Capítulo tres

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24 de diciembre. 20:00 hs.

—Pasarón dos semanas y seguís vomitando. Creo que es hora de ir al médico, Lourdes.— reprochó Valentina, mientrás ambas preparabamos la mesa. Suspiré.

—No creo que sea algún malestar..— me miró sorprendida. Se tapó la boca con las manos y ahogó un grito.— Tengo un atraso de tres semanas.— me abrazó.

¿Te hiciste el test?— preguntó, aún abrazada a mi. Negué.—¿Y cómo sabés qué estás embarazada entonces?

—Siento algo dentro mío, Valentina. Mi panza ya no es la misma. Ayer me miré al espejo y no es la misma panza plana, hay como un bulto.— sonreí.—Te prometo que mañana vamos a comprar un test así estámos seguras las dos, ¿querés?— asintió.

—Mi mejor amiga va a ser la mamá de mi sobrino, ¿qué cosa, no?— reímos.

—¿Qué mejor amiga?— preguntó una voz que era demasiado conocida para mi. Volteamos y ahí estaba él, casí tan lindo como la ultima vez que lo vi. Fijé mi vista en mis manos, siendo incapaz de devolverle la mirada.

—Qué te importa, pelotudo. Estabamos hablando nosotras no te metas.— le respondió Valentina a su hermano. Me acerqué a su oído y le susurré:

—Me voy a mi casa a cambiarme, después vengo avisale a mi mamá.— la abracé.—Te quiero.— besé su mejilla y pasé al lado de Paulo para salir de la casa.



Al terminar de secarme, salí del baño envuelta en una toalla dispuesta a buscar qué ponerme. Al final me decidí por un vestido corto de color blanco suelto. Me maquillé. Agarré mi celular y eran las díez ya, así que salí de mi casa y me fuí para la casa de Valen, que estaba al lado.

Al llegar a la puerta pude escuchar una voces discutiendo.

—¿Con qué necesidad le hiciste eso a Lourdes, Paulo? De verdad te lo pregunto eh, porque no entiendo.— era mi mamá. Suspiré y toqué el timbre.

Escuché unos pasos acercarse y después la puerta se abrió. Dejándome ver a un Paulo totalmente triste, a una Valentina que ¿lloraba?, a una Alícia totalmente molesta, la mamá de Paulo. Y a mi mamá en el mismo estado que Alícia.

—¿Se puede saber qué mierda pasó?— pregunté elevando la voz. Aúnque fué al pedo porque ninguno me respondió.—CONTESTENME, QUIERO SABER.—grité. Sentí un dolor punzante en el vientre, lo que hizo que enrollara mis brazos al rededor de éste y largara un gemido de dolor.

—¿Qué te pasa, Lu? ¿Estás bien?— Paulo fué el primero en acercarse, después Valen y por último; Alícia y mi mamá.

—¿Qué te duele, Lu?—Preguntaba Valentina y yo no podía ser capaz de contestar. Me dolía demasiado el vientre y tenía miedo.—¿Te duele la panza?— negué y la miré, haciéndolo entender que era lo que me dolía.—¿El vientre? ¿te duele el vientre? ¿Es eso, no?— asentí. Paulo nos miraba sin entender, mientras que mi mamá nos miraba sorprendida y un poco confundida. Me hicieron acostar en la cama de Valentina y de a poco el dolor iba disminuyendo.— Lourdes tiene un atraso de tres semanas.— la fulminé con la mirada. Se suponía que yo lo tenía que decír y después de que haya hecho el test. Los ojos de mi mamá se humedecieron y me abrazó.

—Todavía no estoy segura si estoy embarazada.—me separé de mi mamá.— La idea era esperar hasta mañana para hacerme el test.— la miré a Valentina y ella sonrió. También miré a Paulo, el cual también me miraba, pero después de unos segundos dejó de mirarme y salió corriendo por la puerta.

—Es de Paulo.— afirmó Valen. Se sentó al lado mío y me acarició el pelo.

Y si pelotuda, de quién va a ser? Del aire?— me pegó.— No le podes pegar a una embarazada, nena.

— No sabemos si estás embarazada, Lourdes.— habló mi mamá.

—¿Me pueden dejar hablar a solas con ella?— preguntó mi amiga, y mi mama y su mamá se fueron.

—¿Y si sale positivo? ¿Qué va a pasar con Paulo? ¿Vas a volver con él? — negué rápidamente.— Porque yo creo que con esto él va a querer que vuelvan.— y así seguimos hablando un rato más acerca de mi futuro. Hasta que Paulo entró por la puerta con un paquete en las manos.

—No saben lo difícil que fué encontrar una farmacia abierta.— habló respirando con dificultad.—Hacetelo que yo te espero acá.— me entregó el test de embarazo y la miró a Valentina.—Te estaba llamando mamá, quería que la ayudes.— Valentina sólo asintió y salió de la habitación.

—Paulo, no hace falta que hagas todo esto, en serio.— me dirigí hacia el baño.

—Podrías tener a mi hijo dentro tuyo, es obvio que voy a hacer esto y más.—sonrió.— Ahora entrá al baño y hacete eso por favor.— entré al baño e hice todos los procedimientos. Al terminar, esperé el tiempo que me indicaban las instrucciones.

—Paulo.— asomé mi cabeza por la puerta.—¿Podes entrar? No quiero ver el resultado sola.— se acercó y antes de que pudiera reaccionar me abrazó. Era inexplicable la falta que me hacían sus brazos. Nos separamos y agarramos el test...

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Love you goodbye ·paulo dybala·Donde viven las historias. Descúbrelo ahora