Dos: La dama de la nieve.

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Zach

Después de desmayarse llevamos a conejo blanco a la habitación de medicina. El doctor dijo que fue por la energía, era demasiada para ella. No está acostumbrada a usarla. Yo digo que fue la impresión ¿Cómo no impresionarse? Tiene dos talentos: Tierra y Agua.

— ¿Estas seguro que fue ella, Zachary?

— La vi con mis propios ojos. Ella hizo lo que ninguno de nosotros había hecho nunca.

— Tal vez alguien lo hizo. Sabes que tienes conflictos con algunos chicos de La central. Tal vez alguien tuvo una visión de ella. Sabía lo que haría y quiso ayudarla — Conozco a mi abuelo, tiene miedo y no quiere aceptar la verdad. Ella es La dama de la nieve.

— Peter, fue ella; ella tiene dos talentos. Ninguno de nosotros tiene dos. ¡Tú sabes mas que nadie lo que eso significa!

— Tranquilo, Zachary...

— ¡Esto es peligroso, Peter! ¿¡Como quieres que me tranquilice!? — hago una pausa al ver que Conejo blanco se mueve en su lugar y bajo la voz — Si ella, llega a caer en manos de la alianza negra... Si ella es una de ellos ahora...

— Ella no saldrá de aquí, no hasta saber de lo que es capaz. Hasta poder confiar en ella, pero te dire esto Zachary: no te involucres mucho. Ella no es nuestra amiga, no aún. — A lo lejos se oye un grito. Después la alarma, ya están aquí. Saben sobre ella. — Llévala a un lugar seguro, no dejes que la vean, mucho menos que la toquen.

Tomo a Conejo blanco rápidamente entre mis brazos y me dirijo hacia el almacén. Tomo una mochila e introduzco en ella unas cuantas provisiones, suficientes para los dos. Voy hacia la salida del almacén, recorro todo el pasillo principal. Derecha, Izquierda, Izquierda, Derecha, agujero de en medio. Llegamos al cuarto rojo, está muy oscuro, hago una bola de fuego para saber donde pisar. Justo enfrente está la puerta que lleva al exterior. Se a donde llevarla. A veces los lugares más peligrosos son los mas seguros. La dejo en el colchón negro.

— Conejo blanco — Golpeo despacio su mejilla. Me acerco más a su cara — ¡Conejo blanco! — Abre sus ojos lentamente.

¿Que haces? — Susurra y una imagen de nosotros besándonos llega a mi cabeza

— ¿Qué? Tu creíste... — Comienzo a reír a carcajadas. Se ruboriza. — eso no pasará, Winter. — Sigo riendo — No todavía... — me mira aún más sonrojada. De nuevo suelto una carcajada, se levanta. "Que idiota, lo detesto" — Si me detestaras tanto no desearías besarme ¿No crees?

— ¡Estoy harta! ¡Me voy de aquí! — La detengo del brazo.

— Debemos salir de aquí.

— ¡No! ¡No iré a ningún lugar contigo! — me empuja. Es fuerte, me agrada.

— Debes de... — La tomo del brazo de nuevo.

— ¿Por qué debería? ¡Bajame!

— Shh... Estas en peligro ahora. No sabes utilizar tus talentos aún y eso te hace débil e indefensa ante personas malas. Ahora, sígueme.

— ¿Débil?

— Winter... por favor, vamonos. — Entro en el túnel pequeño que va hacia el exterior. Abro la puentecilla que esta en la pared salgo y extiendo mi mano hacia Conejo blanco. Ella la toma molesta y la saco de ese lugar. Al salir aparta bruscamente su mano. — Si, de nada.

Le extiendo la mochila y la arrebata de mis manos. No dice nada ni una sola palabra. Cierro la puertecilla. Me enfoco en la ira y la presión al escuchar voces. Siento como Conejo blanco comienza a alterarse. No por las voces.

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⏰ Última actualización: Jun 30, 2020 ⏰

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