Capítulo II

243 18 10
                                    

-Feliz cumpleaños! - le susurró Kris, sus cuerpos seguían envueltos entre sábanas.

Había pasado un mes desde la decisión que ambos tomaron, un mes había pasado desde que Lay dejó de asistir a misa, era el día más deseado por ambos, la mayoría de edad para Lay había llegado, dirían a mamá sobre su relación.

-¿Realmente es el día? - murmuro el soñoliento.
-Así es- afirmó Kris llenando de besos al rostro del otro.

Un ramo de flores adornaban la mesa de noche junto a una nota.

Quizás no sean las más finas pero hice el esfuerzo para obtenerlas, me tomó toda la noche recolectarlas, espero que te gusten son las más hermosas que escogí, disfruta de tu día y recuerda que siempre estaré a tu lado.
Pd: Te amo
Un gato me aruño...

Unas pequeñas vendas eran casi visibles en el rostro de Kris, se veía gracioso, Lay soltó una carcajada, volvió a la cama y lo besó.

-Feliz cumpleaños cariño- mamá lo esperaba en la cocina con un pastel.
-Gracias madre, se ve delicioso- dándole un fuerte abrazo, no tuvo la valentía de decir lo que debía.
El desayuno tuvo un menú especial, los tres parecían disfrutar de la comida juntos en la mesa. Nadie hablaba, Lay temía acabar con la felicidad que vivía su mamá en ese momento, Kris no dejaba de darle pequeños toques en su pierna, haciéndole señal de que ya era momento de hablar.

-Mamá amo a Kris - se levantó de la silla.
-Es normal, me alegra que lo digas, yo también los amo a ambos - decía calmada sirviendo el jugo.
-No como hermano - titubeo nervioso.
-Nos amamos como pareja - Kris tomó la mano fría de Lay.
-¿Cómo es posible? - susurró - sin vergüenzas- gritó - están pecando y lo sabes- acercándose a Lay, estaba histérica - Son hermanos!! ¿es por eso que dejaste de ir a la iglesia? - su voz se elevaba- ¿fuiste tu quién ensució su mente? ¿por eso nunca asistías? - le propinó una cachetada a Kris, quien se quedó inmóvil sin decir y hacer nada- rompen las leyes de Dios! - alzó nuevamente su mano en dirección a Lay, Kris la tomó en el aire.
-No te lo permitiré, a él no le pondrás una mano encima - amenazó- golpeame si quieres pero no a él - la miró seriamente- es todo - Kris tomó a Lay por el brazo, tomo ambas mochilas y salieron de la casa. Tras la puerta se escucharon cristales romperse, la mesa del comedor fue volteada, los floreros yacían por toda la sala.

-¿A dónde iremos? - Lay trataba de ignorar la culpa que sentía al dejar a mamá en aquel estado.
-Lejos- Kris le mostró dos boletos de avión.
*     *     *
La suite era espaciosa, muebles de seda, lámparas de cristal, dos plasma, una hermosa vista a la ciudad desde el balcón, el baño de porcelana con un espejo enorme y alrededor pequeñas luces, la cama era inmensa, suave, cómoda y acolchada, era como vivir una luna de miel sin casarte.

-¿Descansamos? - abrazando a Lay por la espalda. Lay admiraba la hermosa ciudad desde la ventana, la ciudad de las luces.

Habían viajado a las vegas, era de noche, el viaje había sido un poco pesado, paradas aquí paradas allá. La estadía sería por dos días luego regresarían para aclarar mejor las cosas con mamá, Lay intentaba olvidar la reacción que había tomado su madre.

Sus cuerpos estaban desnudos en la cama, se mantenían unidos compartiendo el calor corporal, Kris acariciaba el cabello de Lay que no dejaba de mirarlo a los ojos, todo era silencio.

-Siempre estaré contigo- le decía Kris - no te dejaré solo, por favor permanece junto a mi- sus labios se unieron, sentó a Lay entre sus piernas mientras le acariciaba la espalda.
-Siempre estaré ahí contigo- señalando el corazón de Kris.

