Solo una pesadilla

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¿Desde cuando el cielo se volvió tan oscuro


Marinette lentamente abrió los ojos hasta que se percató del lugar en donde se encontraba; no era nada más ni nada menos que su propia habitación, su madre siempre le levantaba para desayunar sin embargo, el reloj marcaba las 10:30 de la mañana. Se levantó poco a poco para después colocarse los zapatos, al parecer se había quedado dormida con la ropa del día pasado. El ambiente estaba un poco frío además de silencioso, a esas horas de la mañana debería estar el aire lleno de olor a pan horneado y la campana de la panadería debería de estar sonado. 

Pasando desapercibido todos esos detalles, la joven chica bajó las escaleras ansiando saludar a sus padres, pero una vez que estaba en la sala de estar; nadie se encontraba ahí, nuevamente la confusión llenó los pensamientos de Marinette.

— ¡Tikki! — exclamó Marinette mientras volvía a subir a su recámara, tanto silencio le hizo olvidarse de su gran amiga. Buscaba desesperada que aquel ser le respondiera, sin embargo, al tomar su bolso y al abrirlo se encontró con ella durmiendo —, Tikki despierta

Con su dedo índice, sacudía el diminuto cuerpo de Tikki, pero ella seguía sin despertarse.Fue en esos momentos que el peor pensamiento cruzó por su cabeza, las lágrimas comenzaron a brotar de sus ojos, sacaba a su pequeña amiga del bolso para después recostarla en medio de la almohada en la cama, la pobre Marinette no dejaba de llorar. Posó su cabeza cerca del cuerpo mientras sollozaba, pero gracias a esa cercanía pudo sentir el pecho contraerse: estaba respirando. Sus pensamientos precipitados le hicieron creer que ella había muerto, pero al parecer solo estaba tomando una siesta aunque extrañamente no despertaba. 

Limpió algunas lágrimas de sus mejillas, tomó con sumo cuidado a Tikki para volverla a colocar dentro del bolso. Por inercia, su ojos se fijaron en la hora, era tarde para la escuela. Con agilidad bajó una vez más las escaleras, y acelerar sus pasos hasta donde se encontraban sus padres. Como era usual; estaban atendiendo algunos clientes pero en sus rostros no se hallaba la alegría del oficio que tanto adoraban.

  — Buenos días Mamá — sonrió mientras se acercaba a su madre, quien solo ignoró el saludo y se alejó del lado de Marinette. Solo pensó que su madre estaba un poco ocupada por lo que se dirigió hacia su padre quien se hallaba despachando un cliente — ,buen día Padre —  pero este solo reaccionó de forma brusca, le había dado la espalda a su hija.

Marinette se sintió un poco lastimada, pero siguió su camino a la puerta, donde corrió en dirección a la escuela. Tomaba con fuerza su bolso debido a que no quería despertar a su fiel amiga. En medio de sus rápidos pasos, evitaba chocar con personas y algunos postes, pero al observar que su mejor amiga;Alya se encontraba caminando en la misma dirección decidió saludarla desde la espalda y acercarse...aunque, al intentar hacerlo, esta solo se alejó. Marinette dudó si su saludo fue escuchado, continuó sus pasos en dirección a su amiga, pero Alya seguía ignorando su llamado.

— Alya — una vez más llamó, extendiendo su mano logró tocar el hombro de la contraria, quien solo se volteó un tanto brusca, y con una expresión de desagrado, pero de inmediato cambió a uno totalmente neutral

— Marinette...hola — respondió, con un tono levemente sarcástico, pero después de unos segundos cambió — ,oye...Mira la hora, llegaremos tarde...¿No crees?

Una vez que Alya contestó, salió corriendo para Marinette solo significó la verdad, puesto que la primera hora estaba a unos minutos de terminar. Por lo que ambas corriendo hacía la escuela, pero por alguna extraña razón los pasos de Alya se distanciaron, Marinette solo podía apreciar la espalda de su amiga,Alya solo entró sin tomar en cuenta a la joven detrás suyo, entrando a la escuela.Con su respiración agitada,Marinette de igual manera entró , por la inercia de la fuerza en cómo abrió las puertas junto con la velocidad en que corría terminó por chocar con la persona menos indicada.

— ¡Fíjate por donde vas! — exclamó Chloe mientras se arreglaba su ropa con ayuda de Sabrina —, Marinette, siempre llegando tarde...¿No sabes que Miss Bustier llegará tarde hoy?

Estaba a un punto de responder sus palabras pero ambas se alejaron mientras reían ligeramente, Marinette solo pudo tragarse el poco coraje que Chloe siempre le provoca. Suspiró, contuvo por unos segundos el aire para después continuar esta vez más calmada los pasos, en dirección hacia el salón. Estando solo cerca del pasillo, se podía apreciar el relajo proveniente de su salón abrió la puerta; con el deseo de encontrar a Adrien en su respectivo lugar; creía fielmente que intercambiar aunque sea un saludo con la persona que más quería podría aliviar su descontento y alegrar un poco su día...él no estaba, su rostro se apagó; entró al salón para dirigirse hacia su asiento, Alya tampoco se hallaba, solo Nino. La curiosidad por saber la razón de la ausencia de Adrien llenó a Marinette con el coraje para preguntar a Nino, solo que la campana interrumpió sus intenciones. Seguido del timbre; Chloe entró al salón, seguido de Alya y Sabrina. Las tres traían consigo una leve sonrisa acompañada de algunas risitas.

— Alya... — musitó cuando su mejor amiga tomó asiento a un lado suyo — ¿Sucede algo? ¿Por qué entraste al salón con Chloe y Sabrina?

Alya volteó a verla, con el afán de quitarse de encima la curiosa chica — Estas imaginando cosas Marinette, es pura coincidencia — su modo de responder tenía un tono sarcástico — , y no, no pasa nada...

Aquel rechazo por parte de su amiga le dolió más que la ausencia de Adrien, la falta de atención de sus padres le lastimó más que nada. Poco a poco, Marinette escondió su rostro en sus brazos entrelazados sobre el pupitre. Unas pocas lágrimas se deslizaron por sus mejillas, algo ocurría, algo que Ladybug no puede resolver...solo Marinette.

Miraculous Ladybug Como Luna de PapelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora