Castigada

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El martes, regresamos a clases. Fuí la primera en llegar y tenía tanto sueño que me recosté en la banca. Llegaste y después de asustarme, me paré para darte un abrazo. El abrazo fue tan cálido y tierno, como si no nos hubieramos visto en décadas, te miré a los ojos, por eso odio mirarte a los ojos! Y no aguanté... Ahora yo te besé. Fue un beso corto, pero delicado y suave. Olvidé por un momento que el salón de clases tenía una cámara, y que lo había visto todo. No sabía si preocuparme o avergonzarme. Nos reportaron, pero no me importa, porque tus besos lo valen.

Sinceramente,

Tu novia, que no le importa estar castigada si es por esa razón.

Besos RobadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora