Tú, mi intensidad (Naruhina)

Capítulo 13: La partida de Yue

Flash back

Yue: Hinata ¿has pensado en mi propuesta?

Hinata: Yue, yo... yo no dejare a Naruto-kun. Lo siento.

Yue: Sabia que no lo dejarías, pero quería intentarlo.

En aquel jardín el chico de cabellos blancuzcos los cuales resaltaban a la luz de la luna, miraba con amor a la mujer que se encontraba en frente de él.

Yue: Pero sabes antes de irme me gustaría hacer algo.

Ser acerco tanto a ella para darle un beso en la mejilla, él no haría tal atrevimiento de besarla en la boca sin su consentimiento. Pero eso sería lo más cerca que podría estar de sentirla. Mientras que la chica quedo anonadada por aquella reacción y cierto rubio observaba a lo lejos.

Fin del Flash back

Eran las 3:00 a.m. y ella no podía dormir el recuerdo de aquel momento hizo que pensara en Yue; ella sabía que el chico le agradaba en cierta manera pero nunca se alegaría de Naruto pues fuera como fuera él era el único y verdadero amor de su vida; en un instante volteó hacia la colchoneta donde se encontraba el rubio todo torcido, una risa escapo de los labios de la joven, en definitiva nunca lo dejaría de amar.

****

Los primeros rayos del sol se asomaron por la ventana y ambos ninjas se habían marchado para despedir aquel peliblanco. Cuando llegaron al lugar todo estaba alistado para su partida; Yue al ver a Hinata sonrió sin perder de vista a Naruto y como es que su cara no reflejaba muchos ánimos.

Hinata: ¡YUE! ¡Hola! (saludando)

Yue: Hinata, ¡Hola!

Naruto: ¡hey! ¡Hola! (menciono con cierto desagrado)

Yue: ¡Hola! Uzumaki (en forma seria)

Hinata: Yue-san venimos a despedirnos de usted y desearle un buen viaje (haciendo reverencia)

Yue: Ja, ja, ja, Hinata, cuando me hablas así me haces sentir viejo, pero gracias.

En ese instante Yue jalo a la oji perlada para abrazarle y susurrarle algo al oído, algo que no pasó desapercibido por el rubio.

Yue: Recuerda Hinata siempre me tendrás, ahí para ti.

Hinata: Gracias Yue, cuando regreses a Konoha aquí estaremos esperándote.

El chico soltó a la oji perlada, pues al ver la mirada de su esposo sabía que lo mataría en cualquier instante si no la saltaba pronto; además debía decirle algo antes de marcharse.

Yue: Sabes Hinata, en la cocina deje algunas cosas, quería saber si me podrías ayudar a acomodarlas.

Hinata: Hai, Yue en un momento vuelvo. (Menciono con entusiasmo)

Así la chica se marchó dejando ambos hombres parados mirándose con cierto recelo, hasta que Yue rompió el silencio.

Yue: Espero que por lo menos te hayas dado cuenta. (Menciono con seriedad)

Naruto: ¿De qué me hablas? (dijo el rubio con cierto orgullo)

Yue: De la gran mujer que tienes al lado y de lo importante que eres para ella.

Naruto: No entiendo ¿qué me quieres decir?

Yue: Por si no te has dado cuenta Hinata es una gran mujer, cualquier hombre y lo digo incluyéndome estaría dispuesto a conquistar su corazón, lamentablemente ni tú Uzumaki ni el tiempo me dejo ganarme aunque sea un poco más su cariño.

Naruto: Mira, Hinata es mi esposa entendido, y ni tú ni ningún hombre es rival para quitarme su amor.

Yue: Sí, lo sé porque lo intente; eso es lo que quiero decirte, ella nunca dejará de amarte, por más que tú la lastimes ella siempre estará ahí.

Naruto: Yo no pienso herirla más de lo que ya lo hice, porque la quiero.

Yue: Era lo que quería escuchar ti, sólo espero que ahora tú pongas de tu parte para que su relación funcione y no sea ella quien tenga que estar sacrificándose por ambos.

Naruto: Créeme... yo daré lo mejor de mí.

Yue: ¡Muy bien! si la haces sufrir yo mismo regresaré para matarte.

Naruto: Eso no será necesario; porque yo la haré inmensamente feliz.

Aquella oji perlada escucho la conversación de ambos hombres, mientras se estaba oculta, la palabras de su rubio la conmovieron, lo que siempre quiso escuchar del ser que tanto amo, pero debía controlarse ante tanta emoción.

****

Yue se había marchado así que Naruto invitó a comer ramen a Hinata, pues sabía que la partida de Yue en cierta manera le afectaría y justo sería hoy cuando le pediría hablaría con ella para que su relación como esposos estuviera mejor. 

Así la tarde fue muy amena para ambos mientras el rubio se armaba de valor para hablar, el único problema es que cuando por fin le diría algo, sucedía que llegaban a interrumpirlos y por lo general eran las chicas de Konoha para saber si Yue se había marchado, sacándolo de quicio, hasta cuando no se encontraba en la aldea tendría que saber de él, pero hoy era momento debía decirle que estaría dispuesto a pelear por ella y no volver a hacerla sufrir.