Loca

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(...)

UNAS SEMANA DESPUÉS.

Las cosas que creí que eran los peor que me podía ocurrir, no eran nada en comparación con lo que ocurrió en estas semanas, la casa estaba cada vez mas deteriorada cada vez que salíamos, los papeles eran solo un comienzo, en la escuela me volvieron a atacar, la suerte estaba de mi lado ese día, la muerte me perseguía y el odio y las ganas de matarme de aquella persona eran tan inefables, el miedo y las dudas reinaban en mi cabeza. Lisa y yo estábamos mas unidas que nunca, incluso habíamos hablado sobre... mamá. Hablamos sobre ir a verla, un tema que me ha complicado y acobardado desde que fui la primera vez.

Decidimos ir a verla hoy, ha pasado mas de un mes desde que la fui a ver, Justin y Lisa me convencieron de la manera mas sucia, chantajeando, Thomas al enterarse de mi estadía en el hospital y de los papeles e incluso de los ataques siguientes estuvo allí, apoyándome y Dios dándome cariño es perfecto.

Hace aproximadamente dos semanas antes me pidió que fuera su novia por segunda vez, y claro acepte, y que el lo hacia también.

Justin ya no transitaba mucho por la casa, actuaba de manera extraña últimamente, Lisa dice que en el espejo las cosas han estado un tanto complicadas, que a estado estresado y que no tenia mucho tiempo de sobra. El nunca me contó nunca me contó que era lo que hacia del otro lado. Yo tampoco estaba tan entusiasmada en saber. Los minutos y las horas iban pasando y nos íbamos acercando cada vez mas ala sanatorio Long West. Pensando en todas las cosas que me habían ocurrido, un asesino intentando matarme, un amigo fantasma, una hermana fantasma, pensé en ¿Por qué Lisa no tenia el mismo apellido que yo?, digo se suponía que éramos hermanas.

-Cuando entre al espejo decidieron que era mejor cambiarme el apellido por mi seguridad allí adentro.-Lisa toco mi hombro con cuidado ya que estaba manejando.

-¿Como lo..? o cierto ustedes malditos pueden escuchar mis pensamientos.- Fije mi vista de vuelta a la amplitud de la carretera y con el rabillo del ojo pude ver como Justin se removía incomodo en el asiento de al lado. Por el espejo retrovisor Lisa solo reía y miraba a Justin.

-Dios, deberías de contarle Just.- Las carcajadas de Lisa se escuchaban por todo el auto.

-Lisa por favor  tienes veinte años, pronto cumplirás veintiuno madura.- La voz de Justin sonaba irritada, pero con un tanto de vergüenza en ella.

-Vamos amargado, tu y yo sabemos que tienes que decirle no evites el tema.

-Justin, ¿A que se refiere Lisa?

-Cuando te dije que estando al lado tuyo soy humano, pues ahora ya ni  siquiera puedo oír lo que piensas, sin tu consentimiento.-Justin me miro con una sonrisa. Claro idiota, y yo soy estúpida. Sarcasmo ¿donde?

-No lo eres, el si.- Comento Lisa con una sonrisa de superioridad.

-Gracias, bueno hay mas, por algo yo estoy aquí... Mmm como decirlo. Tu eras quien la que deseaba tenerme de vuelta, a cada persona de tu familia le es permitido tener a alguien de vuelta, claro alguien que se encuentre en el espejo. Y entonces supongo que tu cuando compraste el espejo, que se supone le pertenecía a tu familia y no entiendo porque no se encontraba en ella. Lo siento me fui del tema, digamos que llevabas bastante tiempo... pensando en mi- El auto es detenido en el estacionamiento del sanatorio, el silencio reinaba en el auto y la confusión en mi cabeza.

-Si estaba pensando en ti Just, pero pensaba en quien era los había asesinado.- Silencio incomodo.

-Nunca resolvieron el caso, ¿cierto?.-La mirada agachada y la voz casi en un susurro, era la reacción que obtuvo mi copiloto, alias mi mejor amigo.

-No, ellos solo se rindieron cuando no encontraron una pista, digamos, lógica.- La desilusión y la rabia se reflejaban en su rostro, los músculos de la mandíbula se marcaron y la vena en su frente se asomó. Lógico, ¿Quién no lo estaría?

-Sera mejor que salgamos, nos estarán esperando.-El solo abrió la puerta y bajo dirigiéndose a la entrada principal.

-Lisa.

-Dime.- Se acerco mas a mi en el asiento, para escuchar mejor.

-Hay que encontrarlos.- Mi voz sonó firme, dura, ni yo me reconocí, el odio me invadió y la desesperación se apodero de mi.

-¿A quienes hermanita?

-A los que mataron a Justin.

(...)

-Entonces solo suban.- Dijo la amable secretaria de la otra vez.

-Gracias.

Todo estaba exactamente igual a la ultima vez que venimos, las ventanas estaban espolvoreados y los muebles seguían en su misma posición, los pasillos seguían igual de escalofriantes, y los gritos de los pacientes se escuchaban a lo largo de la extensión del pasillo.

Y allí estábamos en el pasillo tres, habitación numero once, los gritos de mi madre se escuchaban desde el principio de el pasillo, Lisa con el pánico a flor de piel tomo la llave de mis manos y abrió la habitación. Mamá estaba igual que la otra vez, amarrada y con los aparatos de electricidad a un lado. La boca de Lisa se abrió y las lagrimas no tardaron es salir. Los ojos de mamá se comenzaron abrir, su reacción fue todo lo contraria a la de la otra vez, estaba calmada.

-Hola hijas.-Acaso esto era cierto, mamá nos reconoció.

-¿Mamá?, ¿Qué te han hecho por Dios?.- Lisa corrió hacia ella se sentó aun lado de la cama, le acaricio la mano, soltando las correas de los brazos y las piernas se abrazaron.

-Mi niña mira lo linda que estas, no sabes cuán agradecida estoy de que ellos te hayan llevado.

-Fueron muy buenos mamá, tu tranquila, no sabes cuantas veces quise venir a verte, pero me dijeron que esperara a que _______ consiguiera el espejo.- ¿Yo que?, ¿Acaso estaba todo planeado?

- No sabes lo feliz que estoy de eso mi niña, ______ ven aquí por favor.- ¿Qué me sucede?, es mi madre ¿Por qué estoy tan nerviosa?

-Estas hermosa, ¿El es tu novio?, es muy guapo.

-No señora, yo soy Justin, ¿Se acuerda de mi?- La sonrisa traviesa que atravesó su cara tenia una sola respuesta, ella dijo "novios".

-Oh Dios mío pero que grade estas, yo creí que mi hija y tu... vaya como estuvo tu estadía en el espejo, me alegro que hayas podido salir al fin, ellos me han visitado y me han dicho que estabas tan desesperado por salir.- Su alegría y entusiasmo se desvaneció, ¿Qué ocurría?, sigo la mirada de mamá a la puerta y allí se encontraba tres enfermeros.

Ellos entraron rápido tomando a mamá de los brazos mientras el otro le ponía una inyección en el cuello sedándola. ¿Pero que mierda estaban haciendo?, La rabia me invadió .

-¿Pero que mierda hacen?, ella no a hecho nada.- Lisa con todas sus fuerzas gritaba y los intentaba apartar.

-Ella volvió hablar de "ellos" y el doctor firmemente nos dijo que si volvía hablar así la sedáramos. Les pido por favor que se retiren para proceder con los electro choques.

Lisa no dejaba de gritar y lloran mientras repetía una y otra vez que ella no estaba loca, pero no había caso ellos no escucharían, no lo hicieron antes y no lo harían ahora, para esta sociedad ella estaba loca.


 


 

Desde el mas allá ... [J.B]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora