Capítulo 1

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Una Nublada Tarde De Agosto

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Una Nublada Tarde De Agosto. Catedral de Cuernavaca

La catedral se encuentra bastante tranquila a pesar de la hora, un par de turistas que toman fotos por doquier mientras su guía descansa en una banca, un señor que está a mi izquierda hablando por teléfono bastante enojado, maldiciendo a medio mundo sin importarle lo que piensen las personas que pasan a su alrededor y finalmente una pareja bastante acaramelada, comiéndose a besos y disfrutando de la tranquilidad del lugar.

Y yo, bueno yo me encuentro sentada frente a la fuente, recordando cómo es que todo había empezado tan solo unos meses atrás, esperando la llegada de aquella persona que se había convertido en alguien tan especial para mí en tan poco tiempo, alguien que me había cambiado por completo y que estaba a punto de perder, no sabía si volvería a saber algo sobre ella o simplemente desaparecería de mi vida tan repentinamente como había llegado.

Los minutos pasan lentamente y me dejo llevar por la ola de recuerdos que invaden mi mente, olvidándome por completo de lo que pasa a mí alrededor y volviendo en el tiempo a aquellos lejanos días del mes de Enero.


Una Cálida Tarde De Enero. En Algún Lugar De Toluca

Jessica y Jesús caminaban tomados de la mano tal y como lo habían hecho en los últimos meses, en los cuales su amistad y su amor se habían vuelto más fuertes, la calle se encontraba muy solitaria pese a la hora que era, solo estaban un par de niños que disfrutaban sus últimos días de vacaciones jugando béisbol, caminaban observando el paisaje mientras charlaban sobre sus recientes vacaciones, hasta que llegaron al parque donde habían compartido risas, lágrimas y besos en los últimos días, un lugar especial para ambos que guardaba su más grande secreto, caminaron hasta el banco que estaba a lado de los columpios y se sentaron al tiempo que sus miradas se encontraban y ambos sonreían.

          - Deberías agregarla en Facebook.

          - ¿A quién? – preguntó Jesús sin enterarse muy bien en que momento habían cambiado de tema.

          - A Ilse, es mi mejor amiga y los dos son muy importantes para mí – continuó Jessica al tiempo que le daba un cálido beso en los labios.

           - Claro, te prometo que cuando llegue a casa le mandare solicitud – sentenció Jesús con una sonrisa que le había provocado aquel beso tan espontáneo.

          - Me parece perfecto.

Sin decir una sola palabra más, Jessica se volvió a acercar a Jesús para tomar sus manos y después besarlo por un largo rato de forma apasionada, hasta que al finalizar aquel beso terminaron abrazados.

          - Te quiero mucho - le susurró Jessica al oído.

          - Yo también – respondió él al tiempo que le daba otro cariñoso beso, este más corto que el anterior.

Quedaron de frente sin decir nada, la mirada de Jesús se perdía completamente en los ojos de Jessica, quien al darse cuenta comenzó a ruborizarse. Jessica comenzó a buscar su celular que había metido en su mochila antes de llegar al parque.

          - ¡Dios mío, es tardísimo!, ya no tarda en llegar mi mamá – exclamó Jessica alzando un poco la voz y con preocupación.

          - ¿Qué hora es?

          - Las 3:45

          - Creo que es hora de despedirnos – sugirió Jesús mientras confirmaba la hora viendo su celular.

          - Sí, yo pienso lo mismo, no quiero que mi mamá se enoje conmigo otra vez.

Jesús se levantó de la banca y le ofreció su mano para que hiciera lo mismo, su mano comenzó a recorrer suavemente su mejilla al tiempo que Jessica le daba otro beso, con menos pasión pero más tierno.

          - Linda tarde y suerte con tu mamá – dijo Jesús mientras le daba un beso en la mejilla.

          - Gracias, te quiero mucho – contestó Jessica dándole también un beso entre los labios y la mejilla.

          - Yo te quiero más.

Con esa despedida cada uno tomó su camino mientras sus miradas se encontraban al alejarse, había sido un día bastante agitado para ambos, ya que para algunas personas era difícil comprender como tan rápido habían pasado de ser amigos a lo que fuese que tuvieran, dejando todo de lado para intentar ser felices a pasar de que ciertas personas querían verlos separados.

Jesús caminaba hacia la base de taxis para poder ir a su casa, mientras que de su cabeza no podía sacarse la imagen de Jessica, sus ojos color café, su encantadora sonrisa, su cabello negro que siempre iba perfectamente arreglado y su figura que causaba envidia.

Jessica ya en su casa corría hasta su cuarto para poder encender su computadora y hablar con Ilse para contarle todo lo que había pasado ese día, como lo hacían cada tarde.


Una Cálida Tarde De Enero. En Algún Lugar De Cuernavaca

Los últimos días habían sido los más aburridos de sus 15 años, sus padres no la dejaban salir e Ilse contaba los minutos que faltaban para poder platicar con Jessica.

Ilse recorría su casa de un lado a otro mientras el aburrimiento la mataba, bajó las escaleras y se dirigió a la cocina, comenzó a buscar algo en el refrigerador que le saciara el hambre que la perseguía desde hace unos minutos atrás, su figura comenzaba a preocuparle pero sin tomarle mucha importancia tomó un bote de helado de vainilla, tomó una cuchara y nuevamente se dirigió a las escaleras, las subió sigilosamente y corrió a su cuarto el cual cerró por completo al entrar para que nadie la molestara, tomó su laptop y mientras encendía se recostó sobre su cama esperando que su amiga estuviera conectada.

Ilse llevaba un par de minutos comiendo helado cuando el tan ansiado momento por fin llegó, Jessica apareció como conectada y sin pensarlo dos veces se dispuso a escribir.

Ilse: Hola Jess :)

Jessica: Hola ¿cómo estás?

Ilse: Muy aburrida, mis papas no me dejan salir ni a la esquina.

Jessica: ¿Sigues castigada?

Ilse: Si, ya son tres semanas.

Jessica: u.u que mal.

Ilse: Si lo sé ¿qué tal te fue en la escuela?

Jessica: Fue muy estresante, mi ex novio no me deja en paz.

Ilse: ¿Sigue insistiendo?

Jessica: Como no tienes idea, ya hasta me cae mal.

Ilse: Si no te deja en paz lo iré a golpear.

Jessica: NTP de Carlos yo me encargo.

En ese momento apareció una solicitud de amistad, Ilse no quería interrumpir la plática, sin embargo quería saber de quién era la solicitud, "Jesús quiere ser tu amigo en Facebook: 1 amigos en común", le sonrió al monitor, había escuchado un par de historias sobre él, un buen chico con sus defectos y con una historia junto a su mejor amiga, así que decidió aceptarlo sin saber lo que el destino tenía preparado con esa solicitud de amistad.

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