5. Letal

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Me acerqué al chico que estaba sentado en uno de los sillones de la sala común. Cubría su cara con las manos como cuando alguien está llorando.

-¿Qué haces todavía despierto Blaise? -le pregunté extrañada.
En ese momento supuse que fue él quien salió de la habitación de los chicos momentos antes.
-Ya no lo soporto más Pansy. -dijo con la voz quebrada. Parecía que había estado llorando.
-Joder ¿De qué coño hablas Blaise? -yo estaba empezando a asustarme.
El moreno se levantó impulsivamente al escuchar esas palabras.
-Hablo de ti. Te paseas por ahí de esa forma, con ese cuerpo... Luego está esa mirada que... -sin duda había estado llorando. Agg... No soporto los débiles y mucho menos los sensibles. ¿En serio este es un Slytherin?
Blaise se acercaba a mí mientras intentaba explicarse. Yo sin embargo, quería mantener las distancias.
-Pensarás que todo esto que siento es porque has cambiado y todo eso pero te equivocas. -su voz intentaba parecer seria.
-Blaise, ya sabes de qué cama vengo.
-¡Desde luego que lo sé! -había pasado de estar totalmente calmado a furioso en un segundo- ¿Por qué te crees que me he largado de allí? -no dejaba de acercarse a mí.
-Si Draco se entera de esto te mata. -quise parecer amenazante a la vez que coqueta. Dejé que una tira del camisón cayera por mi hombro para provocarlo un poco.
-¡Me da igual! Que lo haga si así puedo tenerte. Él no te merece, Pansy. -acercó su mano para cogerme de la cintura y que no pudiera alejarme.
-¡Y tú qué sabrás! Él es de lo mejor que hay por aquí. Pides demasiado Blaise. -yo ya empezaba a perder los nervios.

Sin darnos cuenta lo que empezó como una pequeña discusión para calmarlo acabó en gritos. Era de noche y podíamos haber despertado a todo Slytherin, incluso a todo Hogwarts, pero parecía que eso no nos importaba una mierda.

-Acabará haciéndote daño, como todos estos años. Y yo ya no estaré ahí para consolarte, como siempre he estado. -acariciaba mi mejilla con ternura. Yo ya estaba harta de todo esto, así que la aparté de una bofetada.

Le di la espalda para salir de allí mientras le contestaba; porque, como no, yo tenía que tener la última palabra y quería terminar con esa conversación cuanto antes.

-Si vas a amenazarme hazlo bien. El que puede acabar muy mal eres tú Zabini. -y así desaparecí de su vista. Nunca había discutido de ese modo con él.
Entré a mi habitación y cerré la puerta sin mucho cuidado a decir verdad. Creo que desperté a alguna de las chicas. Pero estaba demasiado cabreada para disimularlo y en realidad no entendía muy bien por qué. Me dejé caer en la cama y me quedé dormida.

A la mañana siguiente los chicos ya estaban esperándome en la sala común para ir a desayunar juntos. Zabini estaba un poco más apartado del grupo y no tenía cara de buenos amigos. Malfoy, al contrario, se le veía muy feliz, más vacilón, más orgulloso... Y yo conocía la razón.

-¿No escuchasteis nada anoche? -preguntó Draco.
-Si te refieres a cuando Pansy y tú... -respondió Theo mientras Draco lo volvía a interrumpir.
-No, eso no. Gritos como si dos personas estuviesen discutiendo.
-No, para nada. Yo no escuché a nadie. -respondió Blaise serio mirándo hacia mí.

Tan pronto como dijo eso se fue. Todos se quedaron extrañados por su comportamiento. Nosotros lo seguimos por de tras pero no llegamos a alcanzarlo. Malfoy se paró en uno de los pasillos antes de llegar al gran comedor y antes de que seguir me agarró del brazo.

-Seguid vosotros, enseguida vamos Pansy y yo. -dijo el rubio mientras los demás ya se iban.
-¿Qué haces? -le miré molesta.
-¿Te crees que soy idiota? Sé perfectamente que pasó anoche cuando te fuiste. -añadió serio.
-¿Y qué?
-Pues que no voy a dejar que Blaise se te acerque. Ni él ni nadie. ¿Queda claro?
-Creo que eso lo tendré que decidir yo Malfoy. No está en tus manos controlarme, porque nadie puede. -contesté desafiante.

Nos quedamos en silencio y mirándonos fijamente a los ojos, serios. Poco a poco íbamos acercándonos más. Cuando nos quedamos a pocos centímetro el uno del otro, sonreímos y seguido nos besamos como si no hubiera un mañana. Y es que en realidad, no importaba lo que fuéramos o lo que había entre nosotros. Que más da. Éramos felices así. Lo agarré del cuello y él me agarró por mis caderas. Ya podía pasar medio Hogwarts por aquel pasillo, ningún hechizo ni nadie sería capaz de apartarme de él. Sentí que su entrepierna endurecía. Y aquel beso se agitaba. Entonces, antes de que la cosa fuera a más, me aparté y me fui dejándolo confuso.
Así era mi juego. Me gustaba jugar con sus sentimientos.

*En el Gran Comedor*
Draco se pasó todo el desayuno mirando a Blaise. Sin embargo, este ni siquiera levantó su mirada del plato.

-¿Te ocurre algo Blaise? -pregunté con una media sonrisa y como si no supiera nada.

Él simplemente me miró extrañado al igual que Draco. No me había sentado muy bien aquello que el rubio me había dicho momentos antes. "No voy a dejar que Blaise se te acerque. Ni él ni nadie". Por eso decidí darle una pequeña lección para que aprendiera que no soy suya.

-Tienes mala cara y no has comido nada -añadí intentando parecer preocupada.- Ven que te acompaño a la enfermería a que la señora Pomfrey te de algo. -sugerí mientras me levantaba del asiento y le extendía la mano con una sonrisa.

Blaise tomó mi mano sin decir nada y nos fuimos de allí. Me giré para ver la cara que ponía Draco. En cualquier momento perdería los nervios.

*Unas semanas después*
Hacia ya un tiempo que entre Malfoy y yo no pasaba nada, y sabía que al rubio eso le estaba matando. De Zabini tampoco sabía nada pero la verdad no me importaba. Simplemente me relacionaba con otros chicos de Slytherin pero nunca llegó a pasar nada.
Sentía que Draco estaba más callado de lo normal. Nunca bajaba a comer y apenas dormía. Estuvo desapareciendo varios días y muchas veces no volvía a su habitación. Ninguno sabíamos qué le pasaba.

La Víbora de Slytherin.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora