La llegada.

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Jacob POV

Escuché a lo lejos como me llamaban y abrí los ojos desorientado, al parecer ya había dormido lo suficiente porque me sentía descansado y mucho mejor que antes.

—¡Jacob despierta! — voltee hacía donde venía el sonido de la voz y vi la cara de Seth a pocos centímetros de la mía.

—¿Qué rayos quieres Seth?— Dije con sueño todavía— aléjate pedazo de tonto, no soy Blanca Nieves para que me despiertes con un beso.

—Jajajajaja veo que te despiertas con buen humor, eso es muy bueno ya que en pocas horas llegan los Cullen y no querrás parecer un ogro enojado — apenas y logró decir aguantándose la risa— Por cierto, Leah ya llegó y te está esperando afuera, así que levanta ese trasero tuyo y ve con ella porque me dijo que si no lo hacías ella venía y te sacaba a patadas, así que tu eliges — Lo mejor sería salir por voluntad propia, Leah nunca bromea con eso de golpearme... es tan cariñosa.

—Ok Seth, en un momento salgo a ver a tu fastidiosa hermana, ¿sabes que hora es?

—Para ser exactos, son las 8:47am y solo faltan como unas 2 horas para que lleguen los Cullen— vi como se iba a sentar a una silla que estaba enfrente de la cama— si que te hacía falta un buen descanso hermano, ya no pareces un perro callejero.
—Qué chistoso Seth — le di un golpe en la cabeza— Ahora largo, ve a hacer algo productivo.
— ¡No! Desaparece el buen humor, es hora de irme y que quede claro que fue por mi propia voluntad— se levantó y salió por la puerta.

Fue mi turno de levantarme en dirección al baño para echarme agua en la cara y así quitar cualquier rastro de sueño. No tenía nada de hambre así que simplemente decidí salir a ver a Leah.

—Jake, ¡cuanto tiempo!— sentí el peso de Leah encima de mí, la extrañaba mucho a pesar de ser una gruñona la he aprendido a considerar como una hermana. La abrace reconfortándola hasta que sentí como se separaba de mi.

—Ya te extrañaba Leah— le despeiné el cabello en un gesto cariñoso.

—Jacob, ¿es cierto que te veías peor antes de tu "descanso"? —me preguntó agarrándome la mano para que dejará de despeinarla.

Hice un ademán de estarlo pensando con la mano en la barbilla y le contesté.
—Se podría decir que si Leah, pero no tenía tiempo de nada, entre cuidar a Billy y la manada apenas y podía descansar.

—No deberías de esforzarte tanto, un día de estos será a ti a quien tengamos que cuidar si sigues con ese ritmo— me regañó poniendo una mueca en la cara y frunciendo el ceño.
—Cómo sea, ya me cuidaré más — "mi razón de hacerlo se encargará de reñirme si no lo hago" pensé en mis adentros.— ¿Y tú cómo has estado?

—Qué te puedo decir Jake, me siento terrible—suspira— sigo sin encontrarlo y eso me tiene frustrada.

—Ya te hemos dicho que eso no se busca pero tu no entiendes— la regañé

—Lo sé Jake, por eso ya me he rendido — se paró enfrente de mi— te voy a hacer caso, ya no voy a buscarlo y si llega va a ser por voluntad propia... o por obra del destino.

—¿Después de tanto tiempo te decides a hacerme caso?—crucé los brazos en mi pecho.

—Ya ya, cambiemos de tema— se volvió a acercar a mi y pasé mis brazos por sus hombros, seguimos avanzando— Creo que deberías considerar el dejar que te corte el cabello, los Cullen pensarán que eres un vagabundo o algo así— soltó una carcajada.

—¡No voy a dejar que pongas tus manos encima de mí!— lo miré frustrado y un tanto resignado—pero tienes razón.

—Yo siempre la tengo— dijo engreída jalándome del brazo en dirección a su casa.

Después del AmanecerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora