How Deep Is Your Love?

Hola Hans.

-Vamos, ¿Quién empieza?-Soltó una Lena animada. Ella y Louis eran a los únicos a los que les había ido bien la semana.
Hans soltó un suspiro, era nuevo en el grupo y no sabía muy bien de que iba todo esto.
Desde primero de la ESO, el pequeño grupo formado por los mellizos Evans, Mery, Diego y la pareja LL, cómo los llama Sharon, se reúnen todos los sábados en el centro juvenil de su colegio, para contar como había ido la semana. Solo ellos saben de su existencia, lo encontraron Mery y Lena un día de invierno, investigando por el sótano. El centro cerró cuando la hermana de Diego tenía trece años y hasta que ellos pisaron ese instituto, no se volvió a abrir.
-¿Por qué no empiezas tú Lena? -dijo Diego.
-Está bien, me gustaría empezar por el baile de otoño.

Era lunes, todos hablaban de un chico nuevo, Hans Pieterson. Estudiante irlandés.
Mientras Sharon se quejaba de todo, como siempre y Mery admiraba su querido amor secreto, un rubito alto y delgado , se sentó en nuestra mesa y nada menos que Hans.
Empezaron las opiniones de Mery y Sharon, era raro que un chico nuevo se sentara con unas chicas que no fuesen las kadonen, aunque hay que admitir que no estamos mal.
Hans no tardó en tener todas las miradas de las chicas encima, era guapo aunque claro, no tanto como Louis.

-¡Lena! - Las risas se escuchaban de fondo mientras Mery se burlaba de su querida amiga.
-Déjala continuar - Soltó el mellizo.
-Bien - Lena se acomodó y proseguió con la "historia".

Hans se presentó y no tardaron en llegar los chicos.
-¿Eres Hans no? -Diego, como siempre se presentó animadamente, mientras Álex le miraba de reojo.
-Sí, bueno todos se piensan que vengo de intercambio, pero la verdad es que mis padres se han separado y mi madre es Estadounidense. - Hans era majo, pero se le notaba nervioso, miraba para todos los lados con un leve disimulo.
Besé a Louis y nos sentamos juntos, Mery desvió la mirada al encontrarse con los ojos de Diego y Sharon se levantó a abrazarlo. Álex se sentó al lado de Mery y nos pusimos todos a comer.

La semana pasó algo rápida, G no paraba de escribir caca de todos en su blog y ya nos encontrábamos a jueves. Historia. Esa clase que nos toca con la directora y el animado e irónico Berto. Y por si no fuese peor la dábamos en alemán.
Yo estaba empanada mirando a la película con cara de concentración, Mery atendiendo, Sharon dormida, Diego tambaleándose con la silla y Álex hablando con Louis. Hans estaba a mi lado, no se enteraba de mucho y no paraba de mirar al tonto de Donovan.
Sonó la campana y ni eso hizo que la vaga de Sharon se despertara, aunque su querido hermano no pudo resistirse y le tiró un trozo de goma bastante grande a la cabeza. Sharon se levantó y se estiró con una sonrisa, Pili no se dio cuenta de nada, lo que hace la edad.

Bien. Recreo por fin. Hans iba caminando en dirección a la cafetería y le pasó lo que ningún chico nuevo hubiese deseado jamás. Chocarse con Mark Donovan. El asqueroso ex de nuestra mejor amiga Sharon, que le puso los cuernos y ella se los perdonó para que luego la dejara con un whattsap. Louis y Álex casi le pegan, a diferencia de Diego que lo hizo directamente.
Las miradas de los dos chocaron y hasta juraría que era la misma mirada, que cuando Louis y yo nos miramos.
Mery y yo nos dirigíamos hacia el cuarto de la limpieza, debido a que su querido Diego había tirado, mi querido zumo al suelo y la bruja de Yulia me mandó a mi para limpiar.
Mery y yo nos paramos en seco al escuchar las voces provenientes del cuarto de la limpieza. Y efectivamente mis sospechas eran ciertas.
-¿Qué te pasa? Me han dicho que eres de los que se meten con la gente y ya te digo yo que no es así - El acento irlandés de Hans se distinguía perfectamente.
-Sé que tu también lo has notado -La grave voz de Mark delató completamente la escena.
-Qué...¿Qué dices? No..no sé de que me hablas. - el nerviosismo se podía notar en Hans y no cabía duda de que Mark lo notaba de sobra.
-Sabes, nunca creí en el amor a primera vista hasta que te conocí. - Mery abrió la boca impresionada ante la confesión de Mark y decidimos que este ya no era asunto nuestro, aunque fue difícil convencer a Mery por su clara obsesión con los gays.