Capítulo 25

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Martes

A veces, dolía que las personas te etiquetaran sin saber realmente lo que hacías. El color de su cabello era una de las características que usaban en contra suya, y, a pesar de lo dicho anteriormente, no le importaba lo que los demás dijesen sobre ello. Pero con sus amigos era una historia completamente diferente. Porque ellos lo conocían.

Sousuke y Rin. Ellos siempre habían estado juntos, tenían sus fiestas privadas en la habitación del pelirrojo cuando eran pequeños y él nunca fue requerido. Aunque claro, no era como si "nunca" estuviese bien dicho, pues antes lo invitaban y él decía un escueto "no" hasta que la invitación dejó de llegar, había que exagerar para decir que realmente nunca fue invitado.

Y aún así, negándose a pasar horas extra con sus amigos, siempre le había gustado estar con los mismos. Eran amigos, joder. Pero estaba considerablemente molesto. Con Rin.

Zorra rosa, ¿no?

Bien, bien. Él le había insinuado que quería estar con Haruka nada más para dejarle más fácil una elección. Sí, él había hecho que Haru se alejase del pelirrojo. Sí, él le había llevado a Haru al trabajo y había insinuado que se reían por lo bajo. Le había mentido a Haru diciéndole que Rin amaba el amor y ellos eran solo un método. Pero... ¡eso no le daba el derecho de decirle zorra! Se había enterado por Sousuke de que el pelirrojo le había llamado así.

Qué poco profesional. Qué idiotez. Qué vulgar. Qué femenino. Qué inmadurez. Qué mentira. Él solo quería ayudar y lo pagaba con un insulto que las mujeres usaban una contra la otra. Rin no era mujer, demonios. Y él tampoco. Pero tenía que decirlo. No podía resistirse.

Maldita zorra roja.

Bien, ahora se sentía mucho mejor. Y más si se lo decía en la cara, ¿quería jugar a la colegiala? Pues bien, Kisumi podría fingir ser la fan número uno de Haru -aunque le gustaba más Sousuke- y jugar a los estirones de cabello con Rin, con tal de arreglarse de una vez por todas. Quizá debió pasar y comprar extensiones de cabello, para ser realistas. Al fin y al cabo, Rin ya tenía un vestidito en su armario.

Sus nudillos golpearon firmemente la puerta de la habitación de sus amigos en Samezuka. Sousuke abrió con el ceño fruncido, suavizándolo al ver la sonrisa divertida del pelirrosado. Nada más abrir, Kisumi había escuchado los gritos de Rin, maldiciendo a Sousuke por algo en específico.

─Deja de bromear con ello, maldita sea ─escupió el pelirrojo─ ¿Quién es?

─Hola, Rin ─murmuró Kisumi con una sonrisa. El aludido suspiró, dejando lo que cargaba en el escritorio y sonriendo de lado.

─Hola, Kisumi, ¿a qué has venido?

─Bueno... Pues a hablar contigo...

─Los dejaré solos. Esto ya está cansándome ─declaró Sousuke, tomando su chaqueta y caminando fuera─. No tardes mucho en lo de Nanase, que hoy no debes faltar a los entrenamientos, Capitán idiota.

─Jódete, Sousuke ─contestó Rin sin mucha emoción. El pelinegro se marchó, cerrando la puerta detrás de sí, mientras el ojicarmín se sentaba en su cama y Kisumi lo imitaba, solo que en el escritorio─ ¿De qué quieres hablar?

─Primero que nada... ─observó la afilada dentadura de su amigo, ¿cuántas veces lo había mordido en el pasado en venganza a sus acciones? Vaya que dolía, debía armarse de valor. Carraspeó─ Tú eres más zorra que yo.

Rin alzó ambas cejas, sorprendido. Una sonrisa burlona apareció en su rostro mientras el pelirrosado sonreía a secas. El ojicarmín alzó la barbilla.

Cómo robar un Uke |HaruRin|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora