Capítulo 4

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No quería, pero la seguí. Recuerdo que la última vez que lo hice ella literalmente me gritó. Debería darme por vencido, me acaban de abofetear. Pero una parte de mi es insistente y no quiere dejarla sola.

Así que aquí estoy, siguiéndola a su departamento. En algún momento ella se detuvo a medio camino, hizo pausa antes de continuar. Si ella sabía que la estaba siguiendo, no le importaba. Bien por mí.

Estaba a sólo una cuadra de su departamento cuando repentinamente se volvió hacia mí y me fulminó con la mirada.- ¡Déjame en paz!- ella gritó en frustración. Por suerte no había nadie alrededor para ver su locura. Como si yo no quisiera.

-Los hyungs y yo vamos a juntarnos un rato. Deberías venir- le dije, realmente no preguntándole. Jimin quiere que pase un rato con nosotros, eso es lo que haré...

-No- ella dijo sin expresión alguna y entró por la puerta. Me las arreglé para entrar antes de que cerrara, y la seguí al elevador.- ¿Qué estás haciendo?- ella me miró con pánico. No me había dado cuenta de lo cerca que estaba de ella.

Le sonreí.- No parece importante cuando hyung te toca- me burlé, suprimiendo una sensación desagradable que burbujeaba en mí.

-No voy a ir- ella dijo, haciendo caso omiso de mi declaración anterior- No iré a ninguna parte hasta que él vuelva- ella se cruzó de brazos. Es terca, lo admitiré.

Pasé mi lengua por mi boca, pensando.- Bien. Entonces llamaré a los hyung y vamos a venir a visitarte-

-Te prohíbo que vengas- amenazó, casi sonrío por su valentía. Me resistí a la tentación de decirle: "Quiero verte intentarlo".

-Vendremos después de la práctica- la acompañé hasta la puerta y le dije. Ella no me invitó a pasar, sino que cerró la puerta en mi cara. Bruja.





-¿Cómo está ella?- Namjoon preguntó cuándo estábamos terminando. Estaba sudado mucho, y no era la primera vez que apreciaba su esfuerzo. Seokjin y él pueden no ser los mejores bailarines, pero entregan su mejor esfuerzo.

-¿Quieres decir cuándo no está gritándome en la cara?- resoplé, secándome en sudor de mi mejilla.

Namjoon me dio una ligera palmada en la nuca.- Jungkook...- advirtió y me callé.

Para entonces Yoongi ya había terminado de cerrar el cierre de su mochila y arrojándola a sus hombros.- Entonces vámonos. Es el turno de Namjoon de comprar la pizza- se fue con lo demás detrás de él.

Oí a Namjoon murmurar detrás de mí.- Ah, mi dinero...- y no pude evitar sonreír.





-¡Iri-ah!- Yoongi levantó las manos ligeramente emocionado. Tiene el espíritu de un niño de ocho años, así que ligeramente emocionado es lo máximo que va a estar.

Ella no dijo nada cuando abrió la puerta, al menos no azotó la puerta cuando vio nuestros rostros pero me di cuenta que estaba todo menos feliz. Pero nos dimos cuenta que Yoongi es el único después de Jimin con el que podía llevar una conversación decente, debido a su comportamiento similar, por lo que aquí estamos ahora.

-Compramos pizza- Hoseok dijo con ilusión. Él, más que nadie, extrañaba a Jimin, hubo un gran agujero cuando se fue. Incluso si es temporal.

Pude ver como luchaba consigo misma internamente, antes de finalmente suspirar y abrir la puerta ampliamente para que entráramos. Yo era el último así que nadie vio que fui pisado fuertemente en el pie por la princesa de hielo.

Le di una fría sonrisa y la fulminé con la mirada mientras me quitaba los zapatos. Esta es la primera vez que he estado en su departamento. Por supuesto que hemos estado en el de Jimin que está justo enfrente. Son diseñados de manera similar, pero la sensación era diferente.

Su departamento era más solemne, su tía y ella eran definitivamente minimalistas. No ve fotos de sus padres, tal vez ella no quiere recordar siempre aquel doloroso día.

Comimos en la mesa de centro, tres pizzas grandes, seis chicos y una chica, era un juego de niños. Ella no hablaba mucho, pero lo hacía cuando respondía preguntas sobre cómo estaba. Ella por lo menos fue verbal tomando en cuenta que Jimin estaba en Australia.

Tal vez es sólo porque ella me aborrece pero interactúa bien con los hyungs. Traté de no pensar en lo que significaba. Deja de amargarte, Jeon Jungkook.

Yo estaba limpiando los vasos en los que bebimos, no me di cuenta que ella estaba de pie justo detrás de mí. Literalmente, tuve un ataque cardíaco.

Estaba inquieta, como si estuviera nerviosa. ¿Por qué estaba nerviosa?, incliné mi cabeza en confusión.

Y entonces ella dijo la única cosa que pensé que nunca diría. Gracias. Y una maldita sonrisa. ¿Perdón?

Ella me dejó confundido y un poco aturdido, ¿dónde había quedado la fría bruja que me encantaba odiar?

Ella le está haciendo cosas a mi cabeza y no estoy contento al respecto, y esto va a acabar.

[Jungkook] Una chica rotaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora