Sábado por la mañana, me despierto sabiendo que tengo que ir a la maldita psicóloga. Me pongo unos jeans largos, una blusa color beige y unas zapatillas John Foos color rojas.
Bajé a desayunar con mi madre que me hizo unas facturas caseras, porque sabe que odio ir a la psicóloga, y supongo que quiere animarme con eso, acompañadas con un té.
Le di la pastilla a Samy, que no fue nada difícil, y me marché hacia el consultorio.¿Porque no podía ser el atractivo Johan de 6to año? - pensaba mientras viajaba en el bus
- Hola Stef, ¿Como te ha ido todo? - habló Clara, la psicóloga, mientras me abría la puerta.
Hipocresía, eso veía en ella, no quiere saber lo que me pasa, solo quiere plata, mi plata.
- Pasa y recostate, por favor
-Bien, claro - contesté con bastante frialdad.
- Perfecto, entonces, contame, ¿Porque te sentís sola?
NO ME SIENTO SOLA, LO ESTOY, MALDITA SEA
-No tengo amigos, solo a mi madre y a Samy, mi perro.
- ¿Porqué decís que no tenés amigos?- pregunta muy calmada.
-Porque no los tengo, ni en la escuela, ni en el barrio, ni en ningún lugar - subiendo de tono un poco.
Nunca fui demasiado paciente, no soporto las obviedades. Definitivo. Ésta mujer me cae mal.
-Y ¿Porqué?
No me desperté con el mejor humor del mundo como para seguir soportandola, ¡me perturbaba! - ¿Porqué? Porque la mayoría de la gente me cae mal, y con mucho respeto, usted es una de ellas. Tengo cosas mas importantes que hacer. Gracias. - me levanto y me retiro.
No pienso volver nunca más, de eso estoy segura.
Yo puedo arreglar mis problemas sola. ¿me creen loca... - ¡Clarisa!- dije con un tono de entusiasmo.No puede ser, no puede ser, no puede ser.
Johan, junto a Clarisa ¡Es su hijo!
- ¿Cómo estas Stefanía?- dijo ella y sonó bastante agradable.
Me quedé petrificada durante algunos segundos
- Ahh, emm, bien, bien ¿y usted? - Dios mio, soné como una completa idiota.
- Cuanto me alegro, yo perfecto. Este es mi hijo Johan, del que te hable el otro día.
-Hola Stefanía - dijo, con una dulce voz, que casi me derrito
- Ho-hola - dije tartamudeando. Sentía que los cachetes se me prendían fuego.
- Si no estas ocupada, podes venir a nuestra casa, cocinaré algo especial - dijo Clarisa, interrumpiendo mis pensamientos.
- ah, esteee, no... Es decir, no puedo, tengo cosas que hacer
- Uhm bueno. Nuestro teléfono se rompió, pero ¿Tenes whatsapp? - dijo con un tono de picardía - Así Johan te pasa su numero y pueden comunicarse desde ahí.
Mierda.
-Si tengo, toma - saque una de mis tarjetas y se la di - estoy un poco ocupada, nos vemos luego.
Me pasé toda la noche mirando el celular, revisando si no había un mensaje suyo. Pero era obvio que no me iba a escribir.
Miro su foto, su estado, y su conexión.
Últ. Vez 21:34hs.
En línea... En línea... En línea... Escribiendo... ¡ESCRIBIENDO!"Hola Stefanía, soy Johan, el hijo de Clarisa"
ESTÁS LEYENDO
Mi amiga soledad
Novela JuvenilStefanía, una chica de 17 años que esta pasando la peor etapa de su vida, pero todo mejorará pronto...