Mi nombre es Kim Himchan

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  (Día 282)

Sehun y yo estábamos de compras, como de costumbre, pero él tenía una expresión tan diferente, me sentía triste al ver su rostro.

—Hola, mi nombre es Bang YongGuk., ¿Puedo ayudarte en algo?— Dije bromeando.

Y creo que no le pareció nada gracioso, así que siguió caminando.

No comprendo su actitud.

(Día 36)

Últimamente estábamos más tiempo juntos, es decir, almorzábamos y ese tipo de cosas. Él necesitaba comprar algo, que en el momento prefirió guardarlo en secreto, me pidió el favor de que lo acompañara a hacer el recorrido, estaba aburrido y era domingo ¿Por qué no?.

Me vestí acorde a la situación y texteé que ya estaba listo, quedamos en vernos en el piso de abajo.

Bajé primero y lo esperé pacientemente, pasaron alrededor de veinte minutos cuando bajó. Llevaba una camisa blanca, con la misma chaqueta de cuero que tanto me gustaba, unos lentes de marco negro y había, nuevamente, teñido su cabello, llevaba muchísimos colores en él, casi todos de tonos vivos o pasteles, un maletín de color negro colgado en el hombro derecho y su inexpresiva cara sonriente.

—¿Estás listo?— Me dijo sonriendo.
—Por supuesto— Contesté.

¿Cómo no iba a estar listo si lo he esperado veinte minutos?

Me hizo una señal para que abandonáramos el edificio, caminamos por la acera y Sehun paró un taxi. Está bien... Vamos por partes... ¿Un taxi?¿A DONDE DEMONIOS IBAMOS? Fue ahí cuando empecé a temer por mi vida. Le dio el nombre de un centro comercial al taxista, lo cual me relajo bastante, hasta me sentí estúpido por lo que pensé anteriormente. Dentro del taxi camino hacia el centro comercial, él estaba un poco raro, me miró fijamente y volvió a bajar la mirada.

—¿Su-sucede algo?— Pregunté.
—Hola, mi nombre es Kim Himchan, un placer conocerte— Me dijo... En serio me dijo eso.
—E... emm...—
—Vamos no seas timido, entre este mundo de los famosos, es normal hablar entre nosotros— Me aseguró.

Déjenme ver si entendí... ¿Vamos a jugar que somos famosos?, ESTÁ BIEN, si iba a escoger a alguien de B.A.P, debía ser audaz, aunque no sabía mucho del grupo, recuerdo haberlos visto alguna vez, entonces recuerdo que Sulli me pasó algo relacionado con ellos, donde Bang era pareja de Himchan, no sé si sea verdad, pero... Era mi oportunidad para divertirme con él.

—Claro, entiendo.— dije y luego me aclaré la garganta —Mi nombre es Bang YongGuK— Le dije mientras estiraba la mano.

Sehun soltó una carcajada que me aturdió, me sentí ridículo, ¿Bang YongGuk? Ese tipo era demasiado rudo y yo tengo una cara de tonto que no puedo con ella, pero bueno, ya había hablado, pero él no paraba de reír... Su sonrisa... Me estaba enloqueciendo.

Llegamos al centro comercial y aún seguíamos con el "ROLEPLAY" de los tipos de B.A.P. mientras más caminábamos más estupideces salían de mi boca, no tenía ni idea como era ese BANG... mi única referencia era un escrito que la tonta de Sulli me había pasado ¿Cómo iba a actuar?.

Llegamos a nuestro destino... Un almacén de espejos. Yo sólo le seguí la corriente, así que entramos en el almacén y yo voltee a verlo, cabe resaltar que JAMAS en mi vida había visto una expresión como esa... Esa que tenía este chico que me enloquecía.

Estábamos frente a un espejo inmenso, tenía nervios, no sabía que decirle así que lo único que se me ocurrió fue un "Qué lindo".

—¿Lindo? Es perfecto Guk.— Dijo aún continuando con el roleplay.

