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| Natsu |

No.

No.

No.

¿Qué mierda está pasando?

¡Joder! ¡Joder! ¡Joder!

¿¡Qué hago!?

Lucy lloraba e intentaba golpear la pared con todas sus fuerzas. Un esfuerzo inútil.

–¡Natsu!–gritaba llorando. –¡No quiero irme, Natsu! ¡No quiero morir! ¡No otra vez!

¡Yo no sé que mierda esta pasando!

¿Morir? ¿Irse? ¿Pero que acaso se la llevarán?

Es hora de irnos...–seguían susurrando el peli-negro y la oji-verde.

Esto es lo raro. La ni... digo, rubia parece controlada. No parece estar haciéndolo a su voluntad. El cuerpo de Lucy se iba haciendo transparente, y se iba elevando.

Oh no. Ahora si entré en pánico. Trataba de golpear la maldita pared invisible.

Inútil.

¡Es inútil!

¡No puedo llegar a ella!

–¡Lucy!–grité.

Mis ojos estaban... ¿llorosos? Pues claro. Como no lloraré.

"Prometo no dejarte sola..."

He hecho esa promesa dos veces. Y no la cumplí a la primera. Ahora la cumpliré.

Se va, yo me voy junto a ella.

Lo prometo.

| Lucy |

No. No quiero irme. No quiero hacerlo. No ahora. No otra vez. No quiero morir.

–¡Mavis! ¡Zeref! ¡Por favor!–lágrimas seguían cayendo de mis ojos. Mavis no tenía brillo alguno en sus ojos.

La pared invisible impedía que estuviera junto a Natsu.

–¡Natsu!

No.

Es inútil seguir gritando su nombre.

Sabía muy bien que este día llegaría, pero...

¿Por qué tan pronto?

Mi cuerpo. Vi mis manos. Eran más transparentes de lo normal. No sentía el frío del suelo.

¿Por qué me elevo?

¡No quiero!

Natsu soltaba lágrimas.

¿Por qué? ¡No quiero que llore!

Una sonrisa triste se formo en su rostro, aún con las lágrimas cayendo. Se fue al lado contrario de la pared; al otro extremo del edificio, y se paró sobre la esquina.

Me enamoré de un... ¿¡fantasma?!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora