Mis últimos días a tu lado.

CAPÍTULO 4: 21 DE MARZO DE 2262. Me debes una explicación.

Veo el agua caer sobre el lavabo y las gotas revotar salpicándome el vestido.

No hago más que echarme agua en la cara intentando que me baje el calor de los nervios pero mi cara sigue igual de roja que hace diez minutos.

Escucho pasos y una voz familiar me llama. Esta vez la voz es femenina.

Estoy apoyada con las dos manos sobre el lavabo, frente al espejo, cuando entra Julie.

-Te estaba buscando, algo he oído pero no todo. ¿Qué ha pasado?-pregunta Julie.

-Nada, estoy bien, no es nada solo me estoy echando agua.-por desgracia no ha sido una pesadilla.

-Bueno pues si no me lo quieres contar no pasa nada, ya sabes que estamos aquí para apoyarte en lo que sea, asique no dudes en contar con nosotras. Cuando estés mejor vente a la pista de baile que van a poner una canción de parejas, pero una balada no, una de estas para bailar chicos y chicas en conjunto. Deberías venir cuando estés mejor. Bueno esperaré fuera con las demás ¿vale?- me comenta mi amiga tratando de animarme.

Me encontraba mejor, pero prefiero salir más tarde.

Oigo pasos y risas, y esta vez no los conozco. Asique me escondo en uno de los baños y cierro la puerta con pestillo.

Dos chicas entran hablado de temas que no me incumben hasta que una de las dos le comenta a la otra:

-Oye, ¿has visto lo que ha pasado en el vestíbulo principal hace veinte minutos?

-Pues no, estaba en una mesa hablando con John, ¿por qué?, ¿qué ha pasado?

-Una chica le ha dado una bofetada a un chico en la cara. Casi nadie sabe porqué. Luego la chica salió corriendo y no se sabe dónde está, y el chico no dijo ni una palabra y se fue por la puerta principal. Tampoco sabe nadie dónde fue.

Mi corazón vuelve a acelerarse por tercera vez esta noche, todo un record.

Tiemblo tanto y me siento tan torpe que sin querer la tapa del retrete cae provocando un estruendo muy fuerte. Asique las chicas se callan.

-Hay alguien en el servicio, ¿has terminado con el lápiz de ojos?- pregunta una de las chicas.

-Sí, vamos- responde la otra.

Y las dos juntas se van.

El corazón se me va relajando poco a poco hasta volver a su ritmo natural.

Apenas puedo pensar en todo lo que me ha podido pasar en menos de dos horas. Se me colapsan los pensamientos, son tantos.

Salgo del baño y me dirijo al grupo donde están reunidas mis amigas, que me acribillan con una estampida de preguntas de las que solo sé distinguir "¿qué ha pasado?" asique les digo a todas que me voy.

-Adios, Kimmy te vemos pasado mañana en el instituto.- se despide Alex.

Durante todo el trayecto de camino a casa ha estado lloviendo, y sigue lloviendo, de lo contrario no estaría de nuevo mojada e igual que antes; con las suelas de los pies sucias.

Llego a mi casa.

Al parecer la noche aún no ha acabado y todavía me guarda sorpresas interesantes.

-Creo que te debo una respuesta...- dice Matt sentado en el banco que hay enfrente de mi casa, con los codos sobre las rodillas, mientras, sostiene un bloque de hielo medio derretido a causa de la lluvia sobre su mejilla. Esta vez usa un tono mucho más responsable que el que ha estado usando hasta ahora.