Un muro divide lo que amé & lo que amaré

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"¿Alguna vez estuviste en la brecha de querer tirar todo esfuerzo debido a que el producto de tu arduo trabajo no es lo suficientemente bueno como para obtener la aprobación de las gente a tu alrededor?"

La ciudad francesa se encontraba en desesperación, en cada rincón había un torbellino con una persona dentro, sufriendo sus peores temores que jamás quisieron que pasaran a la vida real. Sin embargo, existía uno que resaltaba entre los demás, uno gigantesco tal vez similar al tamaño de la Torre Eiffel. Resguardado por estos seres grises mal formados.

¿Donde estaba la milagrosa Ladybug y el sagaz Chat Noir? Varios ciudadanos añoraban la presencia de ambos, sus esperanzas yacían en ellos...por ahora.

Madam Lettrés caminaba al borde de este tornado, a veces jugaba con el fugaz viento introduciendo sus dedos en él. Su rostro expresaba un pesar, algo en todo esto no le estaba haciendo feliz, pese a ello deseaba ver como la ciudad vivía esas pesadillas después de todo; su vida era una pesadilla. 

  — ¿¡Qué es lo que esperas Madam Lettrés!? — esa voz, retumbaba nuevamente en su cabeza — ¡Los Miraculous de Ladybug y Chat Noir! ¡Búscalos! 

Una vez que se esfumó la voz, su vista se posó en el feroz viento, ella sabía quien se encontraba ahí, tomó su libro y observó como la historia quedaba trabada en cierta parte, a la mitad de la cuartilla la última oración que lee: 

"Marinette queda acorralada con sus propios temores..."

  — ¿Qué es lo que intenta la petite lady? — frunció el ceño mientras en desesperación le daba vuelta  las hojas siguientes, las cuales estaban manchadas con palabras sin sentido, era como una sopa de letras sin oraciones que buscar  

Cerró bruscamente el libro, algo iba mal, un diminuto detalle se posó enfrente de sus narices y ella ni lo notó. Caminó en dirección contraria del tornado, con un chasquido de dedos logró que su sombra tomára una forma dimensional, sin embargo su apariencia se veía frágil como un papel y oscura como la tinta; sin decir más aquel súbdito se encaminaba hacia el interior del mismo, donde en solo unos segundos desapareció. Madam Lettrés estaba empuñando ambas manos a la vez que mordía su labio inferior

  — No puedo permitir que se dé el lujo de hallar una solución...— murmuró mientras alza la mirada, su rostro cambió radicalmente a una expresión más lúgubre —     No mientras yo esté aquí, los problemas no se resuelven con solo una actitud positiva...petite Ladybug

Mientras tanto, Ladybug sujetaba a Adrien listos para salir en busca de la salida a todo este tormento, los movimientos evasivos provocaban una tensión en Adrien debido a que sin su traje se sentía tímido además de estar frente su heroína favorita. Quedaron en uno de los tejados, observando la amplia vista que les proporcionaba la altura, detenidamente ambos daban el intento de hallar el límite de ese gigantesco viento grisáceo, pese a ello era en vano sus esfuerzos, una vez que daban el ojo a unos pocos metros, los edificios se nublaban dando el efecto que no se encontraba nada más allá de lo que sus miradas pudieran observar.

Plagg ¿Estas recuperado? — preguntó en voz baja hacia el pequeño kwami en su camisa, quien solo asintió con sus burlona expresión ante eso respondió con una sonrisa y una mirada decidida — ¡Plagg transformación! 

En esos instantes, casi como un veloz rayo apareció el singular traje oscuro, el cabello estético de Agreste se volvió un estilo más libre y contemporáneo y no olvidemos el antifaz. Chat Noir por fin aparecía para aportar su ayuda...y algunas bromas.

Miraculous Ladybug Como Luna de PapelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora