2-Un lindo lindo panda(Marcus)

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Capitulo 2


Era lindo, no lo iba a negar, si bien no era partidario de su mismo bando sabía cuando estaba frente a una persona bella. Amado tenia la tez tan blanca como la misma nieve, podría haber escuchado esa definición cien mil veces, pero Osito tenia la piel mas blanca que hubiera existido. Los ojos eran negro carbón, igualando al tono de su brillante cabello, sus ojos eran semi rasgados, seguramente descendía del asiáticos. Era tan delgado que parecía que podría romperlo de un soplo, apenas mirándolo se daba cuenta de la fragilidad del hermoso cuerpo. Tenia los labios rojos como los de las niñas novias, en la antigua china, como la chica de la película infantil de Mulan, que tanto miraba Adam de pequeño.

Aun así podía saber que era hombre, aunque dudaba que su masculinidad superara el tamaño de un grano de arroz. Sonriendo miro la tierna cara de quien lo alimentaba, estaba seguro que esa mirada devota del joven podía ser de gran ayuda.

Sostuvo las negras pupilas cuando logro cruzar miradas, leyó como solo el podía, cada expresión, el leve encogimiento de la nariz, sus mejillas tonificadas, los ojos casi brillantes como el llanto. Perfecto, un hermoso ejemplar de enamoramiento primerizo. El chico parecía haber caído duro por el, y siendo quien era, jamas desaprovechaba una oportunidad.

Sonriendo se acerco más al crio, incitándole con la mirada a acercarse hasta que lo tubo a su alcance, tal vez si no hubiera estado amarrado ya lo tendría en la cama, solo para obtener toda esa asquerosa confianza de parejas enlazadas. Dejando que el inocente se acercara poso apenas sus labios en los del menor, sintió una fuerte corriente eléctrica, sabia que el mismo manto que tenia el niño trataría de caer sobre el y envolverlo en la misma miseria en la que Adam sin querer había entrado. Los labios del shifter panda recorrieron apenas los suyos, con la timidez con la que se desnuda una virgen en su noche de bodas, y la alegría de la misma al dar un deseado si. Quiso sostenerlo mas tiempo pero el pequeño se le escabullo, ocultando su rostro demasiado rojo, apoyando apenas su coronilla en el hombro de él, maldijo nuevamente sus manos atadas y suspiro sobre el tembloroso niño.

-¿No hay posibilidades de quitarme estos amarres?-miro directo a los ojos del niño, había notado lo fácil que caía el crio a su mirada, relamiéndose los labios miro esa roja boca como si realmente la deseaba y vio al chico asentir atontado, Amado era una presa fácil, tal vez de haber nacido humano amaría al crio con locura, pero el no era humano, era un asqueroso shifter una aberración contra dios, contra la naturaleza, contra la raza humana, a la que el orgullosamente pertenecía.

-El alfa va a castigarme si lo hago- habló como si se tratara de un secreto el menor.

-no lo hará- susurro siguiéndole el juego al niño.

-como lo sabes?

-por que si estoy suelto yo te defenderé- sonrió Marcus, viendo enrojecer nuevamente esas pálidas mejillas, el panda asintió y corto con increíble facilidad las gruesas cuerdas que le mantenían en la silla, ante su confusión el niño movió frente a el unas garras bien negras y largas de panda. A esto era lo que se refería Marcus, no importa lo inocentes que simularan ser, todos eran letales, preparados para ser sangrientos, increíblemente fuertes.

Una vez suelto le invadió el terrible deseo de huir, pero lo redujo solo a un futuro, ya que antes debía ganarse la idiota confianza del crio que le miraba con ojos soñadores. Tomo en sus brazos aun adormecidos al pequeño y lo beso como si no hubiera mañana, primero por el de hacerle sentir deseado, luego por que realmente se volvió adicto a esa boca, jalo mas cerca ese pequeño cuerpo dejando que contra su pecho se sintieran los leves estremecimientos, devoro esa boca como si no hubiera mañana, la trago ansioso, lamiendo todo lo que quedaba a su alcance, sintiendo los gemidos atragantados del niño salir directo a su boca. Apenas, casi sufriendo se separo de esos labios que torpemente parecían buscarle, miro esa cara tan roja que jadeaba sin dejar de buscarle los ojos, y la ensalivada boca, mas roja aun de lo que había estado por primera vez, lamió apenas el labio inferior y o beso con una castidad que asesinaba a su decidida entrepierna.

Los ojos brillantes y la leve agitación del chico delataron que sin duda había profanado una virgen boca, sonriendo aun más Marcus se paro en toda su altura, el chico era bajo, aunque no tanto, con facilidad le llegaría al medio pecho, de ser un humano probablemente tendría unos catorce años, tal vez algo mas, pero cuando se trataba de shifter uno no podía saberlo hasta arrancarle los dientes, aunque en este caso podía estar seguro que con preguntar bastaría, pero no ahora, ahora tenia mas urgencias naturales que intelectuales.

-Necesito dormir en una cama, o en el suelo, en cualquier cosa plana- pidió sin mas, la mirada de Amado volvió en si rápidamente mientras asentía hacia el, abrió la puerta que separa el diminuto espacio donde lo tenían atrapado del pasillo, miro un poco y volteo de nuevo hacia el, le tomo la mano con una confianza extraña, Marcus miro las manos unidas sintiéndose extrañamente cómodo y lo detesto profundamente. Le hacia sentir correcto algo tan profano, tan zoofilico incluso, y esas cosas a el no le iban realmente no.

El chico lo jalo hasta una puerta a poca distancia de su anterior cautiverio, saco una llave del bolsillo trasero y abrió, Marcus no pudo evitar que sus ojos se pegaran al culo del menor, y por dios, tenia el mejor culo que hubiera visto en su vida. No pudo disfrutarlo mucho, pues los sonidos de la habitación le distrajeron, siguiendo al hermoso culo que ahora intentaba no mirar.

La habitación era un hermosa replica de un palacio chino, incluido un lindo jardín en una de las esquinas, con forma de una bella fuente. Había quilos de hojas de bambú enlatadas y brotes dulces en un rincón del jardín interior, el lugar rebosaba de plantas y flores, ademas de algunas aves que vagaban libres por el lugar como si fuera lo mas normal del mundo, Amado caminaba entre ellas tocando cariñosamente la cabeza de algunos y encendiendo las lindas lamparas que colgaban por la habitación.

-Por aquí, por favor- sonrió el muy atento niño- puedes usar mi cama...

El niño indico a la gran, cómoda y dorada cama tamaño king que dominaba sigilosamente un espacio de la habitación. Todo parecía estar en armonía menos el, incluso el panda se adecuaba allí. Marcus no tubo tiempo de dudarlo, sus pies se movieron solos hacia la gran cama, y antes de darse cuenta ya estaba dormido sobre ella.

Tubo un sueño extraño, delicioso sin dudas, pero rosando lo que el consideraba bizarro. El panda estaba en el, aunque en su forma humana, gloriosamente desnudo. Jamas había deseado tanto un pene, en cuanto vio la diminuta forma entre las piernas del pequeño se abalanzo obre ellas. Había gozado en su sueño, se había retorcido en el placer de ver gemir a esa delicada criatura, pero algo le había faltado, su sueño se sintió incompleto aun cuando se corrió en el, aun cuando sintió ese calor abrazador recogerle. Algo faltaba, pero no sabia cuanto tiempo pasaría antes de que lograra saber que.

Un Omega IlusionadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora