Capítulo 4.
-Perfecto, nos sacaron de la fiesta y estoy sangrando. – Dijo Tod tocándose cuidadosamente la nariz que le sangraba.
-Miren el lado bueno… - Dije. – Bueno, tal vez no haya ningún lado bueno, pero estamos vivos…
-“Al menos estamos vivos” – Remedó antipáticamente Tom.
-Ey, hay que repetirlo otra vez. – Dije en forma de burla.
- Ni loco vuelvo a esta casa o cualquier casa que tenga que ver con los del equipo. – Dijo Tod.
- ¿Sabes qué? – Preguntó Tom. – Me voy, hasta nunca Jason. – Se fue.
-Ey, espera. – Dije. – No te vayas… - Ok, creo que quedamos tú y yo, Tod.
- Lo siento hermano, pero quiero vivir todavía. – Palmeó mi espalda dos veces. – Adiós, buenas noches. – Se fue.
“Que cobardes.” – Pensé.
Caminé a paso lento por la calle sola hasta llegar a mi casa. Entré con mi llave, todo estaba oscuro. Todos en la casa duermen temprano, tal vez esa sea la razón…
La luz se encendió, me asusté. Es mamá y me regañará por llegar tarde. Busqué con la mirada a alguien, pero no era mamá, era Alison.
-Uff Alison me asustaste, pensé que eras mamá. – Dije.
Ella tenía los brazos cruzados y con un ceño fruncido. Pero no dijo nada, una grande silueta fue saliendo detrás de ella.
Era mamá con la misma posición de ella.
-¿Mamá? – Pregunté asombrado. - ¿Qué haces despierta?
-¿Qué haces tú despierto a estas horas, jovencito? ¿Qué hacía en la calle tan tarde? – Preguntó mamá.
Alison fue creándose poco a poco una sonrisita en su rostro. Malvada.
-Emm… Estaba con Tom y Tod. – Dije. – Ya sabes… Los gemelos…
-Sí sé cuáles son los Gemelos Ducktons, no me tienes que decir. – respondió seria. – Mañana hablamos de esto, jovencito. Estoy muy cansada como para regañarte ahora.
-¡Pero mamá! – Chilló Alison. – Dijiste que lo ibas a castigar, castígalo ahora.
-Mañana lo hago, amor. Buenas noches. – Dijo y subió las escaleras.
Alison volteó a ver mi cara, yo le subí una ceja para una respuesta a lo que pasó.
-¿Por qué me haces eso, Alison? – Pregunté.
-Sé dónde estabas, sabía que no aguantarías a no ir a esa fiesta desde que te enteraste. – Dijo. - ¿Ahora qué? ¿Cómo te fue? – Sonrió maliciosamente, sabía que me fue mal.
-Me fue genial, créeme. La música era genial, baile con pares de porristas… Pero me vine temprano porque… porque ya la fiesta estaba aburrida. – Mentí.
-Ok, no te creeré. Buenas noches, bailarín. – Se despidió para luego subir a su cuarto.
No me creyó, pero al menos no me hizo cantaletas… Creo que eso es malo, ¿Qué va a hacer? Bueno, lo que vaya a hacer no creo que sea tan malo, pero aun así estoy un poco asustado.
Sofía Bretford:
Hoy fue un día un poco extraño y más por lo que pasó en la noche… Aún no me olvido de lo que pasó, no sé cómo estaría Jason cogiéndola conmigo, creo que me está haciendo una burla por lo que le hice a su hermana. Él espera que le diga a todo el mundo lo que pasó, pero no, no va a ser así. No le diré a nadie cuando me entere lo que en verdad piense hacer Frogwest conmigo.
A pesar de tener la peor noche de mi vida, no pude dormir. Hice lo que pude para poderme levantarme en la mañana, nunca en mi vida me he sentido tan cansada como ahora que estoy sintiendo.
Me levanté de mi cama para dirigirme al espejo.
-O-DI-OS-MI-O. ¿Qué me pasó? – Dije cuando me di cuenta que unas grande bolsas grises rodeaban por lo bajo de mi ojo. – No puedo salir así.
Cogí mi estuche de maquillaje y me eché lo suficiente para que no se vea nada.
Era sábado por la tarde, toda la mañana la pasé en casa con mi mamá ayudándole en hacer cosas de la casa. Era un día perfecto para ir con mi mejor amiga de compras, nos decidimos vernos allá a las 4pm y estoy ya en el carro de mi mamá mientras mi mamá paraba el carro en la entrada.
-Ten cuidado. Aunque sea un sitio público, hay gente mala ahí, así que no te quedes sola ni por ningún motivo. – Dijo.
-Sí mamá, yo sé. Chao. – La besé.
-Cuídate. – Me bajé del auto y cerré la puerta.
Junto con Fernanda, caminamos tienda por tienda, comprando al menos una prenda de aquella. Estábamos charlando con las bolsas en las manos y caminando hacia otra nueva tienda hasta que alguien me llamó por mi nombre, voltee y no vi a nadie.
-Tal vez llamaron a otra persona. – Dijo Fernanda.
“SOFÍAA!” Gritaron de nuevo.
-No creo que sea para otra persona… - Dije.
Voltee a mi lado derecho y me encontré con un joven, era Jason.
-Hola Sofía, nos dejas solos ¿por favor? – Le dijo a Fernanda.
-Ok, me sentaré allá. – se fue a una banca.
Malhumorada y sin razón de hablar pregunté:
-¿Qué quieres?
-Oww, me gusta tu maquillaje. – Dijo sarcásticamente.
- Oww, a mí también me gusta tus moretones. – Dije sonriendo.
- Aww, gracias. No digas mucho o me sonrojaré. – Dijo.
- No estoy esperando aquí para que solo me digas burlas, esta es la última vez que me hablarás, aprovéchala. – Dije.
-Es que te llamé para decirte un secreto… - Dijo.
-¿Qué? – Dije sin ganas.
-Creo que estoy empezando a enamorarme.
-Oh, ¿En serio? – Fingí ánimos. - ¿Por qué me dices eso a mí? – Pregunté.
- No tengo a otra persona a quién decírselo a que le interese… - Respondió.
- Oh, pobre. – Fingí compasión.
-Créeme que me he resistido hasta lo último.
- ¿Y de qué mujerzuela, si se puede saber? – Pregunté algo furiosa.
-¡No la llames así! – Exclamó furioso.
-¿Por qué? ¿De quién te has enamorado? – Pregunté.
-De… ti.
Oh no, esto es una broma. No puedo creer que él a mí y yo a él pero lo bueno es que él no lo sabe y que nadie lo sabe. No sé si aún sigo en el planeta Tierra o que estoy en las noves. No sé si aún estoy pisando el suelo, pero no lo siento de tanto temor que tengo.
“¿Por qué tiene que confesarse así?” – Pensé.
Mi amiga aún está esperando en la banca y viendo su celular, no quiero que se entere nada ni que insinúe nada. Creo ella debe estarse preguntando el por qué estoy hablando con él, y es verdad ¿por qué lo hago?
-Pues yo no. Lárgate de aquí, Frogwest. – Respondí.
Me fui donde mi amiga que dejo de andar en su celular guardárselo en su cartera para luego levantarse.
-Ok, ¿Ahora qué centro comercial visitaremos? – Fingí alegría mientras por dentro me destrozaba poco a poco.
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Una historia al revés.
Dla nastolatkówQue tal si contamos una historia muy diferente a muchas... que tal si en vez de contar una historia de una chica buena, educada y estudiosa, contamos una de una chica a la que hace cosas malas... Aquella chica no tendrá mucha culpa por lo que hace...