Capitulo VIII.

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Lee estaba frente a los demonios mas poderosos que tenia en su ejercito. Aquellos seres que estaban bajo su mandato y habían jurado estar siempre a su lado. Lee les había prometido muchas cosas en cuanto ella gobernara su universo. Desde que tenia memoria Des había estado gobernando todas las decisiones de los demonios, llevándose almas al purgatorio, teniendo todo, ella siempre fue una gran chica, con poderes increíbles, capaz de torturar gente a su antojo, pensó que Des la elegiría para gobernar a su lado, pero todos sus planes se vieron afectados al enterarse de que aquel hombre tenia un hijo.

—Bien—dijo mirándolos a todos—Necesito que dos de ustedes vengan conmigo. Tengo un asunto personal que atender.

—¿De que se trata?—pregunto uno de ellos mostrándose bastante interesado.

—Una pequeña lucha. Nada importante por ahora claro—Lee los miro a todos—¿Algún voluntario?—elevo una ceja.

—Yo iré señorita—menciono Marcus, un chico de ojos claros y cabello rizado, bastante guapo y muy poderoso.

—También yo—dijo Jhon inclinando un poco la cabeza, el había sido su primer soldado y seguiría siéndolo hasta el final.

—Bien. Entonces y les diré que día sera el show—le guiño el ojo. No esperaba menos de sus súbditos.

Ahora Lee tenia dos demonios poderosos. Marcus, un chico de ojos azules, estatura promedio, cabello rubio. Marcus era capas de hacer tus pesadillas realidad, tenia e poder de la ilusionó, se alimentaba del terror. Por otro lado estaba Jhon lindos ojos grises, alto delgado y muy serio, a pesar de que era tranquilo era un chico fuerte y con una sonrisa perversa, sus dones eran pocos pero su mayor virtud era el control de la mente, podía encontrar tus mayores secretos, tus debilidades, aquellas cosas que el ser humano ocultaba bien.

La mujer soltó un enorme suspiro, tenia las personas indicadas para su misión, destruirle la vida a ese enano de mierda, romper su corazón para tenerlo indefenso. Y así lograr que le cediera su lugar oficialmente. Lo haría su esclavo y vería a Des rogándole para que liberara a su adorado hijo. Lo tendría todo y nada ni nadie podría contra ella.

Los grandes planes que tenia, corromper a los seres humanos, comenzar guerras, muertes por millones, verlos suplicando por su vida, todo eso la hacia feliz. Y pronto cumpliría su sueño.

*




Harry estaba sentado en el regazo de su novio mientras este le daba pequeños besitos por todo el cuello y hombros. En las ultimas semanas se habían estado viendo mas seguido y sobre todo a solas. Les encantaban los momentos de intimidad que podan compartir.

—Te amo tanto—susurro el alfa en los labios del menor.

Harry sonrío y le jalo un poco el cabello besándolo apasionadamente. Había perdido un poco la pena en cuestión de besos, ahora los necesitaba para vivir para sentirse bien, las caricias de Louis eran necesarias para el, le encantaba sentir las manos de su novio sobre su cuerpo. Era perfecto.

—Te amo Louis—dijo el menor dejando un beso sobre la frente de su novio.

—Eres increíble ¿Sabes? El tiempo contigo se me pasa volando, no quisiera dejarte nunca, pero tristemente así tienen que ser las cosas bebe.

Harry sonrío. Todo lo que decía Louis era verdaderamente tierno y adorable.

—Haces que me sonroje Louis. Tu también eres increíble. Jamas pensé que aun existieran personas como tu. Así de lindas y adorables.

A Different Omega-Larry StylinsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora