Pov Clary.
-Alec yo....-dije intentando excusar lo que había pasado.
-¿Tu que?-dijo muy arisco.
Avanzo por la estancia tirándose del pelo y susurrando cosas intangibles para mi.Se sentó en una mesa y hizo un gesto para que me acercara.Me senté junto a el en la gran mesa de madera y vi unos planos extendidos.
-Aquí esta tu madre,hemos descubierto que la tiene Valentine en un navío que esta surcando en río que pasa por NY.La Clave a accedido a ayudar a cambio de que te afrezcas voluntaria para ser entrenada por ellos en una de sus academias.Vamos,pertenecer a su fila de guerreros y entrar en el Consejo cuando cjmplas los 18.-me dijo gesticulando nervioso.
Asentó con la cabeza.
-Con tal de ayudar a mi madre.-dije apretando los puños.
Alec me miro asombrado.Sus ojos azules se abrieron inmensamente hasta tal punto que pensé que se saldrían de sus sitio.
-¿Estas dispuesta a entrar?¿Sin saber nada sobre este mundo?-dijo comenzando a cambiar su expresión de susto he impresión a una expresión burlona.
Asentó firmemente sin atreverme a levantar la mirada y encararlo.Alec comenzó a carcajearse.
-Eres sorprendente Clarissa,no pensé que accedieras tan fácil.-dijo negando con la cabeza mientras reía.
Yo inspire con fuerza.Se estaba burlando de mi,no lo podía permitir.No era una muñeca con la que podías hacer lo que quisieras.
-Llámame rara pero creo que si dependiera de ti el futuro de tu madre,harías lo que fuera para que estuviera bien.
Alec asintió y me mostró un papel amarillento con runas grabadas.Alec dejo una pluma y un cuchillo muy fino sobre la mesa.
-Para asegurarse de que cumples tu parte debes de firmas abajo del todo y derramar una gota de sangre sobre el papel.Después la clave querrá hablar contigo.-dijo mientras se peinaba el cabello y subía las escaleras para irse.
-Alec,lo de antes olvidalo.-le dije para que no me tuviera rencor.
Alec me sonrió.
-Tranquila estoy acostumbrado a ver a Jace con muchas chicas,no me molesta.-me dijo sonriendo,creo que intentan herirme con eso.
Alec se marcho y rápidamente firme sobre el papel. Clave delicadamente el cuchillo en la punta de mi dedo y deje caer una gota.El papel absorbió la gota y no dejó ninguna mancha.El papel se fue doblando hasta desaparecer y entonces abandone la biblioteca.Era hora de ir preparándose para las cinco.Con una media sonrisa salí corriendo hacia mi habitación.
