivo.

Sabía que muchos lo buscaban con las mismas intenciones; matarlo. Después de haber arrebatado tantas vidas inocentes ya nada le era nuevo o emocionante. Quería más emoción, más diversión... Como al principio.

Se alejó del agua y al pie del árbol se acostó relajándose. No tenía nada importante que hacer, sin dinero sólo tenía que asesinar a alguien y quitarle el dinero pero la idea de hacer lo mismo que ha hecho en siento de oportunidades lo aburre. ¿que podría hacer ahora?. La culpa que siente esta latente pero sus ganas de matar se disipan... Pero, tenia una competencia. Ese tal Eyeless era noticia y la forma en la que el dejaba estupefactos a todos lo molestaba. ¡El es el único asesino en ese lugar!, aun que últimamente está más tranquilo aún así sentía posesión por su territorio.

Miró hacia un lado encontrándose con la máscara. Todavía no encontraba al dueño de ese objeto. ¿De verdad lo ayudaron?, creía que era solo por miedo o tal vez respeto. Dejó nuevamente la máscara sobre su rostro aspirando el aroma que despedía. Era masculino, sin dudar masculino pero agradable.
Suspiró cansado. Todavía no pasaba la resaca y sin pensarlo dos veces decidió dormir un rato mas. Luego conseguiría dinero.

...

El estaba allí.

Lo veía dormir con su máscara puesta y sin su chándal ni arma a la mano.

Se veía vulnerable.

Una sonrisa se asomó en su rostro. No había duda de que era una perfecta oportunidad. Saliendo de entre los arbustos este se acercó despacio sin hacer ruido para no despertar al pelinegro. Cuando estuvo cerca sólo pudo observarlo dormir. Su pecho se movía al compás de su respiración tranquila y un leve ronquido se dejaba escuchar. Se notaba que estaba cansado.

Se acercó lo suficiente al rostro del otro como para escuchar su respiración y con una sonrisa posó un beso sobre la máscara en donde se supone que se encuentran sus labios.

Se separó y tomando el chándal entre sus manos la metió al agua y comenzó a limpiarla con cautela. La sangre seca es difícil de quitar pero no imposible de limpiar. El agua se llevaba todo el color rojo dejando la tela blanca como debía ser. Escurrió todo el agua que pudo de la tela y en una de las ramas colgó el chándal para dejarla secar con el viento que de hecho estaba fuerte.

Cuando estaba por irse algo para su caminata. Un hacha casi lo atraviesa pero él al ser algo inmaterial el pesado metal no logró tocarlo. Ladeó su cabeza a la dirección de donde fue el ataque viendo quien fue el que se atrevió a hacer aquello.

--. ¿Que haces aquí?, te he-he-he dicho que-que no vu-vu-vuelvas si no quería que los proxys te-te maten. --,dijo el de los tics. Se pone nervioso con facilidad y sin mencionar su mal carácter.

--. Lo sé. Pero tenía algo importante que hacer. --,dijo el de mirada oscura refiriéndose al dormido Jeff.

--. Ya veo. --,dice viendo a esa dirección específica. --,pero ellos están cerca. No sé que tienes que ver con Woods pero debes irte antes de-de-de que vuelvan.

--. Ya lo sé. Ya lo sé. --,estiraba sus brazos cansado. --. Me iré pero vigila que Masky no lastime a Jeff... Aun que creo que puede cuidarse perfectamente el solo.

--. Eso es muy obvio. --,Toby desvío la mirada. --. Vamos. Vete.

Sin nada más que decir Eyeless desapareció tan rápido como apareció.

Toby soltó un pesado suspiro y miró a Jeff dormir. ¿cuidarlo?, ni de chiste. El puede y debe estar solo, así siempre le ha gustado estar aún que hay veces en las que nadie entiende al psicópata.

¿Por qué Eyeless está tan interesado en el asesino?.