Capítulo 3

107 33 3
                                    

Todo se complica más, no puede ser, claro que son mis padres, nos habrían dicho algo, o a lo mejor sólo se refiere a mi, pero ¿Quien se ha creído que es? Sam no puede venir a decirme algo así, piensa que por que me ha besado puede interferir así en mi vida cuando no lo conozco de nada.

-¿A donde vas?-Me sujeta de la muñeca y tira de mi hacia el, lo tengo cerca, creó que va a volver a besarme pero no lo hace, sólo me mira.

-Sam no seres quien para decirme algo así, que te hace pensar que voy a creerte, no te conozco de nada. Y tu a mi tampoco -Me suelto de su agarre mis palabras le duelen.

-Si, si te conozco, te conozco más que nadie, más que tu a ti misma, deja de ocultar lo que eres, déjate llevar, saca lo que hay en tu interior. Lo que eres es algo maravilloso, único no hay nadie como tu, eres una de las pocas privilegiadas de tener este poder -Me dice mirando mis ojos, baja la mirada a mis labios y por mi cuello. No puedo dejar que vuelva a besarme, esto no puede ir a más, me giro y voy en dirección a la habitación de mi hermana.

-Esto no ha terminado aquí, pregúnta a tus padres como es posible que hayan tenido el mismo accidente que yo con los míos, vas a perder a tu hermana y el que avisa no es traidor. -Me susurra al oído y notó como me acaricia el cuello con los labios y se va, dejándome con ganas de más, anhelando ese contacto que no podía sentir antes con nadie, porque cada vez que alguien se acercaba, cada vez que alguien me tocaba acababa quemándose, soy como la caja de Pandora esperando a que alguien la abra para desatar el caos que hay en mi interior o para liberar la luz que me abrasa por dentro.

-Papa deberías ir a casa, Ben y yo podemos quedarnos aquí, necesitas descansar.

-No, cielo no pasa nada puedo quedarme -Me escruta con la mirada, esperando a que diga algo, ve que no respondo.

-Vosotros podéis iros.

-Quiero quedarme, esto no habría pasado si yo no hubiera tocado a Becky, ella no se habría quemado y no tendríamos que venir a Georgia, hemos dejado todo en Chicago la culpa es mía, me avisasteis, me dijiste que no tocara a nadie, y yo aún que lo intente fue sin querer, Becky me abrazo y yo le devolví el abrazo, pero mi mejilla rozó la suya y la abrasó, esto es culpa mía.

-Kara, por favor deja de culparte, nada de esto es culpa tuya.

-Si lo es, soy un monstruo.

-Ni se te ocurra volver a decir algo así y deja ya el tema, no quiero que vuelvas a mencionarlo.

-Claro para ti es muy fácil ignorarlo pero para mi no, cada día va a peor y es más fuerte.

Llega Ben e intenta calmar un poco las cosas, pero yo ahora quiero irme. Salgo por la puerta dejándolos en la habitación, salgo al pasillo y me encuentro a mama.

-Kara, cariño te he visto hablar con ese chico, no me gusta nada por favor ten cuidado.

-Vale

-Lo digo en serio Kara, no quiero verte cerca suya -Me dice en un tono gélido

-Mama, no va a volver a pasar no voy a tocarle, tranquila.

-No me refiero a eso, no quiero que te acerques a el y punto.

-¿Por que?

-Hace tiempo tuvimos un problema con sus padres.

-¿De que conocías a sus padres?

-Cielo, tu padre y yo nacimos en Georgia.

-Yo creía que erais de Chicago ¿Por que no me dijiste nada?

-No me pareció algo importante. -hace un gesto vago con las manos.

-Ah, ya veo.

Llega Ben y me lo llevo al final del pasillo. Me mira frunciendo el ceño.

FénixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora