Unum:

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9:00 P.M. Australia

Eran las nueve de la noche cuando aquella chica pelinegra había salido del bar. Iba muy borracha como para reconocer el camino. No estaba en sus cinco sentido y todo le producía gracia. Su tobillo se dobló por los grandes tacones haciéndola caer y reírse para luego comenzar a sollozar.

Él vio oportunidad. Trató de colocar una sonrisa en su rostro, lográndolo con gran esfuerzo. Trató de sonar dulce con la chica hasta que lo logró y pronto la tuvo en sus manos.

—“Vamos cariño, yo te acompañaré a tu casa. ¿Dónde queda?– preguntó Él.

Ella río y se aferró a su cuello.

—“Bonito, Bonito. ¿Vas a abusar de mi estado?–trató de imitar un puchero pero no lo logró—Bueno si vas a abusar de mi hagalo bien bombón”–dijo esta sonriendo de lado.

Él solo rodó los ojos y fingió una sonrisa. Apuró a la pelinegra en el camino.

—“Aquí es bombón. Ahora abusa de mi”–dijo tirándose en los brazos de Él.

Agarró las llaves de las manos de aquella pelinegra y abrió la puerta poniéndola en el sillón.

Esta se encontraba dormida y eso facilitaba su trabajo. Sacó las cosas de su campera y las dejó en una mesa. Sentó a la pelinegra sin mucho esfuerzo en la silla para así amarrarla. Cuando terminó envolvió la boca de esta con cinta adhesiva gris.

Él agarró agua fría vertiéndola encima de la chica dormida. Esta despertó asustada. Todavía tenía borrachera pero no tanto como antes.

Él se dobló hasta quedar a su altura. Arrancó la cinta adhesiva que le había puesto haciéndola soltar un quejido.

—¿Sabes? No puedes decirle bonito y bombón al primero que veas en la calle Cariño– dijo este apodo con cierta burla.

La chica estaba atenta y no se había movido en ningún momento.

—Y mucho pero mucho menos invitarlo a tu casa a que abuse de ti, ¿Porqué, y si las intenciones no son buenas? –dijo mientras chasqueaba la lengua.

La chica se removió y el hizo una señal en negación. Su cuchillo dio varios giros alrededor de su mano.

—¿Qué prefieres, qué deje tu cuerpo hecho un mural o que no tenga gracia y no sea recordado?– preguntó caminando alrededor de la chica.

Calculó cuanta sangre podría votar y que bellos dibujos podían adornar su cuerpo. No era una chica súper dotada de cuerpo pero tenia una increíble cabellera, sería una lastima que muriera calva y su peluca fuera para niños con cáncer.

—¿Qué parte aprecias más? Si no me equivoco tu cabello–dijo mientras se inclinaba a la parte de atrás susurrando en su oído mientras halaba su cabello.

La chica soltó un sollozo del dolor ya que este la halaba sin piedad y sin rencor. 

—Por chicas fáciles como tu el mundo esta así, luego se quejan de porque las violan, siempre provocando con ropas diminutivas o gestos incitadores– dijo con cierto asco.

—¡Sueltame! ¡Duele joder!–chilló esta sacudiendo su cabeza pero esto lo que hacia era darle mas dolor.

—Los chicos son mas tranquilos– gruñó Él para luego caminar hasta la cocina y volver con varios cuchillos, pinzas y varios artículos más.

—¿Q-qué me vas hacer?– preguntó mientras tartamudeaba.

—¿Porqué mierda siempre preguntan lo mismo?—gruñó este mientras se colocaba unos guantes negros.—Solo quedate quieta aunque se que va a ser imposible–dijo riéndose exageradamente.

A la pobre chica se le había bajado la borrachera de golpe quedando pálida.

(Advertencia escena sangrienta y sádica queda bajo su responsabilidad si deciden leer, a mí solo me toca advertir).

Él volvió a colocarle la cinta adhesiva para luego quedar frente a la chica y observarla o más bien inspeccionando que parte de su cuerpo podría dibujar primero.

El arte para Él era sangre corriendo mientras en algunos sitios se secaba y quedaban ciertos remolinos. Arte el que dejaba al terminar. La sangre era el arte, porque del arte el vivía. Sin sangre no era nada y sin sangre no hay arte. Un poco loco ¿No?.

Después de todo un artista tiene que ser muy creativo, así que Él tomó a su presa y con un fuerte jalón arrancó su cremallera para luego insertar violentamente su cuchillo, sintiendo su columna vertebral chocar con rapidez contra este.

La chica gritó con tanta fuerza que a Él lo único que le daba era placer. Pero nadie podía interrumpir su arte así que tomó su lengua a puro forcejeo, mientras la sangre bajaba bellamente por su abdomen, y cortó suavemente el miembro que permitía sonido en la boca y que irónicamente provocaba tanto deseo a sus ojos.

—Perfecto belleza, ¿todavía quieres que te abuse?- y con risa maléfica siguió su cuadro de perfección contra su abdomen, abriendo suavemente hacia sus intestinos. Una emocionante obra abstracta.

—No llores, estas quedando como una hermosa obra de arte.

Durante varios minutos su cuerpo yacía sin vida en la silla y si alguien la iba a encontrar debía ser de la mejor manera. Tomó su cuerpo, lo desató y lo colocó en su cama cubierto por una fina sabana blanca. Para luego dejar en el medio un hermoso corazón formado con sangre.

Su estómago se revolvió y esta vez no pudo saborear la sangre. Sabía agría, podrida, no tenía gracia ni dulzura.

—Ya veo porque me gustan más los chicos, las mujeres son un asco. Pero viendo mi necesidad de querer ver correr sangre y llenarme de placer por gritos me llevó a buscar la primera presa que se me cruzó de frente. Esto no quiere decir que no lo disfrute cariño pero me hubiera gustado más un hombre, lindo y bonito–dijo este para luego salir de la habitación y dirigirse a la escena del crimen.

Tal vez encuentren el cuerpo de aquella chica dentro de varios días incluso semanas. A veces la gente no andaban tan pendiente a las vidas ajenas.

Él recogió todo lo que uso y limpio el piso y paredes, dejando todo impecable. Cualquiera que entre vería todo normal cuando en realidad arriba yace un cuerpo.

Sus manos habían quedado manchadas aunque tenía guantes, la sangre era demasiado de fluida y viscosa.

Se aseguró de dejar todo en su sitio para luego abandonar aquel apartamento y dirigirse al suyo.

Cuando llegó se aseguró de dejar todo en su sitio para luego caminar a la cocina y abrir la nevera para poder hacer un emparedado. Aquella sangre le había dejado un mal sabor en su boca.

Cuando terminó el emparedado para luego caminar hasta su habitación y entrar al baño. Quitó sus prendas dejándolas en una bolsa para que no manchara el suelo ya que varias de estas tenían sangre.

Se metió a la ducha para luego meterse debajo del chorro de agua. Pronto el agua se puso de color rojo haciéndolo sonreír. El rojo era su color favorito.

Cuando salió se dirigió a su gaveta y sacó unos bóxer negros para luego caminar a su cama y tirarse en ella.

Encendió un cigarrillo para luego darle varias caladas y soltar el humo.

Dirigió su mirada a su caja de pandora para luego sonreír.

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Perdón la tardanza pero quería hacer un buen capítulo.

¿Qué les pareció?

Mi amiga KyanaHotLover y Katiana me ayudaron en la parte sádica.

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⏰ Última actualización: May 24, 2016 ⏰

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Damnatus {Larry Stylinson}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora