Susana strossner llego al internado el ultimo dia del que parecia haber sido el octubre las largo de mi estadia en Sainte-Marie. No habia parado de llover e dos semanas y el arbol que solia contemplar cada vez que estava sola en mi habitacion se habia caido a causa de la borrasca de la noche anterio.
Era un arbol formidable, que no perdia su denso follaje durante el invierno y parecia quedar solo, presidiendo la colina a medida que el año avanzaba. Siempre se lo veia hermosos e impotente, y yo fantaseaba con subir a lo alto de su copa para ver mas alla del bosque que nos separaba del rest del mundo. La madrugada en que cayo a tierra se proclamaba un chubasco aun peor que los de los dias anteriores; la lluvia azotaba las piedras con tantainclemencia que temi que se rompiera el ventanal. como lo albergaba la esperanza de tener un poco mas de claridad a causa del mal tiemp, volvi a encender la lampara de aceite que habia dejado al pie del tocador. Era mi cumpleaños y tenia un mal presentimiento.