Me enamoré de un... ¿¡fantasma?!

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14 de febrero 

—¿Lista, Luce?

—Sí.

—Bien. Vamos.

—¿Sabes qué? Creo que olvide mi cuaderno; debería regresar. Ve tú. Yo llego más tarde.—le dijo Lucy a Natsu con una sonrisa nerviosa, dándose la vuelta.

—Oh, claro que no, rubia oxigenada. Hay que entrar o llegaremos tarde.—le dijo Natsu tomándola de la muñeca para después jalarla.

—¡Nashoo~! ¡No me hagas hacerlo!—se quejó Lucy con lágrimas de cocodrilo saliendo de sus ojos.

—Has estado viniendo a esta secundaria por 50 años, ¿y ahora le tienes miedo?—le preguntó Natsu en un tono burlón.

—Pues sí, porque todos pueden verme ahora.—contestó con un puchero.

—Te ves linda con ese puchero.—dijo Natsu. —Anda vamos, no me hagas hacerlo yo mismo, Luce.

—Pf. No. No iré.

—Tú lo pediste.

—¿Yo qué?—preguntó, antes de sentir como sus pies dejaban de tocar el suelo. Lucy gritó. —¡BÁJAME!—gritó Lucy mientras lo golpeaba. 

—No. Si lo hago te irás. Y no quiero eso.—le contestó Natsu con una sonrisa traviesa.

—¡Caminaré! ¡Pero bájame!—dijo Lucy con el ceño fruncido.

—Bien.—contestó Natsu antes de bajarla.

Se fueron caminando hacia la secundaria mientras hablaban sobre cosas aleatorias, hasta que llegaron frente al edificio.

—No puedo hacer esto.—dijo Lucy preocupada. ¿Cómo no estar nerviosa después de ser un fantasma por 50 años?

—Oh, claro que sí puedes.—le contestó Natsu sonriendo.

—Ugghhghhhgg. Por eso te odio.—le dijo Lucy entrando.

—Soy odiosamente sexy, ¿no?

—Ajam, sí.Como tú digas.

—Me halagas, rubia oxigenada.

—Con gusto lo sigo haciendo, Señor Dragneel.

—Me gusta su actitud, Señorita Dragneel.

—¿Qué?

Sin haberse dado cuenta, estaban caminando por los pasillos como si fuera la cosa más normal del mundo.

"—¿Quién es ella? ¿Es nueva? ¿Por qué está con el peli-rosa?"

Comentarios no paraban de escucharse por todo el lugar, pero la pareja simplemente los ignoraba.

—¿Que acaso no nos casaremos, Luce?—preguntó Natsu con cara de perrito abandonado.

—¿¡Qué?! ¡No! ¡Bueno, sí! ¡Pero no! ¡Tal vez! ¡AGHSHHSH!¡No lo sé!—gritó Lucy.

—Yo casi muero por ti, y ni siquiera me lo agradeces. Eres una malagradecida, rubia oxigenada.—dijo Natsu haciéndose el ofendido.

—Ay, Natsu. ¿Cómo quieres que responda a eso? Apenas hace algunas semanas casi muero. ¿Qué quieres que haga?—dijo Lucy recordando por todo lo que habían pasado.