Lo miré a los ojos en busca de una respuesta, ya qué él había agarrado el test. Pero en vez de eso, recibí una abrazo todavía más fuerte que el anterior.
-Quiero saber que dice, Paulo.- me separé de él.
Lo observé; tenía las mejillas mojadas y tenía algunas lágrimas en los ojos.
-Positivo.- susurró mostrándome el test.
Lo agarré y caí en la realidad de que iba a ser mamá. Había dos rayitas en el test.
Lo miré a los ojos sin poder creerlo. Ibamos a ser papás, pero separados.
-Vamos a ser papás, ¿entendes eso?-preguntó al verme como de a poco salía de mi estado de asombro.
Negué, todavía sin procesar esto.
¿Cómo vamos a hacer esto? Digo, nosotros ya no estamos más juntos. Él debe estar en pareja y bueno, yo lo tengo a mi hijo. Aunque tampoco sería justo que nuestro hijo tenga que vivir este tipo de situaciones por culpa del padre, no sé.
Respiré profundo.
-Por más que esté esperando un hijo tuyo nosotros no vamos a volver a estar juntos, lo hubieses pensado antes de encamarte con el otro gato barato. Tampoco quiero que estés pendiente de mi durante el embarazo, puedo cuidarme sola, tengo la edad suficiente y la plata suficiente como para mantenerme sola, además de tener a una mamá, una amiga que ya es como mi hermana y a una ex-suegra que es como mi segunda mamá, que son excelentes.- Paulo tenía la mirada fija en sus pies. -Decime algo por lo menos.- susurré observándolo mientras él levantaba su mirada para encontrarse con la mia.
-¿Qué queres que diga?-sonrió de forma triste.- Por más de que te diga un millón de cosas no te voy a hacer cambiar de opción. Y me parece perfecto eso de que tengas a tu mamá, a mi hermana y a mi mamá apoyándote, pero lastimosamente para vos, yo soy el papá del bebé, así que durante el embarazo voy a estar presente.-finalizó.- Te espero abajo para contarles a los demás.- Y sin decir más nada, salió por la puerta dejándome sola, bueno, sola no, porque ahora tenía a mi hijo.
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