Sehun estaba feliz, no me decía para qué necesitaría el espejo así que no pregunté, además que tampoco quería, estaba sonriendo todo el tiempo y me tenía embobado.
Llegamos al mostrador y el pagó su espejo gigante, luego me hizo una señal de que saliéramos del almacén y volvimos con el roleplay.

—Guk, ¿Quieres comer algo?, tengo antojo de bubble tea con galletas de mantequilla—
—No, pero si tú quieres, compramos algo— Le dije, mientras el asintió con la cabeza.

Llegamos a un establecimiento algo extraño, habían unos sofás que se veían cómodos y unas mesas bastante peculiares, cuando entramos al lugar un mesero nos recibió atentamente, su nombre era Kim JongIn, nos sentó en uno de esos sofás y nos tomó la orden, Sehun pidió lo que quería y yo sólo pedí un café, acto seguido el mesero se retiró y me dejó a solas con él. ¿De qué podía hablarle al fin estando solos? Tenía que pensarlo bien.

—¿Cómo es que compras un espejo y te sientes tan felíz?— Le pregunté.
—Amm... Amo los espejos y me antojé del que tienes en la sala, así que compré uno para mí— Me dijo mientras se corría más hacia mí.

Nos habíamos sentado uno lejos del otro, pero el mismo se encargó de acortar la distancia. Lo miré extrañado y él me sonrió de nuevo, mi felicidad en ese momento no tenía límites.

El camarero llegó con el pedido y nuestra conversación se había extendido un poco. Sehun me contó que le encantaba bailar y cantar, y que también por esa razón había comprado el espejo. ¿Acaso no era perfecto? Le gustaba bailar.

Empezamos a conocernos un poco más, ese día se enteró de mis mañas, manías y demás asquerosos defectos pero él... él no tenía ninguno, aunque si me los quería hacer ver nunca los iba a notar, es tonto, pero es algo que no puedo evitar pensar.

Cuando estábamos en la parte más rara de la conversación, percatándome que aún estábamos metidos en el roleplay, Sehun se movió un poco hacía mí, de nuevo se acercó sin yo buscarlo. Me tomó el mentón y me besó de nuevo.

Las mariposas no revoloteaban en mi estómago, era más bien una estampida de rinocerontes, abrí los ojos lo más grande que puse y noté que los suyos estaban cerrados, le seguí la corriente y los cerré. Me dejé guiar por él, mientras su cabeza giraba de derecha a izquierda unos cuarenta y cinco para acomodarse, me pedía permiso siempre con la lengua y luego se separó para tomar aire, luego me miró a los ojos y sonrió.

—Guk, cariño— Me dijo, mientras yo estaba embobado en él
—Dime, Chan— Respondí
—Creo que una pareja de fanáticas nos está mirando, será mejor que nos vayamos—

Mi cara se puso roja como un tomate, tenía una vergüenza infinita. Así que reí estúpidamente y le dije que no se preocupara. Puse unos billetes sobre la mesa para saldar la cuenta y tomé a Sehun del brazo y lo saqué del lugar.

Empezamos a correr por todo el centro comercial, la gente nos miraba raro y nos esquivava, ¿Cómo no nos mirarían raro, si estamos dos personas parcialmente adultas corriendo como niños de escuela por todo un centro comercial? Eran lógicas todas esas miradas, pero no me importaba.

Sehun me sostuvo el brazo cerca de un pasillo que estaba parcialmente solitario, me agarró por el otro brazo, soltando las cosas que llevaba en la mano y volvió a besarme, pero esta vez, era con ternura. Se separó ligeramente de mi miró hacía mis labios para recorrer mi cara con sus ojos hasta llegar a los míos escuchaba un susurro de sus labios que articulaba "Eres tan divertido" antes de volver a besarme, luego yo me separé y le dije claramente que él era el divertido.

—Oye, Guk— Me dijo sin dejar de abrazarme —Me gustas mucho, ¿Sabes?...— cuando el termino de hablar me puse todo rojo, tenía pena.
—T-tu a mí también, C-chan— Le contesté con nervios.

