Capítulo 16: salida familiar

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*_________*
Con Zack y Rubius habíamos ido al parque. Se notaba q había mucho sol porque lo sentía en la cara.

-Rubius, quiero soltar a Zack un rato y que también disfrute. ¿Podrías sacarle la correa por favor?- al instante accedió y dejé de sentir el tirón de Zack. Me aferré al brazo de Rubius y caminamos un rato más.

A los quince minutos frenamos y pude oler algo como agua, debía ser el lago central del parque. Daría todo por verlo ahora, es hermoso ese lugar. Las flores, el verde del pasto, los patos caminando alrededor. Como extraño todo esto.

-________ puedes sentarte aquí. De mientras yo prepararé todo- Rubius había llevado una canasta con comida y una manta. Tendríamos un almuerzo juntos. Hacía bastante que no teníamos uno. Un poco antes de mi...no, no pensaré en eso ahora.

Oía ruido de papeles y plásticos. Supuse que Ruben había comprado comida hecha. Y si, vivió toda su vida a base de comidas de 10 minutos en el microondas.

-Mira que tenemos aquí. Es un precioso sandwich el cual mi linda _______ deberá adivinar de que es.

-¿Los has comprado en el supermercado chino? Conozco el ruido de ese plástico. Es tu dieta.

-Claro que no...por favor. Anda, abre la boca.

-¿Cómo se que no me meterás algo raro?

-Me preguntas eso todas las noches cariño- estiré mi mano hasta localizar su cara y lo golpeé.

-Au!.Bien que te gusta.

-Ya cállate y dame el maldito sandwich.- abrí la boca y le dí un mordisco- Mmmm....jamón, mucha mayonesa, tomate...hay algo picante...¡cebolla!.

-Te falto uno más.

-¿Cuál?. No siento ningún otro sabor.

-Este- puso sus manos sobre mis mejillas y me beso despacio. Como amaba cada vez que hacía eso.

-Si....eso estaba muy rico- reímos.

Zack ladraba. ¿Qué pasaba?.

-Aquí tienes- Rubius le hablaba.

-¿Qué sucede?

-El desgraciado pedía comida. Debe dejar de comer o va a ser un perro gordo y panzón.

-Será mi perro gordo y panzón. Igual que tu.

-Ehhhh, yo no estoy gordo- podría apostar que su cara era de indignado- mira, toca- agarró mi mano y la apoyó en su estómago.

-Disculpa, pero esto es un pliegue. Un rollo. De gordo.

-¿Ah si?. Ven aquí niña obesa- se arrojó encima mio y comenzó a hacerme cosquillas.

-Noooo, bájate. Me aplastas con tu gordura- mala idea al decir eso, porque las cosquillas aumentaron.

Zack también se había unido y me lamía la cara.

Así estuvimos todo el día. Jugando, platicando, besándonos, etc. Era especial.

De a poco noté que la temperatura iba bajando y el sol ya no era tan fuerte como antes. Debía ser la puesta del sol.

Zack me empujaba la mano con su hocico y me entregaba la correa como queriendome llevar a algún lado. Ruben extrañado se la puso y Zack al instante tironeó.

Me llevó cuesta arriba por una colina hasta que frenó. Noté un calor especial en la cara. Rubius venía detrás.

-Te ha traído a ver el atardecer. Se ve perfecto desde aquí- dijo Rubius.

Me senté y al instante Zack se subió a mis piernas.

-Zack- le hablaba y lo acariciaba- se que no puedo ver el atardecer por mi ceguera. Pero quiero que sepas que tu eres esa luz que me guía. Eres el mejor perro del mundo y sin ti no se que sería de mi- no tardó en abalanzarse a mi y lamerme la cara. Luego apoyó su cabeza en mi hombro derecho. Lo abracé y nos quedamos así un largo rato.

Es raro saber que quien más me acompañaba en estas circunstancias era un perro. Me demostraba un cariño enorme y se había transformado en mi mejor amigo.

Rubius me rodeó con su brazo y me besó en la frente.

Deseo con el alma volver a verlo. Lo deseo profundamente.

Gracias a mis gatas 2 (Rubius y Tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora