Mi nombre es Elisa Catwen, antes vivía en la majestuosa ciudad de Nueva York pero a mis padres lo mucho les parece poco, por lo que decidieron que nos mudáramos al pueblo más apartado del mundo, para vivir en calma sin las prisas y los nervios de la ciudad.
Y yo como su hija que soy, tengo que dejar atrás toda mi anterior vida, que cualquier persona podría haber envidiado.
Pero gracias a esto me espera un destino que la gente aun habría envidiado más.
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Una noche de agosto emprendimos nuestro viaje de ocho interminables horas para llegar a mi próximo hogar, Moon.
El cielo estaba despejado, se podían ver millones de estrellas y en medio de ellas, brillando como ninguna, la luna.
La carretera estaba desierta, y se podía apreciar el sonido del viento que quería como decirme algo, como avisarme que algo estaba apunto de ocurrir.
