1- Mi Pareja (Narra Osito)

645 41 6
                                    

Quisiera recordarles que no autorizo A NADIE a copiar y pegar mi obra cambiando sus nombres y color de cabello. Gracias ¬¬

CAPITULO 1:

~~**~~**OSITO**~~**~~

Una tabla, dos tablas, tres tablas. Volvía a empezar, una tabla, dos tablas, tres tab... esa tenia un clavo y un hoyo, esa era especial. Una tabla, dos tablas, un píe... un píe? levanto la mirada y siguió el largo de la pierna hasta toparse con la cara de Marcus, el mayor le miraba fijamente mientras el solo se dedicaba a rodar por el suelo en forma de panda.
Realmente tenia intenciones de cambiar, pero no podía dejar ni un segundo al humano solo, y tampoco se pasearía desnudo frente a él, Oh Dios no!; llevo sus negras patas delanteras a sus oscuros ojos y los tapo completamente avergonzado ante la idea de quedar expuesto frente al mayor, agradeció que su espeso pelaje no le permitiera sonrojarse, pues por dentro sus mejillas quemaban. Aflojo una pata para espiar a través de sus garritas negras. Su pareja había inclinado una de sus cejas, casi acariciando su nuca con la otra, la cara de incertidumbre del hombre era una mueca graciosa. Rodó de nuevo y se sentó mirándole.
Marcus era un hombre muy bien parecido. Tenia el cabello corto ligeramente risado y de un lindo color miel oscura, a Osito sus cabellos le recordaban el caramelo cuando estaba llegando al punto delicioso. Sus ojos eran ligeramente rasgados y tenían un brillo especial, uno que jamas había visto; eran de un lindo color sol, mas claros que sus cabellos, parecía oro derretido. Tenia una linda piel clara, no era tan pálido como el, si no mas dorado, todo en el parecía brillar como oro. Sus labios no eran muy gruesos y sus cejas resaltaban unas hermosas pestañas, que adornaban esos lindos ojos, osito suspiro embobado solo para toparse con otra mueca de su pareja. El no tenia la culpa de que el hombre fuera tan lindo, si no le gustaba que se le quedara viendo hubiera nacido feo hmps!
Volviendo a sumirse en sus ideas se quedo mirando esos hermoso labios color rosa y sonrió como idiota, que se sentiría ser besado por esa boca? acariciado por esas manos? amado por ese hombre?, mentalmente se mordió el labio, estaba pensando mas haya de donde sus pies podían caminar por ahora. Antes de ser amado necesitaba poder cambiar a humano, pero como lograría eso?
Echándose hacia adelante comenzó de nuevo. Una tabla, dos tablas, tres tablas... había hecho la estúpida acción unas 2000 veces antes de que uno de los guerreros abriera la puerta, miro ilusionado a Tom, el buey le guiño un ojo y se paro en toda su pose de guerrero, el hombre era malditamente intimidante físicamente.
-Ya puedes ir a cambiarte y a almorzar peque, yo me quedo con el recluso-sonrió Tom, Osito miro a su pareja e hizo una especie de bufido de oso, no quería dejarlo, pero necesitaba regresar a su forma humana y comerse la nevera. Salio del cuarto corriendo en sus cuatro hermosas patitas y regreso ya en dos, para ser un shifter era uno de los pocos que amaban la ropa.
Tímido golpeo la puerta esperando que Tom le abriera pero nada paso. Miro frunciendo el ceño la puerta y cambio el peso de un pie a otro, no podía oír nada y realmente le preocupaba que fuera una mala señal, golpeo de nuevo y nada, cuando iba a golpear por tercera vez la puerta se abrió, Tom le dedico una sonrisa mientras su pareja miraba al buey algo mas pálido de como lo había dejado.
-que le hiciste?-pregunto entrecerrando sus rasgados ojos.
-Yo?-pregunto el buey como si lo hubiera insultado, aunque osito aun podía percibir la sonrisa en sus labios, lo miro fijamente hasta que Tom dejo caer sus hombros- no pos hombre no le he hecho nada, solo le dejaba claro que no te lastime.
Osito sonrío, toda la manada había estado detrás de el desde que encontró a su pareja, amenazando a su pobre y guapo hombre, el no era de cristal, pero amaba que su manada lo mimara. Sonriendole dulcemente a Tom le dio dos palmaditas en el pecho y luego le clavo ligeramente el dedo en el abdomen.
-Nada de amenazas a Marcus ok?