Él me sonrió y luego se separó de mí completamente así que seguimos caminando... En el trascurso de aquél recorrido, estaba muriendo por dentro de la felicidad, ese chico que me sonreía por fin me había dicho que le gustaba así que todo estaba bien.

Llegamos a la salida y tomamos el taxi, aún éramos Kim Himchan y Bang YonGuk, así que usábamos esos nombres.

—Guk, quiero que sepas algo— Me dijo tomándome de la mano —Emm... No busco algo serio, ¿Me entiendes?... Quiero divertirme... ¿Te parece bien?—
—Sí— Afirme —Me parece bien— Estaba feliz de estar con él, me divertía.
—Todos enloquecen cuando digo eso, ¿Tu no?— Preguntó
—No, ¿Por qué?, me gusta estar contigo, me divierte— Le confesé.

Él me sonrió cálidamente y besó mis labios delicadamente, estaba feliz... ¿Qué más podía pedir?.

Al bajarnos del taxi cuando llegamos a nuestro destino, es decir, nuestro edificio, caminando hacia la entrada el me tomo de la mano, entrelazó sus dedos con los míos y me miró de nuevo con esa cálida sonrisa.

Subimos a nuestro piso, pero el día no había terminado, Sehun me invitó a pasar a su departamento, me dijo que sabía cocinar así que voluntariamente se ofreció a hacer la cena. Lo miré casi dudando de sus capacidades, pero debía darle el beneficio de la duda así que acepté su invitación y me adentré en su departamento.

Su departamento era algo diferente al mío, se veía más grande. Entré a la cocina, donde se supone que íbamos a estar y él se sentó sobre el mesón y yo en una de las mesas de la barra de la cocina.

—¿Qué quieres comer?— Me preguntó.
—No sé... emmm... ¿Ramen?—
—Hace rato no como Ramen, ¡RAMEN SERÁ!— Gritó dando un salto para bajarse del mesón y empezar a cocinar.

Yo trataba de amenizar el ambiente mientras lo veía cocinar, le dije que sabía mucho acerca de Michael Jackson y que había aprendido inglés vía internet, también le dije que hablaba bien el mandarín, era mi idioma nativo y el no escatimó y comenzamos a hablar en mi idioma. Luego me empezó a enseñar palabras básicas coreanas y fue divertido verlo mover la boca con los fonemas coreanos, siempre me han parecido divertidos.
Sehun terminó de cocinar, sirvió los platos en la mesa y puso el bowl grande en la mitad de esta, me miró fijamente y yo pues le sonreí, no podía soportar más de cinco segundo a la cara sin reírme, con esa odiosa risa nerviosa. La comida estaba deliciosa, me recordaba a casa, a mi madre, él sabía lo que hacía y pasó la prueba con el ramen.

Terminamos de comer, estábamos a reventar, además que no quería parar de comer, estaba todo deliciosísimo, él me ofreció que nos sentáramos en la sala, no sé cuál, porque ni siquiera tenía muebles, pero de todas formas accedí, yo caminé hacía la sala vacía y el caminó hacía la cocina; examiné detenidamente el lugar, estaba peculiarmente decorado, en toda esa habitación solo había un cuadro pintado al óleo, al leer la firma del artista no supe quién era así que me alejé y me senté en la alfombra, era el único lugar para sentarse, así que no me detuve y me senté.

Sehun se asomó por la entrada de la habitación y traía una pequeña hielera de color azul en las manos, no pesaba mucho o eso parecía; cuando se acercó y se sentó frente a mí la destapó dejando ver claramente el contenido, eran cervezas, como aquél día en el Karaoke. El estiró la mano y me ofreció una así que la acepté, sonreí un poco porque sabía que no estaba bien la situación.

Comenzamos a hablar y las cervezas se comenzaban a agotar hasta el punto donde yo sentía la lengua más ligera y Sehun se acercaba más a mí, tanto, que lo tenía casi encima, el acto reflejo me llevó a besarlo, él tomó la parte de atrás de mi cabeza con la cabeza ladeada me daba besos ligeramente tiernos, acariciándome suavemente el cabello, yo tenía las manos en sus hombros mientras nos besábamos, sentía algo inusual en mi estómago, estaba ansioso y nervioso, así que lo empujé un poco y lo recosté contra el suelo, yo estaba sobre él, no completamente pero tenía mi pecho pegado al suyo mientras lo besaba en diagonal, le sobaba con suavidad el cabello mientras él me rodeaba con los brazos. De un momento a otro los papeles llegaron a cambiar, el sacó fuerzas se separó de mis labios y me empujo hacía el suelo pero esta vez el quedó completamente sobre mí, separó de nuevo y me miró con picardía, se mordió los labios y de nuevo acechó los míos. Yo cerré los ojos y disfruté el momento.

Los besos comenzaban a ponerse un poco calientes, estábamos acostados, el sobre mí y sentía que la hombría de Sehun rosaba mis jeans completamente, así que la mía comenzó a despertar también. Metió sus manos dentro de mi camiseta y con un movimiento bastante audaz, me sacó la playera, pero él no me dejó hacerlo, así que el mismo se sacó la suya. Yo puse mis manos sobre su blanco abdomen, me senté y comencé a darle suaves besos por todo el pecho mientras el con sus manos me revolvía el cabello, de pronto empujó mi cabeza hacía atrás, se encorvó un poco y volvió a devorar mis labios.

Sin darme cuenta estaba desnudo en la sala de mi vecino besándolo apasionadamente por todo el cuerpo.

Él estaba arrodillado con la espalda erguida mientras yo le daba besos por el abdomen, recorrí su pelvis y llegué a donde quería. Comencé a besar la punta de la hombría de Sehun y el daba suaves respingos a mis estímulos, luego lami el tronco con sutileza lo que hizo que este chico se desesperara completamente, me tomó por los brazos y me obligó a estar de frente al piso, mientras él estaba sobre mi espalda, puso su mano sobre mi parte baja de la espalda y con suaves movimientos puso la punta de su pene sobre mi trasero, intentando encontrar la entrada, movia suavemente de nuevo y cuando dio en el blanco, yo grité, sabía que esto dolería, no era la primera vez que lo hacía, pero esta vez el dolor era más punzante. Sin previo aviso Sehun se introdujo completamente en mí, no tenía ninguna escapatoria, estaba boca abajo, con las piernas aprisionadas por las de él, él estaba castigándome por algo que aún no sabía que era. Comenzó a hacer movimientos de vaivén suave y rítmico, me acariciaba la espalda mientras yo intentaba no gritar mordiéndome los dedos.

Su vaivén aumentó el ritmo y la velocidad, dándome permiso para adoptar la posición de perrito, donde ambos estaríamos más cómodos, ya no me dolía, me placía. Cada vez que me embestía era una sensación diferente, así que gemía a diestra y siniestra. De un momento a otro comenzó a darme un poco más rápido sosteniendo mis caderas firmemente atrayéndolas hacía el, lo que hacía a las estocadas más fuertes y mis gemidos más fuertes. No hacía calor ni frío, por ende no sudaba, pero si temblaba estaba a punto de alcanzar el orgasmo y repentinamente él se salió de mí y me volteó hacía el obligándome a meterme su pene en la boca, claramente accedí y sentí como un líquido viscoso y caliente llenaba mi boca, mientras escuchaba a Sehun gemir.

Escupí aquél líquido y el me empujo con una mano de nuevo hacía el piso pero esta vez estaba frente a él, sin previo aviso bajó hasta mi hombría que estaba todavía despierta y la engulló completamente y comenzó succionarlo lentamente, lo que hacía que yo me enloqueciera completamente intentaba arañar el piso, morderme los labios, gritar, pero todo era inútil, la manera en que Sehun me hacía sexo oral, era única así que mi vista se empezó a nublar y sentí una ligera presión en el abdomen y me vine dentro de la boca de Sehun.

Ambos estábamos acostados, uno al lado del otro, medio borrachos, haciendo el papel de unos cantantes de K-pop, nos miramos las caras, sonreímos y el me abrazó hasta que ambos nos quedamos dormidos en la sala.  

Diario de tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora