Capítulo III

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El infierno no estaba muy lejos, era como otra ciudad más, las calles estaban cubiertas por espinas, rosas negras decoraban los alrededores, una vieja ciudad que parecía deshabitada, el sol empezaba a ocultarse y al paso de las sombras se encendían las farolas.

-¿por dónde empezaré? - se preguntó Kris. Llevaba puesto un sobretodo de cuero, la espada la mantenía guardada en una funda junto a otra sobre su espalda.

Extrañas sombras aparecieron en los locales. Se acercó a una especie de feria, muchos seres aparecieron en el lugar, un hombre de sombrero traspaso el cuerpo de Kris, demonios entraban y salían de los bares cercanos.
Recordó las vegas, no era mucha la diferencia.
Vago entre la corriente de demonios y almas por un par de horas. Las casas eran del estilo antiguo, las calles como la antigua Roma. Sería difícil encontrar a Lay en un lugar como ese.
Llegó a un edificio "Posada Yan" pagó por una habitación, no sabía cuánto tiempo le tomaría conseguir a Lay, así que primero debía conseguir donde descansar. Depósito la funda con la espada en la pequeña mesa, colgó el sobretodo y se abalanzó sobre la acolchada cama. Pensaba en cómo parar con Lay, mantenía su vista en la agrietada pared. Se dio cuenta que la única manera de conseguir ayuda era esperar la noche. Un estruendo lo sacó de sus pensamientos, el sonido provino del baño, se quedó inmóvil esperando escuchar más, algo golpeaba la puerta de metal, se acercó con la espada de acero en mano, abrió la puerta lentamente, nada parecía estar dentro, la cortina de la regadera se movió, Kris se aproximó con rapidez y apartó la cortina. No se explicaba qué era aquella cosa, una pequeña criatura de ojos grandes comía carne fresca en la bañera, pequeños cuernos sobresalían de su cabeza.
-Largo de aquí - amenazó con su espada, la criatura desapareció, Kris pensó que se había marchado. Demonios pensó regresando a la cama. Volvió a escuchar ruido pero esta vez del armario, se acercó y abrió dejando caer algunas chatarras guardadas ahí, la extraña criatura cayó boca arriba observando a Kris con sus enormes ojos.
-Lo siento - dijo el pequeño demonio, su voz era la de un niño de seis años.
-Largo de aquí - Kris abrió la puerta - yo pagué por ésta habitación - algo obstinado- paga la tuya- dejó la puerta abierta y volvió a la cama - cierra la puerta cuando te vallas- le ordenó.
-Amo... - susurró y cerró la puerta.
Kris se dispuso a descansar, el reloj marcaba las 20:35, alguien tocó la puerta.
-Maldición- balbuceo. Abrió la puerta y vio al pequeño demonio otra vez. - ¿Qué quieres? Déjame en paz.
-Amo le tengo un recado- le susurró
-¿Amo? - qué extraño, no recordaba haber comprado una mascota - No soy amo de nadie - cerró la puerta de golpe.
-Amo, debo decirle algo- la criatura había entrado sin que Kris se hubiera dado cuenta.
-Que ser mas molesto - dijo entre dientes- no tienes nada que decirme porque estás equivocado, yo no soy tu amo- se recostó de la pared.
-Sigues siendo el mismo grosero y arrogante - despeinando su cabello - Amo Kris veo que estar en la vida terrenal te ha atrofiado un poco la cabeza- decía decepcionado.
-Espera un segundo - dijo Kris recordando al pequeño antes de haber sido enviado a la tierra - ¿Loki?- preguntó a la criatura que se limitó a asentir- que aspecto tan terrible- le reclamó.
-Mil disculpas amo- cambiando de aspecto al de un un joven de diecisiete años, alto y apuesto, sus ojos lucían más normales, verde el izquierdo y amarillo el derecho, los cuernos seguían sobre su cabeza, su cabello lucia despeinado, algo rubio.
-Mucho mejor - Kris despeino el cabello de su sirviente.
-Se cómo conseguir a Lay- tomando unas espadas del armario - primero debemos salir de aquí - entregándole un cuchillo y una pistola.
-¿Para qué todo esto? - Kris había olvidado un par de cosas importantes sobre el infierno.
-Te han seguido hasta éste lugar - le dijo Loki llenándose de armamento.
-¿Quiénes? - Kris no entendía a su sirviente.
-Tu corazón sigue intacto, quieren tu alma- le explicaba - eres la pieza faltante para liberar a Lucifer de las ataduras que Dios le ha puesto.
Salieron del lugar, Loki conocía un pasadizo secreto en caso de emergencia. Un túnel los llevó a un callejón lejano a la posada. Empezaba a nevar.
-¿En qué estación estamos? - preguntó Kris, recordando el sol ocultarse cuando llegó, no había visto señal de nieve.
-En todas y ninguna - abrió su boca para que los copos se deshicieran al tacto con su lengua.- aquí en el infierno no existe un clima específico, todos los días son así, cambiante.
Caminaron por la solitaria calle.
-Es ahí - Loki señaló una pequeña casa que parecía caerse, una casa abandonada y espantosa.
-¿Quién se supone vive en esa cosa? Se está cayendo, deberían ponerla como zona de riesgo - se quejo Kris.
-Amo... Es nuestra casa- sacó las llaves y abrió la vieja puerta. Lo invitó a pasar - Nunca juzgues un libro por su portada- le dijo.
La casa era enorme por dentro, las lámparas de cristal, el piso de mármol pulido, los muebles de seda, la cocina empotrada, tecnología de última generación, las escaleras al segundo piso de madera, las habitaciones eran lo suficientemente espaciosas, el armario era más grande que el baño, distintos tipos de ropa y calzado, tenía una colección de CDs, la biblioteca era enorme, todo parecía un sueño.
-¿Qué decías? - pregunto Loki al ver bajar a Kris en completa admiración.
-Hubieses empezado primero por aquí - le dio un coscorrón al chico.
-Toma, esto te servirá - le dio un aparato - nos servirá para comunicarnos cuando vallamos por Lay - le ayudó a colocarlo sobre su muñeca.
-¿Cómo sabes donde está? - interrogó Kris espiando sus ojos.
-Todos los que mueren llegan al palacio de Lucifer para ser inspeccionados, evalúan su comportamiento y así darles un rango dentro de éste mundo.

Angel Caido [EXO - Kray]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora