Capítulo 7

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Aria

Desperté con un dolor de cabeza insoportable. Diablos, sentía que mi cabeza iba a explotar en miles de pedacitos.

Vi a mi alrededor, estaba en mi casa, sobre mi cama, al menos no me había ido a una casa desconocida.

No recordaba nada de la noche anterior, todo se veía borroso en mi memoria. Bueno, en realidad había algo, un chico, realmente guapo, pelo negro o castaño, no recuerdo eso, pero recuerdo sus ojos profundos y oscuros. Eran impresionantes en todo sentido. El chico se llamaba... Dalton, vaya nombre, sonaba tan... ¿Sexy? Definitivamente era un muy buen nombre.

Bajé de mi cama y me fui directamente al baño para darme una ducha y probablemente vomitar, aunque cuando llegué sólo prendí la regadera y me metí. El agua estaba fría, así que la templé para que estuviera al menos tibia. Apagué la regadera, me puse una toalla alrededor del cuerpo y salí del baño con el pelo mojándome la espalda.

Iba caminando hacia mi armario cuando sonó una alarma, supuse que era de mi celular, por lo cual me dirigí hacia mi buro para ver si mi celular se encontraba ahí, pero no estaba ahí. Eso se me hizo raro, jamás lo dejaba en otro lugar. Mientras buscaba mi celular escuché un ruido que me inquietó.

No sabía qué o quién era, pero aún así agarré un libro que era sobre Matématicas, lo cual no me importó, pues yo ya no estaba en la escuela y era libre, no más Matemáticas.

Caminé hacia donde creía que había escuchado el ruido y vi a una figura que parecía de hombre, estaba de espaldas en medio de la cocina, me acerqué con cuidado de no hacer ruido y en un error -que en realidad no fue mío- el piso de madera rechinó. Él volteó y yo por instinto le aventé el libro a la cara, pero al estar tan cerca de él, él de alguna manera me jaló de la toalla y me la quitó. Casi cae al suelo pero se mantuvo de pie y sólo se detuvo a mirarme.

Estaba completamente desnuda. Supongo que eso pasa cuando no te cambias antes de atacar. Bien pensado Aria.

Él se quedó estático al verme desnuda y yo me sonrojé notablemente. Esto era vergonzoso.

- Wow... Te ves... Estas... Desnuda- dijo cortando un poco las palabras y abriendo los ojos con impresión.

- No digas nada. ¡Voltéate! ¡Deja de verme!- grité con vergüenza intentando tapar mi cuerpo, que en realidad no era de mucha ayuda.

- Imposible no ver algo como eso- dijo señalando todo mi cuerpo, se formó una sonrisá pícara en su cara y después se mordió un labio. Me sonrojé aún más.

- Dame la toalla, por favor.

- Mmm... No lo creo. Así estas a la perfección. Puedo ver todos tus atributos con CLARIDAD, y eso me encanta.

Completamente sonrojada me giré.

- Wow, hermoso trasero debo decir, de hecho el mejor de todos los traseros.

Incómoda caminé un poco para irme a buscar ropa, pero él habló e hizo que lo que dijo hiciera sentir... No sabía cómo me sentía.

- Sabía que eras hermosa, pero no tanto- dijo lo suficientemente fuerte para que lo escuchara.

Me mordí el labio y sonreí sin que él me viera. Vaya, éste chico era... Era único, se mostraba pervertido y tierno al mismo tiempo. Especial diría yo. Giré un poco mi cabeza para alcanzar a verlo y ahora que veía con atención supe quien era. Dalton.

- Ahora capté tu atención, ¿no Aria?

- No me han hablado así en mucho tiempo...

- Pues es algo raro entonces, siendo tan guapa y sexy, no entiendo, pero bueno, me dejaron el trabajo a mí.

- Espera... ¿Qué?

- Lo entenderás después, muy pronto de hecho.

- Dalton, te conocí ayer.

- Lo sé, pero algo en ti me atrae, y no es sólo ese gran cuerpo y belleza de Afrodita. Es otra cosa.

Demonios, en ese momento recordé que seguía desnuda y corrí hacia mi armario para cambiarme.

Me puse mi ropa interior, unos shorts de mezclilla azul-gris deshilachados y deslavados que llegaban abajo del ombligo y unos 2 dedos debajo de mi trasero, una ombligera blanca de manga corta y unas botas negras largas. Alboroté mi pelo con cuidado, ya que la resaca no ayudaba, pero quedó como lo esperaba.

Rápidamente busqué mi maquillaje y me metí al baño para maquillarme bien. Al acabar me miré en el espejo y sonreí y luego me pregunté:

«¿Por qué te arreglas? Estas en tu casa y sólo hay un Dios griego en tu cocina, y te vio... Desnuda. ¡Oh santos traseros!»

Bueno, ahora sí voy a la cocina a ver que me espera.

Será un largo día.

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Hello! Is it me you're looking for? Of course your are! Heey personas apestosas (espero que no les ofenda el apestosas, es de cariño) espero que les este gustando esta novela, de verdad es importante para mí, es mi primera novela así que soy como noob y así, pero xyz.

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Bye bye sensoalones, amor para ustedes.

|Ana Lau|

There Are No Shortcuts (Español)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora