Me llamo Cristina pero todo el mundo me llama Cris.
Todos los años, desde pequeña, estoy deseando que llegue el verano para irme a mi pueblo. Sobre todo, porque allí esta él, Alex.Alex y yo nos conocemos desde que teníamos unos siete años y siempre hemos sido buenos amigos, hasta este verano, que ha acabado siendo mas que eso.
Empezó siendo uno mas de muchos. Los mismos lugares, las mismas personas... todo igual.
Pero allí esta Alex, a la persona que mas estaba deseando ver en aquel lugar. Destaca del resto de personas con su pelo rubio, sus ojos azules y aquella sonrisa que se le dibuja en la cara al verme.
Viene corriendo hacia el lugar donde me encuentro. Al llegar me da un caluroso abrazo que dura unos segundos.– ¡Hola, Cris! Me alegro mucho de verte – me dice nada mas verme.
– ¡Lo mismo digo Alex! – le contesto. – ¿Que tal te ha ido el curso?
– Bastante bien, la verdad. Hemos hecho varias salidas y excursiones, una de ellas a esquiar, ¿y tu? – me pregunta.
– Muy bien también. He acabado el curso con matriculas de honor.
– ¡Enhorabuena! – me felicita – ¿ Te vienes a dar un paseo? – pregunta al mismo tiempo que yo afirmo con la cabeza.
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Un camino hacia ti
Lãng mạnCris va todos lo veranos a su pueblo. Allí están sus amigos, los mellizos, Alba y Miguel y la persona que mas espera ver, Alex. Vivirán grandes momentos juntos pero, sobretodo, con Alex. Comienzan siendo amigos pero, a final de verano, acabarán sien...