Advertencia :Lemon (+18) Dirty talk,praise kink.
Ya era la segunda vez que pasaba en aquella semana, y solamente estaban a miércoles.
Mientras decoraba cada recoveco del pecho del menor con marcas rosadas con ayuda de sus labios, Jimin concluyó que esto ya no podía ser normal.
No era como lo de Namjoon y Seokjin, los cuales se abrazaban y dejaban pequeños y cariñosos besos en los labios y mejillas del otro.
No,esto ya sobrepasaba esa fina línea. Por no decir que ya la habían roto hace un tiempo, en el cual sus hormonas y corazones (realmente no sabían cuál influía más en sus acciones aún), los llevaron a momentos que podrían ser calificados como "cosas que harías con tu novio, no con tu amigo".
Lo que estaban haciendo en ese instante era claramente algo perteneciente a esa lista, sin duda.
Los demás miembros estaban durmiendo, lo lógico y lo que deberían estar haciendo ellos mismos, ya que eran nada más y nada menos que las cuatro de la madrugada en el frío invierno de Seoul, y a la mañana siguiente todos tenían que atender un asunto con el instructor de baile sobre la nueva coreografía.
Pero no, ellos estaban en el lavabo con el pestillo echado, y a pesar del frío que los envolvía,ambos se sentían más calientes que nunca mientras sus manos se exploraban lentamente, con paciencia.
Eran momentos así los que les gustaban más. Cuando experimentaban sin prisas,sin nervios por que alguien los encontrara en tal situación.
Sabían que nadie se despertaría a esa hora (más que nada porque habían tenido un muy largo día lleno de prácticas), y el contacto de los labios carnosos de Jimin sobre la piel expuesta de Jungkook era tan delicado, tan suave, tan puro... Que no podría clasificarse como un acto de pasión repentina, sino de amor reservado por meses o incluso años.
Sin embargo, Jimin no diría nada sobre sus sentimientos. No cuando el más joven jadeaba a su lado y agarraba su cabello de manera posesiva.
¿Y si todo este sueño llegaba a un fin por culpa de su amor?. ¿Y si al confesar sus sentimientos a Jungkook, el menor lo llegara a odiar y no hablara con él?.
Eso sería peor que la muerte para el pobre e inseguro Jimin. Sabía que estaba viviendo una mentira, un juego. Pero al menos,este juego lo mantenía vivo.
Era todo un tenso juego que probablemente tendría un principio y un final, un final en el cual ninguno de los dos participantes quería pensar.
La mano derecha de Jungkook pasó del cabello del contrario hasta la mano temblorosa y helada de Jimin, y la guió hasta la palpitación que escondían sus apretados pantalones.
Jungkook dejó escapar un suspiro de placer al sentir la fría mano de Jimin a través del material de sus pantalones color carmesí. La experta mano del mayor empezó a masajear el creciente bulto del menor relajadamente, tal como sus labios se desplazaban por el vientre del joven, sin prisas, disfrutando de cada segundo como si fuera lo último que harían antes de llegar a su fin.
Más gemidos rebosantes de excitación escaparon de los labios húmedos y rojos de Jungkook, que todavía portaban un hilillo de saliva perteneciente al más bajo. Estos sonidos enloquecían al mayor, que decidió introducir su mano en los pantalones del joven, no sin antes desabrocharlos, para envolver el cálido y erecto miembro del chico de 18 años que no cesaba de pedir más y más.
¿Quería correrse?. Jimin le concedería aquel deseo.
Su lengua trazaba círculos en la suave piel del menor, mientras que su mano masturbaba a Jungkook suavemente, hasta alcanzar cierto nivel de rapidez en sus movimientos al notar cuán desesperado estaba el joven.
—Más rápido... — pidió Jungkook, su voz contraída por el inmenso placer que el mayor le regalaba con su deliciosa mano.
Jimin cesó sus movimientos y apartó los labios de la adictiva piel del menor, para mirarlo con la ceja enarcada.
—¿Cómo tienes que hablarle a tu hyung?. Recuerda los modales. —gruñó Jimin y el pelinegro no pudo más que fundirse ante su voz y asentir, embobado por el comportamiento de su mayor.
Su tierno hyung, que tan bien lo trataba, solamente sacaba a relucir su faceta posesiva y demandante en momentos como este. Y nada le ponía más a Jungkook que aquello.
— Por favor, hyung...Yo...Quiero correrme en tu mano, por favor. — rogó el joven de coloreadas mejillas, su voz sonando tan hermosa en los oídos de Jimin como el canto de las musas.
Eso era lo que el joven de cabello castaño quería oír, por lo que le dio al menor lo que ansiaba con gusto, esta vez uniendo sus labios a los de su "amante" en el acto y fundiéndose en un apasionado beso.
En apenas un minuto escaso,Jungkook llegó al clímax y su esencia quedó impregnada tanto en la mano del mayor como en los pantalones color carmesí del menor.
Jungkook trataba de recuperar el aliento, separándose con algo de brusquedad de los labios de Jimin para atrapar el tan necesitado oxígeno. Jadeaba repetidamente, sus ojos fijos en los del joven que tanto placer le había brindado en aquella especial madrugada.
La mano de Jimin aún se encontraba en los pantalones de Jungkook cuando el último preguntó algo que lo sorprendió enormemente.
— Hyung...¿Te gustaría hacerlo? — su tono era demasiado inocente y casual. Casi parecía que estaba hablando sobre hacer tortitas o algo así.
Las mejillas del mayor se colorearon de un rojo parecido al de los pantalones de Jungkook. ¿Lo estaba preguntando en serio?. Fuera como fuera, Jimin nunca lo haría. No en esas condiciones.
— N...No. — reconoció al instante el joven de castaño cabello, con firmeza al final .
Jungkook lo observó con confusión y se podría decir que con desilusión y pena.
— ¿Por qué?. Pensaba que yo...Pensaba que te atraía lo su...
— No, no es eso Kookie — lo acalló Jimin rápidamente. Demonios, si supiera lo muchísimo que lo atraía...— Claro que me atraes. Pero quiero que tu primera vez sea con alguien a quien quieras, quiero que sea especial, te mereces una primera vez bonita — "incluso si no es conmigo" pensó al terminar la frase, su corazón rompiéndose en mil pedazos. A pesar del dolor, trató de sonreír para su pequeño preferido, para su amor más puro, para Jeon Jungkook, el joven e inexperto chico de 18 años que decidió jugar con él a este extraño juego que cada vez era más, demasiado.
Jungkook besó los labios del mayor con ternura, con el brillo de algo que parecía amor, para separarse de él y responder a su sonrisa; una sonrisa indescifrable que escondía algo realmente importante.
Y así fue como, después de su último encuentro a las cuatro de la mañana, dejaron de hablar.
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:,) no me matéis por hacer esto, era necesario ;o; por favor, dejad comments y estrellitas bonitas :3 el siguiente y último capítulo llegará pronto! Nos leemos ♥
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Little Games
RandomPark Jimin y Jeon Jungkook comparten una fuerte unión. Es gracioso que todo comenzó con aquel juego que hasta estos momentos disfrutan.