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A la mañana siguiente, aún seguía lamentando lo que sucedió el día anterior.

Me desperté al parecer muy tarde, casi al mediodía. Revisé el buró que estaba junto a la cama en la que estaba, y me encontré con una nota de mi prima que decía:

"Nunca te levantaste, floja. Salí a comprar unas cosas por ahí. La hora del desayuno en el hotel ya pasó, así que tendrás que ver cómo le haces para comer algo. Regreso al rato. Esmeralda."

Peor suerte no podía tener. Eso me pasa por despertar tarde. Me arreglé para salir a buscar dónde "desayunar" casi comer. Una vez que estuve en la puerta del hotel, le pregunté al guardia:

-Disculpe, ¿Hay alguna cafetería cerca de aquí?

-Si señorita, hay una que vende muy buenos pasteles que está a tres cuadras de aquí. Váyase caminando derecho por esta calle, y en la esquina podrá encontrarla.

-Así lo haré. Muy amable, gracias. -Le contesté con una sonrisa.

Me dispuse a caminar el tramo que me llevaba a aquel lugar. Una vez hecho esto, lo encontré. Era una cafetería no muy grande ni tampoco muy concurrida, pero tenía un ambiente bastante acogedor. Pedí mi café y una rebanada de pastel, y después de esto, me senté en una de las mesas que había ahí. En la cafetería había un estante de libros que tenían para que los clientes los tomaran, así que tomé un libro de los que allí estaban y comencé a disfrutar de mi desayuno mientras leía el libro.

Estaba concentrada leyendo cuando veo que una sombra me obstruye mi campo de visión. Levantó la vista, y ahí estaba él. Si, el chico del día anterior.

El día de hoy llevaba una chaqueta deportiva naranja y unos pantalones negros, así como una gorra y tenis blancos. Sujetaba en una de sus manos un periódico.

- ¡Hola!-Me dice, alegre

-Ho-hola. -apenas pude decir.

De verdad estaba impactada.

-Estaba por salir de la cafetería, cuando te vi sentada en esta mesa. Tu rostro me parecía familiar de algún lado y entonces recordé que eras la chica que iba en el colectivo conmigo ayer.

Conmigo. Por alguna razón, esa palabra hizo eco en mi cabeza.

-Ah sí, si soy yo. La misma.

Estaba consciente de que había soñado patética, pero aun así, el chico no dejaba de sonreír alegremente.

-Ayer no nos presentamos. Soy Lu Han, mucho gusto. -dicho esto me estrecho su mano a modo de saludo

-Sheccid, Sheccid Lucio.

-Oh, lindo nombre. ¿Sheccid? ¿Como la del libro?

Así que había leído ese libro. 1000 puntos para Luhan. Esperen, ¿Él dijo que mi nombre era lindo?

-Sí, así es. ¿Ya lo has leído?

-Sí, no es lo mejor, pero es un buen libro a mi parecer.

-Mis padres son amantes de la literatura, así que cuando leyeron el libro, no dudaron en ponerme el nombre de la protagonista, aunque no sea tan bella como ella. -dije sonriendo de lado.

-Apuesto a que sí. Creó que tus padres tomaron una buena decisión al ponerte ese nombre. Te queda.

- ¿Tú crees?

-Te lo aseguro. -Dijo guiñando un ojo.

-Creí que no leías libros en español.

-Oh, si lo hago. Mi carrera me lo pide, además de que es uno de mis pasatiempos.

Ephemeral Loveㅣ LuhanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora