Capítulo 4.

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He estado viendo a Amanda muy seguido este tiempo, me a enseñado a controlar mis latidos, hasta yo me he sorprendido por lo rápido que he aprendido y la forma en la que mi corazón calma los latidos hasta el punto de parecer que ya no late

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He estado viendo a Amanda muy seguido este tiempo, me a enseñado a controlar mis latidos, hasta yo me he sorprendido por lo rápido que he aprendido y la forma en la que mi corazón calma los latidos hasta el punto de parecer que ya no late.

Ese será mi punto a favor si quiero salvar mi vida llegado el momento y no dejar a las personas que allí desamparadas.

Luego de ese día comencé a idear un plan que sé me dolerá llevar a cabo, pero será necesario.

Me iré un tiempo, no se cuanto pero será mucho.

Necesito tener un lugar seguro en caso de que mi plan funcione y me salve para que cuando ellos me vuelvan a encontrar mis chicos estén a salvo. 

Es tarde en la noche, no sé la hora pero todo está oscuro

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Es tarde en la noche, no sé la hora pero todo está oscuro.

Me he despertado porque siento unos dolores en mi espalda baja.

Creo saber que significa eso.

—Amor.

Con mi mano nuevo a Chris para ver si despierta, pero nada.

—Amor.

Esta vez hablé un poco más alto y lo móvil más brusco, al fin comenzó a moverse solo y a abrir los ojos, soltó un bostezo y me miró.

—¿Qué sucede?

—Creo que el niño ya quiere salir.

Justo cuando termino de hablar una punzada me hace sujetar mi panza.

—¿Estás bien?

—Fue una contracción.

Luego de calmar un poco a Chris y decirle que Damon no nacerá de inmediato me ayuda a levantar y cambiar mi ropa.

Chris me ayudó a bajar hasta el estacionamiento, me dejó en el auto y él volvió a subir para poder cambiarse de ropa, buscar el bolso del bebé y una bolsita en la que tengo sus collares.

Como me dijo Amanda, nadie puede tocarlos más que yo hasta que ellos los tengan puestos.

Con todo listo Chris enciende el auto mientras yo respiro profundo para controlar las contracciones, ya son cada 6 minutos y eso es mucho.

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