Swords, Bows & Arrows |Justin Bieber| {adaptada}

04. Linda mirada... lástima de dueño

— ¿Tú asiento? —Repitió él. Poseía una voz tersa y un poco ronca al mismo tiempo. Esbozó una sonrisa con los labios y yo fruncí el ceño, ¿se estaba burlando de mí? — Pues, no veo tu nombre en él. —Ahora sonrió ampliamente. Una blanca y casi perfecta sonrisa. Enarqué ambas cejas. Lo sabía era solo un estúpido arrogante.

—Tampoco veo el tuyo, idiota. —Mascullé. «Respira, respira. Cuenta hasta diez y relájate. Recuerda ser más tolerante.» Me decía mentalmente. Él sonrió divertido, ¿Qué le causa tanta gracia?, ¿me cree acaso su payaso personal?

—Veo que lo que decían de ti era cierto, Arial. —Dijo mientras tomaba sus cosas. ¿Qué?, ¿Lo que decían de mí?, ¿a qué se refería? Fruncí el ceño en gesto de confusión.

— ¿A qué te refieres?, ¿Quién te dijo mi nombre? —Pregunté con dejé de frustración. ¿Por qué demonios a la gente le gusta hablar tanto de otras personas?, ¿es que no les basta con su propia vida?, agh, como odio a los chismosos. Él se levantó y pude notar que era media cabeza más alto que yo.

—Anda, siéntate. Sólo verificaba lo que me habían dicho —Hice una mueca. ¿Quién rayos era ese chico y porque diablos hizo eso? —Veo que eres una chica con carácter, pero aún no estoy completamente seguro de que seas la bestia del CAP —Enarcó una ceja. Bien, o el chico es muy extraño o yo estoy confundida. Creo que ambas—. Será mejor que me siente, nos vemos. —Hizo un gesto con la mano y se sentó en último asiento de la fila continua a la mía, tres asientos más atrás de donde me encontraba.

Analicé por unos instantes la "pequeña charla" con ese extraño chico. ¿Quién le habló de mí?, ¿Quién es él y porque está interesado en mi reputación? Aunque claro, poco me interesa esa reputación que los demás alumnos del CAP me crearon. Yo solo actúo tal y como soy, ahora si los demás quieren catalogarme como la "busca pleitos" es problema de ellos. Definitivamente era el nuevo, pensé que por tratarse de un alumno recién llegado y encima de intercambio de quién sabe dónde sería sumiso y tímido, pero me equivoque. ¿Quién demonios se cree?, era de esperarse, era un engreído. Sé que está mal juzgar a las personas sin conocerlas, pero esa fue una terrible primera impresión y tampoco quiero averiguar cuál será la segunda, me da igual, después de todo no tengo ni quiero amigos. ¿Para qué?, puedo valerme por mi misma y no necesito ni la compasión ni la preocupación de nadie.

Dejé de darle vueltas al asunto. No quería que problemas insignificantes como ese me distrajeran de mi objetivo. Tomé asiento en mi puesto y el profesor Casiel hizo su aparición. Y comienza la tortura.

Salí frustrada de la clase de historia y si alguien se me atravesaba, mejor que se ponga a rezar. No pude concentrarme si un solo maldito instante en la clase. Y toda la culpa es de ese estúpido chico extraño. No tenía la necesidad de voltearme para saber que el muy idiota me estaba observando y esa sensación me molestaba tanto que no lograba ponerle atención al profesor. Y la poca inusual conversación que tuvimos al iniciar las clases no ayudaba a las cosas, aún me rondaban en la cabeza esas dudas. ¿Quién era?, ¿Por qué hizo eso?, ¿y porque demonios de repente el me empieza a intrigar? Esta última era la que más me molestaba. Jamás, desde los últimos once años me había tomado la molestia de preocuparme por los demás—refiriéndome a la forma de descubrir sobre su vida—, ¿Por qué ahora me pasaba? ¡Ni que fuera tan lindo! Abrí mi casillero con fuerza y metí el libro de historia, ahora venía el desayuno y luego tenía que dirigirme al campo de entrenamiento que se encuentra afuera del CAP para "entrenamiento nº4". Suspiré y traté de relajarme un poco, lo más seguro es que si continuó así, alguien saldría herido y adiós a todo mi esfuerzo en está maldita academia. Cuando estuve más o menos segura de que ya estaba algo más calmada, cerré el casillero, me giré para dirigirme a la cafetería, pero en cuanto lo hice choque con algo o mejor dicho con alguien.