-Si señor-sonrío Tom, ambos sabían que Marcus tenia entendido que eran pareja, pero eso no significaba que Osito fuera a reclamar al hombre sin su aprobación. Ademas esta seria la primera vez que se verían de humano a humano... o shifter... o... como sea; cara a cara.
Apartando a su macizo amigo, Osito entro, la cabeza de Marcus giro en su dirección y no pudo evitar bajar la cabeza avergonzado y morderse los labios, la mirada de su pareja era demasiado penetrante y le hacia sentir desnudo. Camino hasta quedar frente a su pareja he hizo la reverencia típica de sus ancestros.
-Mi nombre es Amado Bellis y usted es mi pareja!-declaro aun sin desdoblarse y evitando levantar la mirada a la segura neutra cara de Marcus.
-Entonces tu eres el panda?-pregunto sin ápice de emoción.
-Si señor! lo soy-admitió rápido mientras se enderezaba.
La mirada de Marcus le analizaba lentamente, sintió un escalosfrio en su espalda mientras una oscura parte de el deseaba esa misma mirada fogosa sobre su cuerpo desnudo, sintió su cara calentarse cuando Marcus le miro a los ojos y le dio una media sonrisa moja calzones.
-Eres mas lindo así-dijo el mayor y su cuerpo casi sede ante el peso de la gravedad. Sonriendo como tonto se acerco mas a su pareja, era tan guapo, sentía su corazón palpitar demasiado rápido.
-g... gracias....-se balanceo de un pie a otro, estaba nervioso y debía admitirlo.
No se atrevió a mirarlo mas a esos penetrantes ojos, parecía que podía perderse en ellos.
Se sentía extraño en su estomago, tener frente a si la persona que había esperado toda su vida, aquella que había imaginado una y otra vez. Osito no pudo evitarlo y se auto imagino a si mismo , adolescente, solitario como toda su vida, en su pequeño cuarto, acostado sobre ese viejo catre que de solo pensarlo le traía dolor de espalda, recordó, recordó sin mas, a su padre, y a su madre, eses dos sujetos prácticamente borrados por el tiempo, a su hermano mayor que había muerto por defenderle de un vampiro, y a su hermana, aun viva en algún rincón alejado de china. Recordó esa infancia que se había ocultado incluso a si mismo, y recordó, recordó aun mas nítido el día que Kim fue a su encuentro, el día en el que el alfa, aun mas joven que el, le había acogido bajo su ala y le había regalado la oportunidad de ser feliz, oportunidad que el hombre frente a sus inquietos pies, amarrado a una silla de escritorio, podía lograr hacer una meta cumplida.
Sonrió par sus adentros y volvió a mirar a su pareja, su mente divagaba al igual que sus sentimientos, pero aun así jamas se alejaba de ese, su recién descubierto tesoro. La mirada inteligente de su hombre le hacia moverse con cautela, aun cuando dejaba que su eje fuera el corazón temía que su pareja fuera solo oro para tontos.
-vas a seguir allí quieto?- la voz de Marcus lo saco de sus cavilaciones, realmente había volado lejos en su cabeza, sonrojado y arrepentido centro su atención en el guapo hombre.
-Lo siento...
-No importa... puedes traerme algo de comer?
Solo entonces cayo en la cuenta, en casi 4 días apenas habían alimentado a su pareja, el hombre se veía algo anímico y ojeroso, Amado no pudo evitar sentirse pésimo, estaba, aunque sin querer, descuidando a su pareja, asintió rápido y corrió a la cocina, no era el mejor cocinero, pero de seguro que podía hacer algo comestible.
Comenzó a tomar ingredientes de la cocina y a mesclar, le prepararía lo que mejor sabía hacer, una buena sopa. Llevando con cuidado la bandeja entro a la habitación de nuevo.
Su pareja seguía allí tal como lo había dejado, sonriendo dejo la bandeja sobre su escritorio y acerco la su silla a la de Marcus, una vez hecho esto se seto sosteniendo la bandeja y comenzó a alimentar al hombre. Se sentía muy lindo en su estomago darle de comer en la boca al hombre que amaba, y es que el ya lo amaba, demasiado pronto tal vez, pero todo su corazón se hinchaba feliz cuando veía a su pareja, y si eso no era amor, pues no podía entenderlo. Miro soñador a esos ojos amarillos que lo estudiaban y no pudo evitar caer aun mas profundo, ¿dolería el futuro junto a un hombre como ese? esperaba que no, pues quería unir su eternidad a ese hombre.

Un Omega IlusionadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora