Gracias a mis gatas 2 (Rubius y Tu)

Capítulo 22: Adiós...

*Rubius*

Los estudios de _____ habían salido perfectos. Hasta caminaba como si no le hubiese pasado nada, no estaba mareada y ahora veía mucho mejor que antes de estar ciega.

-¿Seguro que no te has hecho nada Rubius?. Te noto como más gordito, o viejo no se.

-¿Gordo y viejo?. Gracias cariño

-A lo mejor es tu pelo. Está bastante crecidito. Veo que has aprovechado mi ceguera para descuidarte un poco. 

-Mi pelo no está crecidito. Tiene SWAG- hice una pose de "galán conquista bitches" y ____ estalló en carcajadas.

-Si el SWAG ahora significa parecerse a un vagabundo, entonces vas por buen camino- me dió un beso en la mejilla y cogió el bolso- ¿Vamos?. No quiero pasar ni un minuto más en este condenado hospital. 

La tomé de la mano y salimos de la habitación. 

Cuando llegamos a la planta baja, un perro corrió con toda velocidad hacia _______. Era el adorable de Zack que la saludaba feliz, saltando y lamiéndole la cara.

-Con que tu eres Zack. Eres hermoso. Gracias por toda tu ayuda- ______ le dió un beso en el hocico.

-¿Para mi no hay besos?- estiré la cara hacia ella y cerré los ojos. Para mi mala suerte, el perro saltó y me lamió la boca. 

-Creo que no- reía _____. Lo tomó de la correa y salimos de allí

*________*

-No puedo creer lo desastroso que está el apartamento. Ruben, no cuesta mucho coger la fregona y limpiar. Mira la puta cocina- simulaba no escucharme. De verdad que era un asco. Platos sucios por todos lados, ropa tirada, basura, cosas que no quería investigar que eran...de todo.

-Vale, es que solo tu te encargabas de esas cosas y como que....ni ganas de hacerlo yo- ponía cara de "Quemasdah"

- Osea que ahora yo debo limpiar tu mugre.

-Mehhh. Puede que te ayude un poquito.

-Eres un vago. Ve a lavar los platos mientras yo lavo tu ropa.

Me condené con la tarea más difícil, ya que la ropa de Ruben apestaba y estaba por todos lados. Por suerte encontré una canasta para ir poniendo todo, aunque llegó un momento en el que rebalsaba de ropa u.u

Estaba llevando todo al lavarropas cuando el timbre sonó. Debían ser los chicos que se habían enterado de mi alta.

-¡Mas vale que ayuden a limpiar!- grité mientras abría la puerta. Pero me llevé una gran sorpresa cuando ví a una señora parada en la puerta- O...disculpe. Pensé que sería alguien más. ¿Puedo ayudarla en algo?.

-Seguro no se acuerda de mi. Nos vimos una sola vez hace mucho, cuando le entregamos a Zack.

- ¡Ruben!

-¿Qué pasó?¿Te caiste?¿Te sientes bien?- vino corriendo de golpe y casi se lleva puesta a Raspy en el camino. Cuando vió a la mujer le cambió la cara por completo- ¿Qué hace aquí?. Le dije que no viniera. Ya le he dicho que no.

-No me queda opción señor Doblas- la mujer entró sin permiso.

-¿Me pueden explicar que coño está sucediendo aquí?

-______, me han avisado que ya estás bien y que puedes ver- la señora cogió a Zack- por lo que ya no necesitas la ayuda de tu perro guía. Zack debe ser trasladado a otra familia que necesite de su ayuda.

-¿Qué?. ¡No!. Es mi perro y se queda aquí. Ruben, ¿por qué no me dijiste nada?

-La señora me ha llamado mietras te operaban. Le dije que no quería verla y que no permitiría que se lleven a Zack. Pero se ve que no me ha hecho caso.

- De verdad lo siento, pero no es un perro para tenerlo de mascota. Es un guía para no videntes.- le puso la correa a Zack y comenzó a salir.

-¿No hay manera de dejarlo?. Finja que sigo ciega o algo- negó con la cabeza- Al menos quiero despedirme de él.- La mujer dudó, pero finalmente accedió.

Me arrodillé y Zack se acercó lentamente a mi. No pude contener las lágrimas y él las secó con su lengua.

-Nunca olvidaré todo lo que has hecho por mi. Eres un muy buen perro y me has enseñado que no hay que rendirse. Espero que sigas ayudando a mucha gente como lo has hecho conmigo. Te extrañaré amigo- se acercó y apoyó su cabeza en mi hombro. Supe que había entendido todo.

Rubius se arrodilló a mi lado y Zack lo miró.

-Extrañaré que me robes mis muñecos y los mastiques. O que agarres a mi Pikachu y lo lleves abajo de mi cama todo babeado. Que me robes comida en el almuerzo y que duermas sobre mis pies todas las noches- se ganó su buena lamida en la cara también.

-Vale, vamos Zack- la muy puta de la señora comenzó a tirar de su correa.

-Cuídelo...- me miró.

-Lo haré. Adiós.- y así de rápido como vino, se fue.

Cerramos la puerta y ambos nos quedamos callados. Nos abrazamos y nos quedamos así.

Hasta luego compañero....