Comprendía perfectamente sus sentimientos, era justo como yo me sentía. Solía pasar horas y horas contemplando a la nada, preguntándome que sería de mí si Jack se iba de mi lado. Por más que me pusiera en esa situación... simplemente no podía dejarlo ir.
Cuando el febrero llego, ya habían pasado 6 meses desde el inicio de su enfermedad. 6 meses de visitas al hospital, de incontables noches de llanto, de miles de sonrisas tristes y de millones de besos puros. Cuando nos besábamos era como si ese dolor en nuestros corazones desapareciera, podíamos pasar horas tumbados en la camilla de hospital sin decir nada.
El 13 de febrero fue un día especial.
Llegue más temprano de lo normal ese sábado, había decidido pasar todo el día en el hospital. Cuando me acerque a la puerta de la habitación de Jack, me quede observándolo. Se veía con mucho más ánimo, estaba conversando con Maggi sobre Arte. Salude a Maggi y, como siempre, me tumbe junto a Jack. Hablamos un rato hasta que él se calló. Le pregunte que ocurría, el contesto algo que me sorprendió, pero a la vez, me demostró que estábamos hechos el uno para el otro.
- Yo rezo, ¿sabías?- Me dijo el, dirigiendo sus ojos pardos hacia los míos.
-Ha si?- dije yo, un tanto sorprendida por el comentario.
- Si, sabes por qué?, porque cuando empezó todo esto... me aterraba pensar que algún día tú, tu pudieras aburrirte de mí o rendirte y pensar que ya no valía la pena...
En ese minuto lo mire directamente a los ojos. Una lágrima iba cayendo.
-Yo también rezo- Le dije entonces.- Rezo todos los días, rezo para tenerte conmigo por siempre. En ese minuto me acorde de lo que le habían dicho a Harry; que su Maggi ya no aguantaría mucho, y me pregunte cuanto tiempo tardarían en decirme lo mismo a mí. El tratamiento ya no estaba funcionando, por alguna razón, el cáncer cada vez era más "rebelde".- No quiero perderte- fue lo último que alcance a decir antes de que las lágrimas comenzaran a resbalar por mis mejillas y no me permitieran hablar.
Ese día hicimos un pacto. El día de san Valentín lo pasaríamos sin la sombra de la enfermedad. Fingiríamos por un día que la enfermedad no estaba.
Me fui del hospital muy tarde. Maggi había tenido una recaída, no se veía para nada bien, asique le hice compañía a Harry mientras los médicos la atendían. Desafortunadamente no pude quedarme mucho tiempo, mi mamá estaba preocupada, nunca salgo tan tarde del hospital y estaba oscureciendo. Podia ser peligroso. Me despedí de Harry. Lo abrase fuerte y le dije que no se preocupara,"Maggi es una guerrera, va estar bien", fue lo que le dije. Harry solo asintió y dijo "Gracias".
El 14 de febrero fue un día oscuro.
Salí de mi casa con una parca en sima, corría viento, el cielo estaba gris y amenazaba con caer una tormenta. Pase a una cafetería y compre 4 cafés expresso y unos pastelillos. Me encamine hacia el hospital, con bastante dificultad. El viento soplaba cada vez más fuerte y no ayudaba el hecho de ir cargando con cafés calientes en una mano y una bolsa en la otra.
Finalmente llegué al hospital.
Fue uno de esos días en que todos, hasta el clima, demuestran su tristeza. Los padres de Maggi, a los que ya conocia, estaban con el doctor encargado del caso de su hija, este trataba de consolarlos diciéndoles "Su sufrimiento ha acabado" y cosas así. El padre de maggi trataba de sostener a su mujer como podía.
Yo no entendía que pasaba; hasta que vi a Harry. Estaba en el suelo, con la cara entre las manos. En ese momento lo supe. Maggi no resistió. Instintivamente fue a abrazarlo, él se apoyó en mi hombro y lloro. Cuando se calmó le dije que iría a ver a Jack, el solo asintió.
Entré en la habitación, las cortinas estaban cerradas, pero un halo de luz se colaba entre ellas. El halo estaba dirigido hacia la cama en donde antes estuvo ella.
Los ojos de mi novio estaban rojos. El y Maggi habían pasado mucho tiempo juntos. Si bien Harry y yo estábamos con ellos todos los días, cuando teníamos que irnos, ellos estaban solos, en esos momentos se tenían el uno al otro. Nunca supe que era de lo que hablaban cuando no estábamos con ellos, pero estoy segura que entre los dos, se daban ánimo. Ahora Jack estaría sólo, sólo en esa habitación.