Asesino

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(...)

-Thomas, gracias a Dios que contestas te e llamado como mil veces, ¿Ocurrió algo?-Histérica, mi voz salió como un vomito verbal, y enojada por que no me contestaba.

-_____ lo siento es solo que estaba en una Mmm.. reunión - Su voz sonaba nerviosa y exaltada. 

-¿Reunión?, vaya no sabia que tenias un trabajo - Un trabajo el, mentira.

-No, no ,no , trabajo como crees, odio el trabajo, era una reunión familiar, mi padre es algo tétrico y tenemos reuniones de familia cada semana. nada interesante. -Su risa se escucho, del otro lado de la línea, era fuerte y linda.

-Tranquilo, es que yo solo te quería preguntar si querías salir conmigo hoy. No te veo desde el viernes y quería sabe, ¿Qué dices?

-Claro que quiero salir contigo linda. ¿En el roptouch, en media hora?

- Seguro, nos vemos allá Thomas. - Al colgar lavo los platos par subir directo a mi habitación.

Las puertas y ventanas estaban todas cerradas, tome una manta para tapar el espejo, así es, Justin espía. Me puse un pantalón negro rasgado, una poléra 

Tome una mochila negra y meto en ella las llaves, dinero, celular y una bufanda por el frio invernal, en mano llevaba una chaqueta de color negro y una nota para Lisa, ella había ido a  la biblioteca y Justin no había aparecido.

De camino a la tienda de malteadas donde debería estar Thomas, no tarde en ponerme la abrigada chaqueta térmica, la marca comienza a crecer ya casi párese un tatuaje cualquiera el color blanco expende aun el dulce olor a vainilla que salía desde un comienzo, los pequeños relieves ya ni existían, como decía parece un simple tatuaje del cual trajo un montón de acontecimientos.

El se hallaba en la mesa del fondo el local era al aire libre y la plaza estaba casi vacía por el crudo invierno. Al verme se levanto de su silla y yo comienzo a avanzar.

-Hola linda. -Besa mi mejilla ligeramente y mueve su silla para que me siente.

-Gracias caballero.- La sonrisa en mi cara era casi imposible no notarla.

-Y cuéntame que el lo que querías hablar conmigo.

(...)

-Es increíble como se te ocurre hacerle eso es tu amigo, Dios eres malo eso no se hace yo también te golpearía si me hicieras eso.- Golpee su hombro con mi puño en forma de broma provocando que el se riera.

-Vamos se lo merecía era todo un cabrón, además no tenia ningún derecho de tratarme así.- Las carcajadas de ambos eran casi imposibles, las personas cundo pasaban nos miraban con sus típicas miradas de desaprobación al ver a dos adolescentes riendo como maniático.

Thomas no era nada de lo que pensaba, no entendía porque Justin decía que era peligroso, todo lo contrario el era maravilloso, y me estaba dando cuenta de eso.

-Creo que ya es un poco tarde.- Al ver el reloj en mi muñeca, el cual marcaba exactamente las 11:25 pm de la noche, me alarme, ¿tanto tiempo paso? el cielo había sido inundado por el mar de estrellas, la oscuridad en las calles era aterradora y el cambio de luces fue tan notorio, pero ¿Cómo no me di cuenta?, demonios.

-Si, es algo tarde, como no me di cuenta lo siento ______, ¿quieres que te valla a dejar preciosa?.-Y ahí estaba el Thomas que me gustaba, tan atento y tímido a la vez.

-Por supuesto.-Nos levantamos de las sillas y dejamos la propina.

Durante el trayecto fue un silencio total, no era necesario hablar, pues, el silencio era reconfortante estando al lado de el, me sentía tan protegida. Nunca me han molestado los silencio, en lo personal los prefería, y con el los silencios eran casi una pausa, una pausa par apreciarlo mas. Sus ojos iluminados por los faroles de las calles, su cabello un tanto largo y ondulado, casi como un hombre ideal, espalda ancha y brazos marcados, sentir algo por el era casi imposible.

-Te veré luego hermosa, la pase muy bien contigo, y me gustaría hacer algo si es que no te importa.- Yo ya estaba parada en el primer escalón de la casa, lo que hacia que estuviéramos casi del mismo porte.

Y como era de esperarse, me beso, y se lo agradecí, sus labios suaves y carnosos con sabor a la uva de la malteada de hace un rato, el beso parecía eterno, me gustaba, Thomas me gustaba, y estaba segura de eso.

-Te veré luego.- y sin mas la sonrisa en su rostro, y el sabor a uva que dejo en mis labios se fue.

Al entrar decidí tomar una ducha, las toallas las deje justo en el perchero al lado de la regadera, abrí el agua esperando que se regulara la temperatura. Me desvestí y me introduje en las aun frías aguas, el poco rato estaba tibia, con movimientos redondos de mis dedos el shampoo comienza a producir las espumas y a cegar mis ojos.

El filo de una cuchilla es escuchada contra una pared, instintivamente aparte la espuma de mis ojos con los dedos y el agua, a través de la cortina se podía visualizar una sombra, un escalofrió me recorrió la espina dorsal, miedo,  era lo único que me pasaba por la mente, no era una imaginación, tomo la toalla que quedaba al lado de la regadera disimuladamente, me cubro y cierro el agua. La cortina es abierta y hombre con pasamontañas y un cuchillo en mano me acorrala contra la pared, con su mano libre me sujeto el cuello, y con el cuchillo me recorre la cara.

Intente escapar por los costados, pero casi imposible con su cuerpo presionándome y la toalla casi cayéndose, el al darse cuenta de mi esfuerzo me toma del pelo tirándome al piso, levanto su brazo, creí que era el fin pero el solo me corto un largo tajo en el brazo, mientras la sangre corría y se manchaba toda la toalla y el piso. El huyo. Y lo único que podía pasar por mi mente era ¿Por qué no me mato?. ¿Y quien era?






Desde el mas allá ... [J.B]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora