Aria
Me senté en el banco donde me había sentado antes y comencé a reir. El chico que había estado conmigo desde que entré al bar me miraba extrañado. Él no comprendía por qué me estaba riendo pero le saqué una sonrisa. Pero si quería ser sincera, ni yo sabía por qué me reía.
Mi celular comenzó a vibrar en mi bolso, así que abrí mi bolso y saqué el celular. En la pantalla aparecía el nombre Summer. Sonreí como estúpida y contesté.
- ¿Alooooo?
- Aria, ¿dónde estas? Llamé a tu casa y no contestaste.
- Estoy en el McLaren's. Ted, Marshall, Lily, Robin y Barney me invitaron a ser parte de su "grupo". ¿Acaso no es muy cool?- dije casi gritando y riendo.
- Oye, esto no es un juego, no estamos en How I Met Your Mother. Te voy a buscar por todo Seattle si no me dices dónde estas.
- Summer, entiende que estamos en Nueva York, no en Seattle. Oye me tengo que ir, Barney y Ted me invitaron a jugar Laser Tag, voy a patearles sus lindos traseros- exclamé señalando al chico frente a mi y después al cantinero. El chico frente a mi sólo me dio una sonrisa.- Bueno me tengo que ir, así que adioo...- comencé a decir pero de la nada caí del banco con el celular en la mano.
Colgué la llamada y me empecé a retorcer de la risa en el piso. No podía parar de reir y mi estómago ya me dolía. El chico -del que todavía no sabía su nombre- se levantó de su banco y se agachó para recogerme. Al instante que me tocó me dejé de reir. Sentí algo que no podía describir. Él pareció sentirlo igual, porque se quedó completamente quieto. Después de que se dio cuenta de que seguía en el piso me jaló hacia arriba y yo me levanté con dificultad e intentando que no se me viera la ropa interior, debido a que seguía con el vestido que me había puesto. Al estar en pie lo miré a los ojos, él hizo lo mismo y me dio una sonrisa chueca. Era una gran sonrisa. De repente me encontré mirando sus labios, se veían tan sens... Demonios, creo que estoy muy ebria.
«Aleja tus pensamientos. No harás nada esta noche. No eres una cualquiera, y además todavía amas a Patrick.» me dije a mi misma.
«No te hagas caso. Llevas mucho tiempo sola. Conquístalo. O acabarás sola con 15 gatos.» dijo mi mente.
«Hey, si acabo sola será con perros, no con gatos. ¡Y no lo haré! Tengo que tomarme mucho tiempo para estar otra vez con alguien.» le dije a mi mente.
«¡Al diablo! Te odio.» dijo mi mente.
- Hey, ¿estas bien?- preguntó el de la gran sonrisa.
- ¿Eh? Sí, claro. Sólo estoy muuy ebria.
- Eso se nota.
- Aunque creo que mañana lo lamentaré muchísimo. Sólo me he embriagado así unas... ¿4 veces?- dije sonriéndole.
- Oh, saliste parrandera.- dijo con aprobación.
- No es por presumir pero... Sí
Soltámos una pequeña risa y después nos quedamos completamente callados.
- Dalton- dijo él.
- ¿Dalton?
- Mi nombre.
- Ah cierto. Aria.
- Lo sé. Lo gritaste en el karaoke.
- Oh, me había olvidado de eso. Creo que he dejado mi dignidad aquí.
- Pero cantaste muy bien, no hay de que preocuparse.
- Eso crees tú.
- No lo creo, lo sé.
Nos quedamos en silencio hasta que yo dije:
- Creo que me tengo que ir.
- Wow, calma, así no te vas a ir.
- Vivo cruzando la calle- dije y al momento capté que apenas conocía a Dalton, no debería de haber dicho eso.
- Pero, ¿los coches qué? Te pueden atropellar.
- Es menos de una cuadra. Así que me voy. Bye byee.- dije sacudiendo mi mano de un lado a otro en forma de despedida.
Caminé hacia la entrada del bar y salí dirigiéndome al cruce peatonal. Iba a pasar cuando de la nada un coche se dirigía hacia mi. Sabía que iba a impactar contra mi hasta que sentí unas manos jalándome hacia atrás, caímos sobre el cemento. Mi respiración se sentía muy agitada y podía sentir mi corazón acelerado. Giré mi cabeza para ver quien era, era Dalton. Él me había salvado. Por alguna razón en el momento que vi que era él voltee mi cuerpo completamente y lo abracé. Él no sabía que hacer así que supongo que sólo por instinto me abrazó. Al sentir sus brazos sobre mi me sentía aliviada, calmada.
Después del abrazo me separé de él y sólo le di una sonrisa como pidiéndole perdón.
- No hay de que preocuparse. El abrazo no estuvo mal, de hecho...- dijo pero lo interrumpí.
- Lo siento, he pasado por mucho hoy, estoy ebria y casi me atropellan. No puedo pensar mucho. Gracias por salvarme.
- No hay de que, ha sido un placer. ¿Qué te parece si te ayudo a llegar a tu casa sana y salva?
- Supongo que ahora aceptaré eso, ya que casi me atropellan y me salvaste, te debo una.
- Ya veremos cómo me la pagarás- dijo con una grande sonrisa pasmada en su cara.
Yo me limité a sonreírle y asentir. En ese momento no sabía a que se refería, pero lo sabría más adelante.
~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~
Hey, volví! Soy yo otra vez (duh, quién mas podría ser).
La chica guapa y chula que esta en multimedia se llama Emeraude Toubia, a ella me la imagino como Aria, pero ustedes imaginensela como quieran (apoco no esta bien chula la chamaca?)
Espero que les este gustando toda la novela, de verdad significa mucho para mi que la lean y les guste.
Voten, compartan, comenten, diganle a sus amig@s que la lean, de verda me ayudaría un MONTONONON!
Cualquier cosa LA GRAN ANA LAU esta aquí para ayudarlos en sus problemas o si tienen sugerencias para la novela, aunque no prometo siempre hacerles caso en esa parte, porque a veces ya tengo el cap planeado.
Bueno bueno, me despido. L@s amos muchoo a tod@s.
Bye bye, besitos y abrasitos a tod@s!
|Ana Lau|
ESTÁS LEYENDO
There Are No Shortcuts (Español)
RomanceLa vida de Aria se tornó oscura después de un terrible accidente en Francia unos años atrás, pero 2 años después lo imposible ocurrió y deja devastada a Aria. Ella se está rindiendo en la vida pero alguien llega para salvarla. O tal vez... ¿Varias...