Cold Coffee

396 20 2
                                    

-Narra Harry-

Éramos jóvenes, éramos adolescentes; prisioneros de nuestro propio amor. Sin embargo, cuando la miré de nuevo por primera vez después de un largo tiempo, pensé solo en ella, pensé en su sonrisa y en cuánto quería hacer que las cosas regresaran a ser lo que algunas vez fueron.

Era tan fácil imaginar un futuro juntos, era tan fácil la ilusión que dejaban nuestro recuerdos,  que hasta puedo decir, se habían vuelto una rutina diaria de mi fantasía.

Quería arroparla en mis brazos, hacer que esta vez lo nuestro funcionara; quería volver a lo que fue.

Caminaba sin rumbo por las calles. No me apetecía llegar a ningún sitio; y, cuando las gotas comenzaron a caer en mi chaqueta, lo único que sentí fue la humedad de mi propias lágrimas caer sobre mis mejillas. Estaba dolido, y angustiado.

Miles de sentimientos llenaban mi corazón.

Amaba a Emma, ese no era el problema. El problema era la capa invisible de rencor que finalmente se abría paso dentro de nosotros. Ella sentía desilusión y traición; y yo por mi parte me sentía cansado. Cansado y desesperado de los sucesos que habían formado parte de mi vida en los últimos años.

Me sentía arrepentido por el modo en el que había manejado las cosas.

Había sido un estúpido por creer que nuestra relación retomarían su curso sin alguna consecuencia.  Emma ahora me detestaba y la confianza que tantos años nos había llevado construir, se había derrumbado como un edificio en llamas.

Cómo podía recuperar lo que alguna vez tuvimos?

En menos de un mes la universidad comenzaría de nuevo, y con ella nuestra rutina diaria. Emma regresaría a Londres y yo me quedaría aquí en Cheshire, continuando con mis estudios de abogacía.

La distancia de nuevo se interponía entre nosotros; sin embargo, ya no se sentía como la primera vez.

Hace un año, nos habíamos arriesgado a intentarlo, creyendo que lo lograríamos. No habíamos tenido dudas de nuestra relación ni de que formaríamos un futuro juntos. Ahora, por el contrario, las heridas ya estaban hechas, y, volverlo a intentar conllevaba arriesgarnos a un final que no tendría escapatoria.

Ya no habría una tercera oportunidad, y esta vez nuestra relación se extinguiría quedando solamente sus memorias.

Valía la pena arriesgarnos?

Las cosas no volverían a ser iguales, eso lo sabia de antemano. Mucho dolor habíamos sufrido ya; especialmente Emma, y lamentablemente no tenía garantía de que no volveríamos a pasarlo. Mucho menos, podía asegurar, que ese mismo dolor no se interpondría entre nosotros.

Por qué las cosas no podían ser sencillas?

Antes, me gustaba imaginar que nuestra relación era el típico cliché de las películas románticas que Em me hacía tanto ver. Donde los protagonistas dejaban todo para estar el uno con el otro, haciendo creer al espectador que la vida real era tan fácil como ellos la prometían.

Admito, solía creer que las cosas eran así; hasta que el tiempo llevó a darme cuenta, que eso sólo pasa en las películas, en libros y a gente muy, muy suertuda.

 Y yo, me atrevo a decir, no no lo era.

Mi vida no era una película sacada de la mente de  Nicholas Sparks, el autor favorito de Emma. Tenía que considerar las cosas, pues por mas que lo quisiera, no podía dejarlo todo e irme con ella a Londres a vivir de amor.

Esa idea que las novelas nos meten en la cabeza no es mas que una idea romántica de nuestras emociones.  Esto era la vida real y amor no era suficiente para formar un futuro juntos.

Broken Memories (Harry Styles) [De vuelta proximamente.]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora