Solo Jugando

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Eran las  10 de la noche y no se podía ver bien, es muy difícil tratar de buscar a alguien en este lugar. La verdad no tenía la menor idea de como me convencieron en venir; y peor aún, jugar aquí. Me sentía muy manipulado y estúpido.

-¡Eh! ¿Alguien? ... ¡Ya los vi!- Grité para ver si alguno caía en mi trampa y sacaba la cabeza, pero nadie respondía, sólo risas y objetos moviéndose en el silencio.

Comencé a buscar por debajo de algunos libreros que tenía a la mano, luego un mueble de cocina antiguo y uno que otro ropero, la verdad, era muy  difícil tratar de encontrarlos en tanta oscuridad.

- ¡Ya basta!, ya perdí - volví a gritar,esta vez ,con mas convicción de que alguno de mis amigos caiga en esta inocente trampa, mientras me quitaba el polvo del pantalón y me sentaba en una de las sillas viejas del comedor principal.

La negrura de las sombras y El silencio, sepultaba un grato momento con amigos, para dar pie a una angustia terrible de lo que podría pasar en un momento así. Tenía el presentimiento de que alguien salga de la nada y me dé un susto de terror.

- ¡Oigan!, ya pues salgan por favor, ya perdí-  Entonces me sorprendió un repentino escalofrío que me hizo retroceder unos pasos en mi escepticismo hacia lo paranormal, Ya no podía más, estaba todo terminado, definitivamente tenía que regresar a casa.

Me levanté de un salto rápido y el sonido de la madera vieja retumbó toda la casa, luego de que mis nervios instintivamente me hagan pasar un escalofrío inquietante, paso a paso, a media velocidad y casi corriendo, me dirigí hacia la puerta. Mi conciencia me quería hacer renunciar a la idea de dejar a mis amigos jugando solos y quedar como un cobarde, así que di la vuelta por última vez, a lo mejor si encontraba a alguien seguía el juego, pero la oscuridad y el silencio se tragaban poco a poco el área de visión que tenía de aquel lugar (era como si poco a poco todo se volviera más oscuro y las pocas luces de la media luna que había en el cielo, de pronto, se apagaran). Entonces  un breve temblor en mi pecho me advirtió que algo, muy lejos de ser humano,  se estaba acercando rápidamente, no podía oírlo ni verlo, pero dentro de mi crecía un nudo gigante que me hacia sentir constantemente observado y en peligro.  Al llegar a la puerta no dude ni un segundo en poner mis pies fuera de esa casa y salir completamente de aquel estúpido juego sin sentido:

-¡Oigan, parece que hay un animal salvaje dentro de la casa, salgan por donde puedan. Los espero afuera!- Grite con todas mis fuerzas, mas nadie respondía, aquella casa parecía tragarse todo sonido y hasta el viento corría en dirección a aquel siniestro y oscuro lugar, como si un agujero negro estuviera comiéndose toda la materia de su alrededor.

Me senté en el frío y húmedo césped, bajo la terrible y tétrica oscuridad de aquella noche, esperando que mis amigos se rindieran y por fin salieran de allí; y lo mas probable es que después de lo que yo experimenté en aquel espantoso sitio, alguno de ellos salga espantado y corriendo a toda velocidad. Me quedé un buen rato mientras el frío se hacia mas inquietante a medida que los minutos corrían.

El gran jardín que rodeaba aquella abandonada vivienda era enorme y el único sobreviviente de tanta muerte ocurrida en aquel sitio era el césped, ya que hasta los múltiples cactus, que tenia este jardín, parecían haber muerto de sed. Era extraño ver un pasto tan verde y que sobre él flores, los cactus y alguno que otro cadáver de roedor, aparezcan tendidos sobre el, con el  peor aspecto que la parca pudo haber maquillado antes de su ultimo respiro. Hasta el olor del aire que rodeaba aquel extraño jardín de la casa abandonada era abominable. No pude mas con aquel paisaje y decidí irme. sabia que mis amigos al día siguiente se burlarían de mi, pero llegando a este punto, ya no me importaba nada. Me levanté di la vuelta en cuerpo y conciencia y sin esperar algún rastro de mis amigos me fui de aquel lugar. Tenía que mantenerme firme si quería sobrevivir a lo que sea que estaba dentro de esa casa.

Mientras me alejaba escuchaba todo tipo de cosas, el viento haciendo silvidos extraños, pajaros cantando como si fuera de dia, uno que otro corretear de roedores en el pasto, vidrios rompiendose, susurros extraños, pero cada vez que volteaba no habia nada la casa seguia intacta, con el mismo aura que la caracterizaba mucho antes de haberme retado a mi mismo sobre la existencia de algo que aun no tenia claro, aun muchas dudas, fenomenos que explicar. Definitivamente regresaria de dia y no solamente para ver si mis amigos pasaron la noche en aquel lugar, estaba en busca de algo mas.


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