Sus labios volvieron a unirse, sus cuerpos se movían al ritmo de sus labios, Kris alaba delicadamente el cabello de Lay, sus respiraciones era agitada, Kris alcanzó el lubricante e introdujo un dedo en la abertura  del otro, con el segundo hizo movimientos suaves arrancando leves gemidos a Lay, no quería lastimar su delicado cuerpo así que procedió con lentitud y suavidad.
-¿Estás listo? - Lay sólo asintió.
Lo penetró de una manera rápida para hacer menos el dolor, otro gemido brotó de la garganta de Lay acompañado con una lágrima.
-¿Estás bien? ¿te lastimé?- Kris levantaba el rostro de Lay secando sus lágrimas.
-Estoy bien- luciendo una sonrisa.
Prosiguieron, el dolor ya había pasado, sus cuerpos agitados no dejaban moverse, las manos de Kris exploraron cada parte del cuerpo de Lay, subieron y bajaron, tomó la cintura de Lay para ayudarlo con los movimientos, lo volteó y pasó su lengua por la columna, agarró el miembro de Lay haciendo leves movimientos, sus corazones estaban a punto de estallar, unas enormes alas salieron de la vertebra de Kris al terminar dentro de Lay quien también acabó en la mano de éste. Lay quedó boca arriba mientras Kris mantenía su cuerpo semi levantado en sus codos.
-Siguen siendo hermosas- decía Lay.
-Están igual que hace 6 años- se agachó un poco Kris.
Permanecieron con las manos entrelazadas mientras dormían.
*     *     *
Habían regresado, iban de camino a casa, unos extraños hombres se acercaron y sin medir palabras agarraron a Lay a la fuerza por las muñecas separandolo de Kris.
-Sueltenme, sueltenme- Lay forcejaba con los hombres.
-¿Quiénes son?- Preguntaba Kris furioso, ninguno le respondió.
-No!- gritaba Lay tendiendo una mano a Kris. Los desconocidos empezaban a alejarlo. Kris seguía luchando contra los hombres, no dejaría que se llevaran a Lay él también luchaba para liberarse, el corazón de Lay se aceleró al ver un arma apuntar a Kris quién venía corriendo.
-Cuidado- gritó Lay. Una detonación espantó las aves de la plaza, el cuerpo de Kris cayó de espalda al chocar con el cuerpo de Lay. La sangre provenía de Lay su camiseta estaba manchada en sangre por la parte de atrás. Kris lo volteó, aún seguía con vida.
-Todo estará bien- le repetía Kris una y otra vez, tomándolo en sus brazos.
-Te amo- fue lo último que dijo, su último suspiro, su cuerpo se desvaneció como cenizas, su sonrisa, rostro, cuerpo, se fue como fantasma dejando un enorme vacío en Kris.
-NOOO!!!- el grito de Kris removió la tierra, el rubí que le había regalado fue lo único que quedó. El suelo se agrietó, los edificios se cayeron a pedazos, las tuberías se rompieron, un caos total gobernó la ciudad, algunos decían que era un terremoto y otros el armagedon, la destrucción total, despertó el ángel de la destrucción, las alas de Kris relucieron, recordó cada momento junto a Lay, su cuerpo se había sumido en un profundo sueño, las personas corrían desesperadas por las calles, la muerte se desató acabando con todo ser viviente. Despertó unas semanas después del incidente, subió al cielo para enfrentar a Dios y culparlo de todo.

-Sigue dormido - Un ángel lo recibió.
-Él se llevó a Lay- Kris estaba furioso.
-No ha sido culpa suya - aclaraba- todo ha sido idea del clero, debían extinguir tu vida, esos hombres han sido contratados para erradicar todos los actos contra la ley divina.
-Lay se encuentra en alguna parte del infierno - Adán se acercó con una espada de cristal en mano - debes apresurarte e ir por él antes que Dios despierte- le entregó el arma.
-Eso no es algo que Dios pueda aprobar Adán - le reclamaba el otro ángel.
-El nunca sabrá de esto - dijo con calma Adán.
-Dime ¿qué debo hacer? - Kris empezaba a impacientarse.
-Deberás atravesar su corazón con esa espada y regresar lo antes posible - explicó.
-Lo prometo.

Una abertura se abrió en la nada, era el momento de buscar a su amado, de seguro lo estaría esperando en algún lugar, asustado, deseaba abrazarlo nuevamente, se colocó el collar con el rubí que había regalado días antes a Lay, tomó el rubí entre su puño, se aferró a la espada, cerró los ojos y se aventó al vacío.

Volveremos a estar juntos pensó Te amo...

Angel Caido [EXO - Kray]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora