Capítulo 3

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Después de dar terminada la discusión  Olivia le pregunta a la joven con lentes...

—¿Estás bien?-. Dice observándola de pies a cabeza deteniéndose en una ropa que debería haber sido muy elegante de no ser por el pequeño incidente...

—Sí...- se limita a decir asintiendo con la cabeza mientras que ambas se dirigían a la sala de castigos.

Donde Belinda y Aryelith las esperaban para la revancha.

Al entrar a la inmensa sala de castigo se encontraron con dos jóvenes a la esquina del salón, donde se podía ver él humo salir por sus oídos de la rabia que  tenían aquellas chicas en ese momento.

Ambas jovencitas, se sentaron delante de las chicas rabiosas que allí se encontraban. Dispuestas a ignorarlas por completo guardando total silencio.

Cuando de repente Olivia pega un grito de  horror al mirar un búho disecado sobre el escritorio principal de la sala de castigo.

Lo que hace reir a las rebeldes que atrás se encontraban.

—¡No me digas que le temes a un inofensivo pajarito! ¿O si?-dice burlona la morena Belinda.

A lo que Olivia se limita a fulminarla con la mirada incorporándose  de nuevo en su asiento.

Al pasar las horas las cuatro chicas morían de hambre ya que había decidido botar la comida en una guerra de almuerzo.

Jean estaba apunto de dormirse en su asiento mientras que Olivia por poco respiraba con la intensa mirada de aquel búho disecado que la observaba con detenimiento, o eso pensaba ella...

Belinda estaba registrando él lugar aver si conseguía algo bueno por allí... Y Aryelith no hacia más que pequeñas bolitas de papel y se las arrojaba a Jean que no se daba cuenta, mientras Belinda la veía con diversión y a la vez continuaba en lo suyo.

Minutos después la puerta del lugar se habre, y con ella entra Ana, la directora.

—Muy bien señoritas, la hora del castigo a terminado -dice señalando la puerta.

—Por fin -Susurra Aryelith, levantándose de su asiento—Pensé que envejecería aquí por culpa de la enana.

Lo que ocasiona que Olivia la vuelva a fulminar con la mirada.

—Y usted señorita, ¿qué hace en el escritorio? -le pregunta la directora a la Belinda.

—Solo conocía él lugar-dice fingiendo un sonrisa.

—Ustedes no vienen acá a conocer el lugar si no ha estudiar, y menos vienen a crear alborotos como en él comedor -dice con autoridad la directora.—Y si no quiere unas cuatro horas más de castigo, vuelva a su lugar. A lo que la joven con fastidio se dirije asu silla, pero no para  sentarse.

—Muy bien ya que todos están ya ubicados y los profesores la mayoría retirados, tendré que ser yo la que las ubique.

—Genial-Susurra Belinda con ironía.

—Que bonita casualidad, chicas- dice la directora con superioridad.

—A todas les ha  tocado convivir en la misma habitación. -sonríe.

—Lo que me faltaba- susurra Aryelith.

—El sentimiento es mutuo -replica olivia. Mientras que Jean solo las observaba como se desangraban con las miradas.

—Aquí esta la llave muchachas-dice la directora.—Les ha tocado la habitación trece -culmina Ana entregándole la llave a Jean. La cual se incomodó cuando todos los ojos del salón estaban puestos en ella.

Jean queriendo que la trage la tierra se dirigió a su nueva habitación dándose la vuelta solo para ver si Olivia la seguía. Al llegar a la habitación, la rubia no podía creer lo que veía, era hermoso, contra una pared dos literas de camas separadas por solo una pequeña escalera y una gran ventana. Enfrente había una televisión y un computador, también una mini heladera. Era simplemente perfecto para Jean, simple y tranquilo.

Olivia al entrar enfocó toda su atención a un cuadro de una montaña. Estaba tan concentrada que no se fijó en otra cosa.

—Es hermoso -fue lo único que dijo apenas en un susurro.

Pero no para todas era tan bueno...

—¡Que habitación taaan...!, Agh ¿Ahora somos princesitas?-dice belinda con total desagrado.

Mientras tanto Aryelith no hace más que entrar a la habitación sin tomar en cuenta nada, solo un suspiró salió de ella mientras se acostaba en una de las camas de abajo de la habitación comenzando a ignorar los comentarios de las chicas.

Al llegar la tarde todas las chicas terminaron de desempacar, y terminar de instalarse, sin dedicarse ni una sola palabra, mirada o gesto.

Luego de unos minutos fueron a comer y después de volver del comedor, todas igual de silenciosas se dedicaron a acostarse para descansar del complicado día de hoy, pensando en cómo iban a sobrevivir todo el semestre sin matarse las unas a las otras...

Mientras que por otro lado, una astuta señorita  solo pensaba en realizar una pequeña travesura de bienvenida...

Internado D' Asesino'SDonde viven las historias. Descúbrelo ahora