Capítulo 22

1.7K 209 89
                                    


La Academia Samezuka, si bien era estricta, no impedía la relación de los alumnos con el exterior. Y precisamente por ello, en la planta baja del edificio residencial se encontraba un área de correspondencia. Había muchas cajas plateadas de alrededor de veinte por veinte centímetros que pertenecían a los alumnos de cada habitación, identificándolas por el tener el mismo número de cuarto.

Aunque dicha área permanecía vacía la mayor parte del tiempo, gracias a que ahora se utilizaba el correo electrónico, si era bastante necesaria en ocasiones. Y esa era una de las dichosas ocasiones. Rin abrió la puertecita que tenía el número de su habitación y sacó de ahí un par de cartas para después volver a su habitación y revisarlas.

Una sonrisa victoriosa invadió el rostro del pelirrojo en cuanto el estado de cuenta del banco apareció ante su vista, después de abrir un elegante sobre gris.

¡Le faltaba realmente poco!

Había aceptado el empleo en la cafetería de gatos y, desde entonces, parecía irle de maravilla. Trabajó durante todas las vacaciones y, a pesar de que su salario era el mínimo, lo que le pagaban más las propinas que recibía habían hecho un gran avance hacia su meta más cercana. Las chicas le habían obligado a crearse una cuenta en el banco para depositarle ahí su sueldo y ahora que había pedido un estado de cuenta se maravillaba con el dinero que ahí decía que le pertenecía.

Faltaba tan poco...

Sousuke le lanzó una almohada a la cabeza en cuanto lo vio abrazar la hoja de papel, molestando a Rin de inmediato.

─Pareces un idiota ─exclamó. El pelirrojo bufó, dejando las hojas en el escritorio.

─Deberías verte la cara.

─ ¿Cuánto dinero te falta? ─preguntó en un intento de no hacer notar la molestia que le causaba la situación, ¿por qué Haru era más importante que él? ¿En qué jodido momento había terminado por perder a Rin?

Sousuke sabía que era él quien estaba mal. Es decir... No era idiota, conocía a Rin y entendía que él iba a enamorarse de Haruka nuevamente. Sobre todo cuando lo único que él había hecho era tocarlo sin su permiso y besarlo. Besarlo más que nada, porque amaba el sabor de sus labios y tocarle la punta de los dientes con la lengua. Sousuke sabía que perdería a Rin, ¿pero por qué tan pronto? Si hubiese sido un poco más...

─ ¡Solo diez mil yenes! ─la emoción rebosaba en la frase dicha. Sousuke abrió los ojos con sorpresa, sentándose sobre su propia cama y dejando que sus pies colgaran.

─ ¿¡Para qué mierda necesitas diez mil yenes más!?

─ ¡Ya te lo dije!

─Pues espero que Nanase enserio valga la pena. Yo preferiría un videojuego. O un perro. Incluso una rata sería mejor.

─No es como si fuera a comprar a Haru. Y él no es nada parecido a un perro o una rata.

─Sin embargo invertirás más dinero de lo que él invirtió en ti durante toda su vida.

─ ¿Y qué? Valdrá la pena. No todo es recibir.

─Va a malinterpretarlo y terminarán follando. En una hotel de quinta sobre una cama llena de bichos extraños.

─Cállate. Jamás le haría algo así a Haru. No está en mis planes ─Sousuke rió con burla.

─No es como si tú fueses a ir arriba, estoy seguro de que lo sabes. Las cosas irán como Nanase quiera y tú solo vas a dejarte hacer. Porque ese chico agua tiene ese dominio sobre ti y tus acciones.

Cómo robar un Uke |HaruRin|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora